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Sarah Ferguson no lo niega: los retoques que se ha hecho y con los que está encantada
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MUY SINCERA

Sarah Ferguson no lo niega: los retoques que se ha hecho y con los que está encantada

La duquesa de York está en un momento sensacional a sus casi 60 años y se prepara con ilusión para la boda de su hija, Beatriz de York, con Edoardo Mapelli

Foto: Estos son los puntos en los que se ha reflejados los tratamientos: 1 (Bótox), 2 (lifting mediante láser), 3 (hilos tensores), 4 (relleno orgánico) y 5 (inyecciones de vitaminas). (Foto Getty)
Estos son los puntos en los que se ha reflejados los tratamientos: 1 (Bótox), 2 (lifting mediante láser), 3 (hilos tensores), 4 (relleno orgánico) y 5 (inyecciones de vitaminas). (Foto Getty)

Si hay alguien que no se rige por los protocolos de los Windsor y parece importarle muy poco el qué dirán, esa es Sarah Ferguson, quien mantiene una enemistad legendaria con el que fuera su suegro, el duque de Edimburgo (se cree que no se reconciliaron en la boda de Eugenia de York, pese a posar juntos en las fotos oficiales), y una excelente relación con su exmarido, Andrés de Inglaterra, a quien ha mostrado su apoyo en sus horas más bajas, por su vinculación con Jeffrey Epstein, e incluso con la reina Isabel, con quien la hemos llegado a ver muerta de la risa en las carreras de Ascot.

Por eso no es de extrañar que Sarah Ferguson, que ha sido imagen de productos adelgazantes y no ha ocultado su lucha con la báscula, haya desvelado cuáles son los retoques estéticos a los que se ha sometido para ser la mejor versión de sí misma a punto de cumplir los 60 el próximo 15 de octubre. Una fecha redonda para un año que también lo está siendo, pues su hija Beatriz ha anunciado su compromiso matrimonial con el italiano Edoardo Mapelli. Un enlace para el que aún no se ha fijado la fecha, pero que previsiblemente tendrá lugar en la primavera o principio del verano de 2020.

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Así, en una entrevista de 'Daily Mail' explicaba por qué había estado tan radiante en el enlace de su hija: "La felicidad brillaba en mí porque mi hija se va a casar. Cuando algo me apasiona, mis ojos brillan. Y, sobre todo, es la felicidad de Eugenia la que me hacía tener tan buen aspecto, aunque también me había sometido a un tratamiento de láser en la cara, que me ayudó a estar así".

Un tratamiento cuyas virtudes defiende: "El tratamiento tiene unas prestaciones extraordinarias, todo lo que queremos de un procedimiento cosmético. Se realiza sin dolor, no es invasivo, no requiere un tiempo de recuperación y se termina en menos de 90 minutos".

Detrás de los cuidados estéticos de la exduquesa de York se encuentra la doctora Gabriela Mercik. En 2013 empezó con la mesoterapia, que consiste en una inyección de vitaminas, minerales y aminoácidos bajo la capa mesodérmica de la cara para llenar la piel y también utilizó rellenos orgánicos para reducir las arrugas. Y, además, se ha sometido a un lifting no quirúrgico, consistente en la inserción de hilos médicos para crear una malla que eleve el rostro.

En resumen, Sarah se ha sometido a lo largo de los años a cinco tratamientos rejuvenecdores: bótox, lifting no quirúrgico mediante láser, hilos tensores, rellenos orgánicos e inyecciones de vitaminas.

Si hay alguien que no se rige por los protocolos de los Windsor y parece importarle muy poco el qué dirán, esa es Sarah Ferguson, quien mantiene una enemistad legendaria con el que fuera su suegro, el duque de Edimburgo (se cree que no se reconciliaron en la boda de Eugenia de York, pese a posar juntos en las fotos oficiales), y una excelente relación con su exmarido, Andrés de Inglaterra, a quien ha mostrado su apoyo en sus horas más bajas, por su vinculación con Jeffrey Epstein, e incluso con la reina Isabel, con quien la hemos llegado a ver muerta de la risa en las carreras de Ascot.

Sarah Ferguson Beatriz de York