El duque de Edimburgo, medicado por una infección y sin previsión de recibir el alta

Tras muchos días en los que ha habido cruces de informaciones contradictorias, el Palacio de Buckingham ha emitido una actualización sobre el estado de salud del duque de Edimburgo. Según la información oficial, el marido de la reina Isabel II sigue ingresado en el hospital y se encuentra bien, aunque -y aquí viene la gran novedad- está recibiendo tratamiento médico por una infección, por lo que aún le esperan varios días más. Desde Buckingham no se dan detalles de si ha sido una infección contraída en el hospital o fue, precisamente, la causa de su ingreso.

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R. Riaño

Pero lo que está claro es que su estado de salud no está tan perfecto como en un principio se hizo pensar, ya que en todo momento se señaló que había sido una medida preventiva, aconsejada por su médico, después de que el duque de Edimburgo empezara a encontrarse mal. Se insistía en un primer comunicado en que iba a estar unos días ingresado en observación y para su "descanso", mientras que ahora se apunta a una infección -sin detallar la gravedad- por la que está siendo medicado. Eso sí, tampoco en esta ocasión hay intención de alarmar, ya que matizan que está respondiendo bien al tratamiento.

Es la primera vez en una semana que se da una actualización del estado de salud del príncipe Felipe. Desde el pasado martes por la noche, cuando se quedó hospitalizado, han sido muy diferentes las informaciones que han llegado por diferentes medios. Una primera versión descartaba que fuera coronavirus y subrayaba que se encontraba muy animado. Pero dos días después de su ingreso, el 'Mirror' informaba en exclusiva de los planes del príncipe Harry por si algo le pasaba a su abuelo y tenía que viajar de urgencia a Reino Unido. No solo se había puesto en cuarentena para evitar un posible contagio que le impidiera volar, sino que, según esta publicación, ya tenía dispuesto y organizado un vuelo privado que le permitiría estar junto a su familia en pocas horas.

No fue lo único que hizo saltar las alarmas. El sábado, era el príncipe Carlos quien hacía sospechar que su padre no estaba tan bien como se había dicho, al visitarlo en el hospital, en un gesto bastante inusual. Tenía que llegar este mismo lunes el príncipe Guillermo para aplacar los ánimos cuando, en un compromiso público -el primero presencial de este año-, aseguraba a la prensa que el duque estaba "bien" y que "lo estaban vigilando"; seguido de su tío, el príncipe Eduardo, que en una entrevista para Sky News afirmaba que estaba mucho mejor y deseando salir del hospital. Un deseo que, ateniéndonos al comunicado de Buckingham, va a tener que esperar al menos unos días más.