Leonor y Sofía: así son y así han cambiado, seis años después
Ni el protagonismo institucional ni lógicamente su físico es el mismo que presentaban las hijas de los Reyes aquel 19 de junio, cuando eran solo dos niñas de nueve y siete años
Este viernes se cumplen seis años de la proclamación de don Felipe como rey, pero también del paso de infanta a princesa de Asturias de Leonor, la primogénita de los actuales Reyes. Seis años en los que hemos visto crecer (mucho) tanto a ella como a su hermana, la infanta Sofía, ya que sus padres han intentado que la pequeña no sea la eterna secundaria que esté siempre a la sombra de su hermana mayor. Difícil teniendo en cuenta el diferente papel institucional de una y de otra, pero no imposible, tal y como hemos apreciado en estos seis años de reinado de Felipe y Letizia.
Aquel 19 de junio de 2014, Leonor tenía nueve años; su hermana Sofía, siete. Eran dos niñas a las que hasta entonces se veía en ocasiones muy puntuales, todas especiales y escogidas con cuidado por los entonces Príncipes de Asturias, que querían para sus hijas una vida lo más normal posible dentro de las circunstancias y que estuvieran centradas, sobre todo, en el colegio y los estudios. Era impensable en ese momento que alguna de las dos perdiera clase para asistir a actos oficiales, algo que se daba por primera vez el año pasado, con el debut de ambas en la vida institucional.
Fue en 2019 cuando tuvo lugar el paso más importante que especialmente la princesa Leonor daba hacia su futuro, con su estreno en los actos relacionados con los Premios Princesa de Asturias y, un par de semanas después, los de la Fundación Princesa de Girona. En ambos se convertía en la protagonista absoluta gracias a sus discursos, dos de ellos en diferentes idiomas, que se ganaron el aplauso generalizado. Mientras, su hermana Sofía permanecía -ya sin que sus padres pudieran evitarlo- en un cómodo segundo plano, siempre como fiel apoyo de su hermana.
Pero el gran estreno de Sofía estaba aún por llegar: tuvo lugar varios meses después y con la pandemia como excusa perfecta para que se le diera también su parte de protagonismo. Fue el pasado 23 de abril y por partida doble. Por un lado, participó junto a su hermana de la lectura pública que se hace cada año -esta vez vía telemática- del 'Quijote', con motivo del Día del Libro. Por otro, y también con Leonor, participó en un vídeo de agradecimiento a los trabajadores que se habían puesto en primera línea frente al coronavirus, además de mandar ánimos a los jóvenes de su edad que, como ellas, permanecían confinados.
Y ambas tenían semanas después otro debut, mucho más triste, ya que por primera vez se vestían de luto y guardaban un minuto de silencio por las víctimas del covid-19. Lo hacían junto a sus padres y en el palacio de la Zarzuela.
Aparte de los obvios cambios físicos, el protagonismo dentro de la agenda ha sido lo que más ha variado desde aquel día en el que sus padres asumían el trono. Como lo habían hecho hasta entonces, han mostrado siempre ante las cámaras y los medios su mejor cara, sin que haya habido grandes deslices, más allá del feo gesto hacia la reina Sofía que protagonizaba Leonor en el conocido rifirrafe tras la misa de Pascua en Palma de Mallorca. Nunca más se han salido de lo que se espera de ellas, adquiriendo cada vez más presencia y voz propia, haciendo declaraciones a la prensa, por ejemplo, al salir de visitar al rey Juan Carlos en la clínica Quirón tras su operación de corazón o posando por primera vez para los retratos oficiales de la familia real.
Pero hay cosas que han permanecido igual, como sus melenas impolutas -aunque ahora las lucen sueltas con más frecuencia-, o su estilo a la hora de vestir, dentro de que no se puede comparar el vestuario de una niña de nueve años a una de casi 15, en plena adolescencia. Tampoco ha variado mucho su carácter: Sofía se ha mostrado siempre como la más espontánea, menos tímida y más charlatana de las dos. Y aunque Letizia ya no le tiene que llamar la atención para que esté en silencio en actos oficiales -siempre de forma discreta, con una simple mirada-, sigue haciendo gala de esa personalidad, diferente a la de su hermana. Mientras, Leonor es algo más vergonzosa y callada. Pero a pesar de ello ha defendido, con nota, sus compromisos públicos, que se veían aún muy lejanos aquel 19 de junio y que ya son hoy citas obligadas en su calendario.
Este viernes se cumplen seis años de la proclamación de don Felipe como rey, pero también del paso de infanta a princesa de Asturias de Leonor, la primogénita de los actuales Reyes. Seis años en los que hemos visto crecer (mucho) tanto a ella como a su hermana, la infanta Sofía, ya que sus padres han intentado que la pequeña no sea la eterna secundaria que esté siempre a la sombra de su hermana mayor. Difícil teniendo en cuenta el diferente papel institucional de una y de otra, pero no imposible, tal y como hemos apreciado en estos seis años de reinado de Felipe y Letizia.