Peleas de gallos, detenciones y traiciones: los dramas de la familia real de Rumanía
El anuncio de que Nicolás de Rumanía espera un hijo con su esposa vuelve a poner sobre la mesa el problema de la sucesión de la familia real rumana
Esta misma semana, Nicolás de Rumanía anunciaba que está esperando un hijo con su mujer, Alina Maria Binder. Una buena nueva que vuelve a poner sobre la mesa el problema de la sucesión de la familia real rumana, y es que aunque ya no tienen el trono, siempre ha de haber una cabeza visible para defenderlo. Nicolás, nieto del difunto rey Miguel, era el candidato ideal, ya que su tía Margarita, actual jefa de la casa, no tiene descendientes.
El depuesto monarca veía a Nicolás como su digno sucesor y tenía la esperanza de que en algún momento se restauraría la monarquía en Rumanía y ya fuese él o Nicolás volverían a reinar tras el exilio. Sin embargo, las cosas se torcieron cuando el rey despojó a su nieto de cualquier derecho sucesorio al enterarse de que había dejado a una de sus asesoras embarazada, siendo este hecho una gran humillación para toda la familia.
"La familia real y la sociedad rumana de estos tiempos necesitarán un dirigente bajo el signo de la modestia, bien equilibrado, con principios morales y siempre pensando en los demás", rezaba el comunicado del rey Miguel. Aunque Nicolás reconoció aquella paternidad, ni su abuelo ni su tía Margarita quisieron que volviera a la familia real, retirándole el título. A pesar de ello, el joven celebró su boda con Alina Maria por todo lo alto, con el apoyo de los rumanos, eso sí, sin la presencia de su familia, tan solo la de su hermana, Karina, que vive en Londres y no tiene ningún interés en los asuntos reales.
El misterioso marido de Margarita
Nicolás es hijo de Elena, la segunda de las cinco hijas del rey Miguel y Ana de Borbón Parma, cuyas vidas están llenas de polémicas. La mayor de ellas es Margarita. Parecía la hija perfecta y la digna heredera de los derechos sucesorios de Miguel I, pero en 1996 anunció que se había enamorado del actor Radu Duda y que se iban a casar. El marido que eligió la princesa Margarita nunca gustó a sus progenitores y los escándalos no tardaron en producirse.
Poco después de casarse, BAE Systems, una de las fundaciones de caridad de la que la princesa es presidenta, se vio envuelta en un escándalo de corrupción que ascendía a más de 7 millones de euros y en el que estaba implicado directamente el príncipe Radu Duda. Poco después, el consorte de Margarita, motivado por su ambición, quiso implicarse en la política de Rumanía y llegar a ser presidente del país.
Ante esto, Miguel I decidió cortar por lo sano y prohibió a su yerno cualquier interferencia en el sistema parlamentario. Radu siempre ha sido un personaje misterioso y enigmático con ansias de poder al que le encantaría tomar el papel protagonista si la monarquía vuelve de la mano de su esposa. La pareja no tiene descendencia, por lo que se desconoce qué ocurrirá con la Casa Real a la muerte de Margarita.
Tres años de cárcel para Irina
Elena, la segunda de las hermanas, vive entre Rumanía y Reino Unido junto a su segundo marido, Alexander Philips Nixon. Como ya hemos dicho, es madre de Nicolás y Carina, ambos fruto de su primer matrimonio con Robin Medforth-Mills. Elena lleva una vida de lo más discreta y jamás se ha pronunciado sobre el problema de su hijo. Su actitud dista mucho de la de su hermana Irina, quien siempre fue muy díscola.
Al contrario que sus hermanas mayores, no se decantó por estudiar en alguna de las universidades británicas en las que podría haber sido aceptada y decidió marcharse a Estados Unidos a principios de los años 80, alejándose de su familia y de Europa. Su primer matrimonio se produjo en 1983 con John Kreuger, un ciudadano estadounidense de origen sueco con el que tuvo 2 hijos, Michael y Angelica.
La relación entre Irina y John se acabó disolviendo en 2003 y la hija de Miguel I se casó poco después con John Wesley Walker. En 2014, un tribunal de Oregón acabó condenando al matrimonio Walker a tres años de libertad condicional y el pago de una multa que ascendía a 200.000 dólares por organizar peleas de gallos ilegales en el rancho que comparte la pareja. Cuando el exmonarca de Rumanía se enteró del escándalo despojó a su hija y a todos sus descendientes de sus títulos y sus derechos sucesorios al trono. No acudió a los funerales ni de su padre ni de su madre.
Títulos falsos para el marido de Sofía
La princesa Sofía de Rumanía nació en el palacio de Tatoi, la antigua residencia de verano de la familia real griega. Recibió el nombre en honor a su madrina, la reina Sofía de España, y siempre fue considerada como la hija con el carácter más fuerte y respondón de Miguel y Ana.
En 1998 anunció su compromiso con Alain Michel Biarneix, un agente empresarial de origen francés con el que tuvo a su única hija, Elisabeta Marie de Rumanía-Biarneix. El marido de la princesa Sofía se hacía pasar por descendiente directo de la familia de Habsburgo y se hacía llamar Michael de Laufenburg. Miguel I se opuso en todo momento a este matrimonio y llegó a despojar a su hija de sus títulos y derechos sucesorios, aunque se los restituyó en 2002 cuando Sofía se divorció de Alain.
La más discreta
La princesa María, nacida en Dinamarca, es la más discreta de los hijos de Miguel I y Ana de Borbón-Parma. Siempre alejada de los medios, se casó con Casimir Mystkowski en 1995, el yerno perfecto para el exmonarca de Rumanía. Parece ser que la pareja no acabó de encajar del todo bien y terminaron divorciándose en 2003, provocando un gran disgusto en Miguel I, quien creía que esta unión era muy sólida y que podía durar muchos años.
Esta misma semana, Nicolás de Rumanía anunciaba que está esperando un hijo con su mujer, Alina Maria Binder. Una buena nueva que vuelve a poner sobre la mesa el problema de la sucesión de la familia real rumana, y es que aunque ya no tienen el trono, siempre ha de haber una cabeza visible para defenderlo. Nicolás, nieto del difunto rey Miguel, era el candidato ideal, ya que su tía Margarita, actual jefa de la casa, no tiene descendientes.