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Una mudanza, varios viajes y una petición: por qué las Infantas no han ido a Abu Dabi
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FAMILIA DEL REY

Una mudanza, varios viajes y una petición: por qué las Infantas no han ido a Abu Dabi

No han visitado a su padre desde agosto. La infanta Cristina ha trabajado en Mozambique y Perú, entre otros. Doña Elena tenía que preparar su segunda mudanza del año

Foto: Las infantas Elena y Cristina. (Getty)
Las infantas Elena y Cristina. (Getty)

Es una de las mayores alegrías que recibe en su vida lejana. El rey Juan Carlos I cuenta a los suyos que cuando sus hijas le visitan, se siente feliz. Que es gracias, en parte, a ellas que esa suerte de exilio se le hace algo llevable. Pero hace unos meses que las Infantas no viajan a Emiratos Árabes.

Por cuestiones personales y porque el propio rey emérito les pidió en su momento que rebajaran el perfil público, que le visitaran poco, porque así podía preparar mejor su vuelta a España, uno de sus principales objetivos.

placeholder La infanta Elena, en Sanxenxo para visitar a su padre en mayo. (EFE)
La infanta Elena, en Sanxenxo para visitar a su padre en mayo. (EFE)

En esta situación, las hermanas de Felipe VI no han vuelto a Abu Dabi desde agosto, cuando se turnaron para que su padre estuviera acompañado. La infanta Cristina ha tenido un año muy complejo en el plano personal, pero no hay que olvidar que la infanta Elena también ha tenido sus problemas. Mucho más simples, cierto, pero que han afectado también a su día a día. Hace unos meses detectó unas humedades en su casa, algo que podría parecer banal, pero que les han obligado a mudarse y a reformar la vivienda. Durante un tiempo no ha vivido en su casa y ha tenido que estar pendiente de las obras, que además se han retrasado. Una situación que no le ha facilitado volcarse en su padre tanto como hubiera querido.

Foto: El rey Juan Carlos, en primavera en Sanxenxo. (EFE/Lavandeira Jr)

Además, su hija, Victoria, que se había emancipado y vivía con su novio, rompió con él y volvió a casa, con el ‘drama’ que eso supone. Porque si hay algo de lo que está pendiente la infanta Elena es de sus hijos, a quienes vigila noche y día.

Así que desde principios del mes de agosto, cuando fue a Abu Dabi, no ha vuelto. Doña Elena viajó de Emiratos a España y fue entonces doña Cristina quien viajó de España a Emiratos. Ambas se turnaron para estar con su padre y alargar su presencia en el país.

Cristina y sus problemas

Y desde entonces, la infanta Cristina tampoco ha estado en Emiratos. En su caso, la vida es mucho más complicada que la de su hermana. Porque a su divorcio se tiene que sumar su residencia en el extranjero, con hijos desperdigados por Europa y con dos trabajos diferentes. La menor de las dos hijas de los eméritos trabaja para la Fundación Aga Khan, con base en Ginebra, y para la Obra Social La Caixa, con base en Barcelona.

Intentó cortar con el estrés esta dualidad y centrarse solo en su trabajo en Suiza, quiso dejar su puesto en La Caixa, como ya contamos, pero no pudo ser por la pandemia. Finalmente, se mantiene al frente del Área Internacional, organismo con el que ha tenido que realizar varios viajes este otoño.

Foto: La infanta Cristina reaparece sonriente en Perú. (Twitter/@WorldVisionPeru)

Sin ir más lejos, esta misma semana ha estado en Perú de la mano de La Caixa. La Infanta no ha dudado en mostrar su mejor sonrisa y en posar junto a algunas de las protagonistas de su labor en el país andino: las artesanas beneficiarias de la comunidad de Umuto, que le enseñaron sus trabajos, prueba de su esfuerzo y dedicación.

Sonriente y juvenil

Sonriente y muy juvenil, posaba junto a estas mujeres en una imagen que la organización World Vision Perú colgaba en las redes sociales. Feliz de poder conocer de primera mano este proyecto y con un look para la ocasión, con pantalones vaqueros, deportivas y un poncho de cuello vuelto, de color beis, tejido con ochos y rematado con flecos.

En septiembre, la hermana de Felipe VI ya estuvo fuera, esa vez en Mozambique. Tras un verano intenso en el que no ha parado, instalada en Barcelona y viajando por toda la península y más allá, volvió al trabajo y se volcó en él. Doña Cristina regresó a Ginebra a finales de septiembre, desde donde estuvo preparando el viaje de cooperación.

Foto: Infanta Cristina. (Archivo)

Como el de Perú de esta semana, el viaje de la infanta Cristina a Mozambique en octubre fue una especie de baño de cariño para ella. Han sido muchas las veces que ha visitado este país y siempre la han recibido con honores y muestras de respeto. En 2018 fue su última visita. Entonces se alojó en un hotel que la Fundación Aga Khan había remodelado años antes y el director del establecimiento salió a darle la bienvenida y la trató de alteza. Es el título que mantiene, siendo todavía una de las personas mejor situadas en la línea de sucesión.

Con Iñaki en Ginebra

Da la casualidad, además, que mientras la Infanta preparaba su viaje a África, su todavía marido estaba con ella y su hija Irene en Ginebra. Lo que le sirvió a la Infanta para tener más tiempo para planear su trabajo. La relación entre ambos es cordial y estable, así que la presencia de Urdangarin ya no significó para ella un disturbio.

Foto: Pablo Urdangarin celebra un gol con un compañero. (Arnaitz Rubio)

Juntos pasaron unos días en Ginebra con Irene, y después de una semana intensa, cada uno tomó su camino. Urdangarin volvió a Vitoria y allí se reencontró con su pareja actual, Ainhoa Armentia, con quien viajó a Formentera para pasar unos días de vacaciones. Mientras, la infanta Cristina se marchaba a África.

La infanta Cristina vive volcada en su trabajo y también en sus hijos. Viaja con mucha frecuencia a Barcelona, unas dos veces al mes o más, y aprovecha su trabajo para ver a Pablo, el segundo de sus retoños, convertido ya en un auténtico profesional del balonmano. Y todo ello lo hace pendiente de su divorcio, que sigue su curso de forma lenta y pacífica.

Es una de las mayores alegrías que recibe en su vida lejana. El rey Juan Carlos I cuenta a los suyos que cuando sus hijas le visitan, se siente feliz. Que es gracias, en parte, a ellas que esa suerte de exilio se le hace algo llevable. Pero hace unos meses que las Infantas no viajan a Emiratos Árabes.

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