Felipe y Letizia, en el entierro de la infanta Pilar en San Isidro con los Gómez-Acebo

Los reyes Felipe y Letizia han asistido al entierro de la infanta doña Pilar, que ha tenido lugar en la mañana de este viernes 10 de enero. El último adiós a la hermana del rey Juan Carlos ha tenido como escenario el cementerio madrileño de San Isidro y a él ha asistido también la familia de la infanta, así como los Reyes eméritos y sus hijas, las infantas Elena y Cristina.

Simoneta, Fernando, Juan, Bruno y Luis Gómez-Acebo han acudido al cementerio de la capital para depositar las cenizas en el panteón familiar, cumpliendo así un deseo expresado por ella misma en vida: descansar junto a su esposo, Luis Gómez-Acebo, fallecido en 1991.

Entre los presentes también se encontraban la infanta Margarita junto a su marido, Carlos Zurita, y sus dos hijos, María y Alfonso.

Despedida en la intimidad

El entierro de esta mañana se ha celebrado según el mismo patrón seguido por los hijos de la infanta. Es decir, despedir a su madre sin boato y en un acto blindado a la prensa.

"Las exequias se celebrarán, por voluntad expresa de la familia, en estricta intimidad familiar", rezaba el comunicado emitido por los Gómez-Acebo tras el fallecimiento de la infanta Pilar a los 83 años. Y así fue y está siendo. La hoja de ruta tras la muerte de la duquesa de Badajoz incluía dos misas en su casa de Puerta de Hierro, donde se instaló la capilla ardiente. Una, el miércoles por la tarde, a la que acudieron los Reyes y resto de la familia Borbón; y otra, el jueves por la mañana, en la que estuvo presente la infanta Cristina, llegada directamente desde Ginebra.

A partir de ahí, los planes de la familia han sido un misterio, aunque sí se adelantó que la infanta sería incinerada y sus restos descansarían en el panteón de los Gómez-Acebo en el cementerio de San Isidro. Pero la hora y el lugar eran desconocidos.

Ayer tuvo lugar la cremación de la hija de don Juan de Borbón (sobre las 16:40 en el cementerio madrileño de la Almudena) y esta mañana, el entierro de sus cenizas en el cementerio de San Isidro.