De Kate Middleton a Máxima, el boom por las joyas con iniciales se desata entre las royals
De collares a pulseras, todas lucen con orgullo las iniciales de sus hijos en unas joyas que, obviamente, son únicas, personales e intrasferibles
En las últimas décadas ser portadora de una joya personalizada, con especial protagonismo de nombres e iniciales, se ha convertido en un fenómeno de masas, uno que ha alcanzado altas cotas hasta tocar a las damas de la realeza. Todas, desde Kate Middleton hasta la reina Letizia, guardan con especial cariño en su joyero un collar o una pulsera con los nombres o las iniciales de sus hijos, y es más, algunas no se despojan de esa pieza jamás y la lucen con orgullo de madre día sí, día también.
Algunas de esas joyas más famosas y reconocibles en este universo royal son las de Kate Middleton, como el collar con tres medallas de Spells of Love, una por cada una de las iniciales de sus tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis. Hablamos de un collar compuesto por una doble y fina cadena de oro de 18 quilates y tres pequeños colgantes redondos, grabados con tres letras, la G, la C, y la L. ¿Su precio? Unos 92 euros.
No es el único así en su joyero. En 2014, un año después de estrenarse en la maternidad, su hermana, Pippa Middleton, le regaló un collar de la marca Merci Maman, uno donde cuelgan tres elementos: un disco de oro con el nombre de George Alexander Louis inscrito en él, un pequeño corazón de oro con la W grabada (la inicial del príncipe Guillermo en inglés) y un amuleto con forma de niño.
Su cuñada Meghan Markle más de lo mismo, eso sí, ella se inclina por una joya de estilo minimalista mucho más discreta. Se trata de una gargantilla dorada con una minúscula A, letra que corresponde a la inicial del nombre de su hijo, Archie, y de la que la duquesa de Sussex no se separa desde que se convirtió en madre.
La suya es una creación de Jennifer Meyer, una reconocida diseñadora de joyería estadounidense que firma la pieza más especial de su joyero. En concreto, el collar de Meghan es un diseño hecho a mano en oro amarillo de 18 quilates valorado en 350 dólares, lo que al cambio en euros se traduce en unos 310 €.
Turno ahora para Máxima de Holanda y cambio de pieza, de los collares de la familia real británica a la colección de pulseras personalizas que la monarca posee. Algunas de esas pulseras llevan grabados los nombres de marido, el rey Guillermo, y el suyo, incluso juegan con las iniciales de la pareja, pero nosotras nos quedamos con la pulsera que rinde homenaje a sus hijas.
Regalo por su 40 cumpleaños, es una pulsera de oro amarillo con arandelas engarzadas y piedras de diferentes colores que llevan grabado el nombre de cada una de sus hijas: Amalia, Alexia y Ariane.
La princesa Marie de Dinamarca ha sido una de las últimas en apuntarse a esta tendencia y lo ha hecho con un collar donde se pueden ver una H y una A entrelazadas por los nombres de sus hijos, Henrik y Athena. Una original joya creación de Christine Hvelplund.
La Reina emérita, doña Sofía, tampoco se escapa, eso sí, ella suma a los nombres de sus hijos también los de sus nietos. Se trata de una cadena dorada de la que cuelgan pequeñas medallas con las iniciales de todos ellos, desde su hija Elena a la infanta Sofía. Una forma discreta y elegante de llevarlos a todos con ella, ya que no es un diseño nada llamativo ni ostentoso, pero desde luego es significativo, y mucho, ya que demuestra que su familia es su gran debilidad.
Es más, esta pieza se ha convertido en su favorita en los últimos tiempos y no se desprende de ella en ninguno de sus actos públicos. Para muestra, el look de su reciente reunión con el collar en cuestión.
Cerramos este repaso por los joyeros royal con doña Letizia y su pulsera con iniciales de Tous, regalo precisamente de su suegra con motivo del nacimiento de la princesa Leonor en 2005 y que en inicio llevaba colgada la inicial de la primogénita. Tiempo después y con la llegada de la infanta Sofía en 2007, la Reina añadió su inicial y también la de su sobrina Carla.
Una bonita pulsera que la Reina no porta desde hace años y que nos hace pensar que ha desaparecido de su joyero.
En las últimas décadas ser portadora de una joya personalizada, con especial protagonismo de nombres e iniciales, se ha convertido en un fenómeno de masas, uno que ha alcanzado altas cotas hasta tocar a las damas de la realeza. Todas, desde Kate Middleton hasta la reina Letizia, guardan con especial cariño en su joyero un collar o una pulsera con los nombres o las iniciales de sus hijos, y es más, algunas no se despojan de esa pieza jamás y la lucen con orgullo de madre día sí, día también.
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