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La niñez y adolescencia de Irene Urdangarin, marcadas para siempre por sus padres
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

La niñez y adolescencia de Irene Urdangarin, marcadas para siempre por sus padres

Irene Urdangarin ha vivido en su niñez y adolescencia una situación en la que si bien es privilegiada en muchos sentidos, ha estado envuelta en una atmósfera familiar enrarecida

Foto: Irene Urdangarin, junto a su madre y dos de sus hermanos en 2019. (Getty)
Irene Urdangarin, junto a su madre y dos de sus hermanos en 2019. (Getty)

Son momento complicados para los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Al duro hecho de haber tenido que pasar mucho tiempo separados de su padre tras el paso de este por prisión, ahora se ha sumado otro tras haber recuperado su libertad el cuñado del rey Felipe VI: la separación de sus padres tras salir a la luz las imágenes de Iñaki Urdangarin con otra mujer, Ainhoa Armentia, paseando por las playas de Bidart.

A pesar de la tensión familiar, hace pocos días la infanta Cristina y su aún marido se vieron las caras. Iñaki viajó a Ginebra y allí centró gran parte del tiempo en su hija, Irene Urdangarin.

Foto: La infanta Cristina, besando a su hijo. (EFE/Quique García)

La pequeña de la familia ya tiene 16 años. Su adolescencia, ya marcada por una vida forzada en Suiza, lejos de su familia y de Barcelona, ciudad en la que pasó su niñez, y con un padre en prisión, se ha visto ahora tocada de nuevo por una situación en la que sus progenitores vuelven a ser los protagonistas y que, según informó 'Lecturas', le ha afectado considerablemente.

placeholder Victoria Federica e Irene Urdangarin. (LP)
Victoria Federica e Irene Urdangarin. (LP)

Este domingo 3 de abril se cumplen 9 años de la imputación oficial de la infanta Cristina por parte de José Castro, el juez que instruyó el caso Nóos por apropiación indebida de fondos públicos a manos de Iñaki Urdangarin. Castro citó a la hija del rey Juan Carlos para declarar en los juzgados de Palma de Mallorca como copropietaria de Aizóon y directiva de Nóos, una situación sin precedentes en la familia real. Irene Urdangarin tenía 8 años en aquel momento y para ella supuso un nuevo traslado de residencia. Ya lo había vivido con anterioridad, cuando con 4 años se rompió su idílica vida en Barcelona ante el inminente estallido del caso Nóos. Allí residía con su familia en el palacete de Pedralbes. Había iniciado el curso de preescolar en el centro Carles Riba. Pero con solo 4 años tuvo que trasladarse con sus padres a Washington para comenzar allí una primera etapa de un largo exilio.

Con 7 años, Irene Urdangarin regresó junto a su familia a Barcelona. “En los últimos años he venido representando puestos de alta responsabilidad en el Grupo Telefónica, en la convicción de que mis superiores jerárquicos han sabido valorar el esfuerzo y dedicación desarrollado durante este tiempo. Ante la posibilidad de que el procedimiento judicial abierto y en el que estoy en curso pudiera tener alguna incidencia negativa para el Grupo Telefónica, y para evitar esos posibles efectos, he decidido solicitar a la compañía una excedencia temporal, la suspensión de mi contrato y de mis funciones”, explicó Iñaki Urdangarin en agosto de 2012 tras aclarar que sus planes incluían trasladarse junto a su familia “de Washington a Barcelona con la intención de volver a desarrollar con la compañía nuevas actividades en el futuro”.

placeholder Irene Urdangarin. (Getty)
Irene Urdangarin. (Getty)

La estancia de nuevo en Barcelona no duraría mucho tiempo. La familia de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina eran centro del foco mediático y de la polémica. Señalados por la corrupción, fuertemente criticados por la sociedad y mantenidos lejos de la familia real, Irene tuvo que ver cómo celebraba su octavo cumpleaños sin la presencia de gran parte de su familia materna. No faltó, eso sí, su abuela, doña Sofía.

Aquel cumpleaños supo a despedida para la pequeña. El palacete de Pedralbes, el que había sido su primer hogar, fue al poco tiempo embargado y posteriormente vendido para pagar la fianza judicial.

El 3 de abril de 2013 llegó el mazazo definitivo para la imagen de la familia con la imputación oficial de la infanta Cristina. La huida hacia delante se precipitó y la hermana de Felipe VI se trasladó junto a su marido y sus hijos a vivir a Ginebra en el verano de aquel año con la excusa de recibir una importante oferta profesional de la Fundación Aga Khan. Desde hace dos años, la infanta Cristina se dedica en exclusiva a dirigir proyectos de cooperación internacional en países en vía de desarrollo. Mientras, Iñaki Urdangarin viajaba con asiduidad a España para preparar con sus abogados el juicio en el que finalmente fue condenado en 2018 a 5 años y 10 meses de prisión por malversación, prevaricación, fraude a la Administración y dos delitos fiscales.

placeholder La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, con sus hijos Pablo Nicolás, Irene, Miguel y Juan Valentín en una imagen de archivo. (EFE/Juan Herrero)
La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, con sus hijos Pablo Nicolás, Irene, Miguel y Juan Valentín en una imagen de archivo. (EFE/Juan Herrero)

Desde su traslado a Ginebra en 2013, Irene Urdangarin ha tratado de llevar una vida lo más normal y discreta posible. Tal y como detalló recientemente la periodista Silvia Taulés en Vanitatis, la joven acude a clase, en el colegio privado Ecolint, tiene un grupo de amigas muy íntimo y cerrado que la apoyan y con el que hace planes continuamente, suele salir de compras y hacer deporte y sus viajes a Barcelona son bastante frecuentes, pues en la ciudad catalana tiene amigos y una familia a la que adora. Se aloja en casa de sus tíos, los Gui, y visita a muchos amigos, quienes todavía estudian en el Liceo Francés.

Tan frecuentes como discretos eran también sus viajes a nuestro país mientras su padre se encontraba preso en la cárcel abulense de Brieva, donde acudía en solitario para visitarle.

Con todos estos acontecimientos, Irene Urdangarin ha vivido desde pequeña y hasta su adolescencia una situación en la que si bien es privilegiada en muchos sentidos por la posición económica acomodada de la que disfruta, también ha estado envuelta en una atmósfera familiar enrarecida. Primero, por la sombra de la corrupción y el señalamiento social cernidos sobre ella; y ahora, por la crisis matrimonial de sus progenitores. Dos hechos que han acaparado la atención mediática. El empeño de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina siempre ha sido el de mantener al margen de todas estas desagradables cuestiones a sus hijos y que les afectara lo menos posible, tratando de que disfrutaran de un día a día lo más normal posible. A medida que Irene Urdangarin ha ido cumpliendo años, la joven ha tomado conciencia de la difícil realidad que le ha rodeado desde pequeña.

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Son momento complicados para los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Al duro hecho de haber tenido que pasar mucho tiempo separados de su padre tras el paso de este por prisión, ahora se ha sumado otro tras haber recuperado su libertad el cuñado del rey Felipe VI: la separación de sus padres tras salir a la luz las imágenes de Iñaki Urdangarin con otra mujer, Ainhoa Armentia, paseando por las playas de Bidart.

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