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Hablan por primera vez los empleados de Nóos: "Urdangarin y Torres se aprovecharon el uno del otro"
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Hablan por primera vez los empleados de Nóos: "Urdangarin y Torres se aprovecharon el uno del otro"

Varios de los empleados que trabajaron codo con codo con el duque de Palma y su socio Diego Torres durante la época de máximo esplendor del

Varios de los empleados que trabajaron codo con codo con el duque de Palma y su socio Diego Torres durante la época de máximo esplendor del Instituto Nóos han hablado por primera vez públicamente de su labor en la revista Vanity Fair. “Urdangarin y Torres se aprovecharon el uno del otro. Urdangarin necesitaba un maestro. Quería crecer profesionalmente y dejar de ser considerado el marido de la infanta Cristina. Torres, por su parte, vio que con Urdangarin podría conseguir más clientes y cobrar más”, cuenta Xavier Agulló, que actualmente trabaja como consultor de responsabilidad social de Étia.

Según explican otros trabajadores consultados por la publicación, Diego Torres, “un hombre inteligentísimo pero cuya incapacidad para confiar en los demás le había impedido triunfar profesionalmente”, creó el Instituto Nóos en 1999 para conseguir prestigio y subvenciones de la Administración, pero no logró que el proyecto comenzase a dar frutos hasta que se asoció con el duque de Palma, que acababa de dejar su puesto en Octagon, la empresa de su amigo Joan Cuscó.

En tres años, gracias al impulso del duque de Palma, Nóos logró más de 100 clientes, desde empresas como Telefónica o Repsol, hasta acuerdos investigados actualmente por la Justicia como el de los congresos Valencia Summit con la Generalitat, presidida entonces por Francisco Camps, con el que Urdangarin se veía "a menudo", según cuentan los mismos.

“Torres era estricto y desconfiado. Tenía un concepto de lealtad a la italiana”, cuentan sus trabajadores, quienes aseguran, por el contrario, que el duque de Palma contrarrestaba el lado más duro de su socio con “sencillez y humildad”. “Iñaki Urdangarin sólo quería trabajar”, añaden. Por su parte, Marc Vallet, coordinador de operaciones de Nóos entre junio de 2004 y junio de 2006, manifiesta: “Nunca vimos nada raro”. Del reportaje de la revista Vanity Fair se desprende que Torres y Urdangarin no hacían trabajos con las grandes empresas por menos de 100.000 euros.

Otros de los exconsultores de Nóos defienden también la calidad de los trabajos realizados por el Instituto, que se cuestionan hoy por estar sobrevalorados e incluso copiados de Internet. “Torres prefería hacer informes de sólo 20 páginas que rellenarlos de paja hasta las 150”, explica el consultor Xavier Agulló, que trabajó en el Instituto con Torres y Urdangarin. Según detalla, la obsesión de Torres era lograr “estandarizar y simplificar” aquellos informes “para crear modelos que vender después, con mínimos cambios, a diferentes clientes”.

Varios de los empleados que trabajaron codo con codo con el duque de Palma y su socio Diego Torres durante la época de máximo esplendor del Instituto Nóos han hablado por primera vez públicamente de su labor en la revista Vanity Fair. “Urdangarin y Torres se aprovecharon el uno del otro. Urdangarin necesitaba un maestro. Quería crecer profesionalmente y dejar de ser considerado el marido de la infanta Cristina. Torres, por su parte, vio que con Urdangarin podría conseguir más clientes y cobrar más”, cuenta Xavier Agulló, que actualmente trabaja como consultor de responsabilidad social de Étia.

Iñaki Urdangarin