Meghan y Harry: entramos en la increíble mansión donde están pasando la Navidad

El retiro de seis semanas de Meghan y Harry en época navideña y lejos de la reina Isabel II y del resto de la familia real británica supuso, una vez más, una decisión controvertida que rompió con las tradiciones de la realeza. Los Sussex prefirieron hacer las cosas así, tras un duro año de críticas que minó su ánimo.

Los Sussex cruzaron el charco con su hijo Archie y decidieron tomarse un respiro y pasar la Navidad con la madre de Meghan, Doria Ragland.

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Todo en torno a este viaje fue un misterio hasta hace pocos días, cuando se filtró que Meghan y Harry estaban en Canadá, concretamente en Vancouver, frente a la costa del Pacífico de Canadá. Meghan está familiarizada con el lugar tras vivir en Toronto mientras rodaba la serie 'Suits'.

Los Sussex fueron vistos haciendo senderismo en el parque Horth Hill y practicando running en la ciudad vecina, North Saanich, según publicó el 'Vancouver Sun'.

Ahora es el 'Daily Mail' quien ha logrado localizar la casa en la que Meghan y Harry se están alojando estos días. Se trata de una impresionante mansión valorada de 14 millones de dólares que cuenta con una finca de 16.000 metros cuadrados rodeada por dos idílicas playas.

El interior de la lujosa villa es de inspiración francesa y cuenta con 5 dormitorios, 8 baños y una cabaña de huéspedes., además de un amplio comedor, gran chimenea, sala de estar con espaciosa cocina, una sala de juegos e incluso una sala de degustación de vinos. En 2012, la mansión fue publicada en la página Sotheby's, gracias a lo cual podemos entrar en ella y comprobar todo el lujo que está rodeando a los Sussex en Canadá.

Los vecinos de la comunidad, según han confirmado, notaron movimiento en torno a la mansión desde el día 19 de diciembre. El despliegue de seguridad, afirman, ha sido muy amplio.

Una fuente ha confirmado a 'Daily Mail' que la mansión fue propiedad de una actriz alemana. La mansión fue comprada alrededor de 2010 por Bernadette Wolfswinkel, ex esposa del magnate Conley Wolfswinkel. Fue en 2012 cuando Wolfswinkel publicó la propiedad por un valor de 14 millones de dólares, en Sotheby's.

Pero una fuente ha confirmado a 'Daily Mail' que años más tarde la casa fue vendida a un multimillonario de identidad desconocida que sería el que ahora ha cedido la propiedad a los duques de Sussex.