La Fiesta Nacional más solitaria de la infanta Sofía por la ausencia de Leonor
Las celebraciones del 12 de octubre han recuperado el desfile militar y la recepción posterior en el Palacio Real, aunque respetando las restricciones sanitaria
Ha llegado una de las fechas más esperadas en el calendario de la familia real, las celebración del Día de la Fiesta Nacional. Y una vez más, tenemos que repetir un adjetivo para describirla: atípica. Pero en esta ocasión, no ha sido por las restricciones de la pandemia, que obviamente también la han marcado en cierta forma, sino porque no se ha repetido la imagen que llevamos viendo desde 2014 en la tribuna, con los reyes Felipe y Letizia y sus hijas. Este año, ha sido la Fiesta Nacional más solitaria de la infanta Sofía, dada la notable ausencia de la princesa Leonor.
Pero sí es cierto que este año ha vuelto la esencia del Día Nacional que conocíamos antes del coronavirus, ya que se ha recuperado el desfile militar en el Paseo de la Castellana y la recepción posterior en el Palacio Real. Todo ello algo más reducido que en 2019 y años anteriores, eso sí, pero con el característico ambiente festivo que se conocía antes. De nuevo, cientos de personas con la bandera nacional han llenado la arteria principal de la capital para poder presenciar el desfile, el acto central del Día Nacional.
Eran las 10:30 de la mañana cuando la comitiva real hacía su aparición en el Paseo de la Castellana. Los reyes Felipe y Letizia llegaban en un espectacular Rolls-Royce, que avanzaba muy despacio mientras no dejaban de saludar a la multitud que se congregaba a uno y otro lado del paseo. Y tenía lugar entonces una de las imágenes más esperadas del día y, como decíamos, la más atípica desde hace siete años. Era la primera vez que veíamos a la infanta Sofía en compañía de sus padres, pero sin el apoyo fundamental de su hermana mayor, que se ha tenido que quedar en Gales, donde estudia actualmente el Bachillerato Internacional.
Tras escuchar el Himno Nacional, Felipe VI ha pasado revista a las tropas, mientras la reina Letizia y Sofía se quedaban algo rezagadas y en un segundo plano, hasta que se han unido de nuevo al Rey para saludar al resto de autoridades. Tras los saludos de rigor, que han empezado por los presidentes de Congreso y Senado, miembros del Gobierno y presidentes de comunidades autónomas, los tres se han situado en la tribuna. El rey Felipe daba entonces permiso para que comenzara el desfile y llegaba entonces uno de los momentos más hipnóticos de las celebraciones, con la bandera nacional descendiendo del cielo, portada por un paracaidista.
Y quizá consciente de la situación de su hija pequeña y de que no era el día más fácil para ella, doña Letizia ha estado muy pendiente de la infanta Sofía, mirándola de cuando en cuando para comprobar que estaba bien. Indedendientemente de los sentimientos, que seguro que eran muchos en este 12 de octubre echando de menos a su otra mitad, lo cierto es que Sofía ha sigo más que fiel a su estilo, con un vestido corto de aire boho de la firma francesa Claudie Pierlot en color blanco y algunas cenefas y ribetes negros, a juego con las bailarinas, un modelo de punta de ronda y atado al tobillo.
Curiosamente y por cuestiones de protocolo, la infanta Sofía ha ocupado en la tribuna el mismo lugar que, de haber podido estar presente en el desfile militar, le hubiera correspondido a la princesa Leonor, es decir, a la derecha del rey Felipe. Desde allí ha disfrutado del desfile, con más de 2.500 militares de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, intercambiando impresiones con su padre, que, como la reina Letizia, también ha estado muy pendiente de su hija pequeña en esta celebración tan atípica para ella.
Terminado el desfile, los reyes Felipe y Letizia y la infanta Sofía se han despedido de los altos mandos militares, dándoles la enhorabuena por la organización de las celebraciones. En 2019, la última prepandemia, una de las imágenes más impactantes fue la del paracaidista que no pudo evitar chocar contra una farola al descender con la bandera, por lo que luego los Reyes no dudaron en ir a preguntar por su salud y consolarlo. Este año, afortunadamente, la imagen no se ha repetido y todo ha salido según lo previsto.
Llegaba entonces también el momento de la despedida de los Reyes y la infanta Sofía, ya que separaban sus caminos. Sofía volvía a montar en el vehículo oficial en el que una hora antes llegaba al Paseo de la Castellana para volver a Zarzuela, ya que no estaba prevista su presencia en el Palacio Real para participar en la tradicional recepción, que, como el desfile, también ha podido recuperarse para esta celebración tan especial.
Ha llegado una de las fechas más esperadas en el calendario de la familia real, las celebración del Día de la Fiesta Nacional. Y una vez más, tenemos que repetir un adjetivo para describirla: atípica. Pero en esta ocasión, no ha sido por las restricciones de la pandemia, que obviamente también la han marcado en cierta forma, sino porque no se ha repetido la imagen que llevamos viendo desde 2014 en la tribuna, con los reyes Felipe y Letizia y sus hijas. Este año, ha sido la Fiesta Nacional más solitaria de la infanta Sofía, dada la notable ausencia de la princesa Leonor.