Mary de Dinamarca, la princesa más internacional

Tras la vuelta de sus vacaciones de verano, la princesa Mary de Dinamarca ha tenido una agenda imparable, sobre todo en el extranjero. La esposa del príncipe Federico ha realizado tres viajes internacionales, en los que el tema común ha sido la ayuda a los más desfavorecidos. El 21 de agosto viajaba hasta Palestina para visitar un campamento de refugiados sirios, del que tuvo que ser evacuada de urgencia por una manifestación en contra de su presencia en el lugar. La futura reina danesa no perdió en ningún momento la compostura y acabó de saludar a la gente que había acudido a verla. En tierras palestinas también se reunió con mujeres que han sufrido abusos. Dos semanas después se desplazó hasta Marruecos en un viaje organizado por su propia Fundación. El objetivo era comabatir la violencia contra las mujeres y mejorar sus derechos en Oriente Próximo y en el Norte de África.

El pasado sábado, Mary volvía a dejar Dinamarca para dirigirse a Nueva York. Allí tuvo la oportunidad de asistir a un encuentro sobre la mutilación femenina. Al anochecer, acudió al Festival Ciudadano Global, un encuentro destinado a acabar con la pobreza extrema. Antes del concierto, la Princesa se dirigió a los más de 60.000 asistentes y les habló sobre la importancia de la igualdad entre hombres y mujeres como una de las posibles soluciones a la pobreza.

Princesa de portada

Desde que se convirtió en Princesa en 2004, Mary Donaldson es la persona más querida de la Familia Real danesa, según las encuestas. Al margen de ser la gran embajadora de Dinamarca, es considerada una de las mujeres más elegantes del mundo.

Recientemente, en el 80 aniversario de la revista Women's Weekly, Mary ha ofrecido una entrevista en la que ha hablado sobre su trabajo, su marido y sus cuatro hijos. En sus palabras deja patente la manera natural en que los Príncipes intentan educar a Christian, Isabella, Vincent y Josephine, tratándoles como niños normales pero siempre recordándoles quiénes son y qué se espera de ellos en el futuro. En cuanto a su marido Federico, admite que los dos son muy diferentes pero que quizás ese es el motivo por el que se llevan tan bien. La australiana también tiene buenas palabras para su suegra, la reina Margarita, a la que define como "abierta y cálida” y a la que agradece su constante ayuda a la hora de adaptarse a su nuevo papel. Con impresionantes vestidos de diseñadores australianos, Mary repasa momentos muy duros de su vida, como la muerte de su madre cuando ella tenía 25 años.

Sin duda, la australiana ha conseguido adaptarse a la perfección a su nuevo rol de Princesa, convirtiéndose en una de las mujeres más influyentes del mundo.