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Leonor y el problema con su título de Princesa de Viana: la solución en la que se trabaja 'en secreto'
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Leonor y el problema con su título de Princesa de Viana: la solución en la que se trabaja 'en secreto'

A punto de cumplirse diez años de la proclamación de Felipe VI, Leonor todavía no se ha estrenado como Princesa de Viana; de hecho, en Navarra ni siquiera han cambiado el nombre de los premios, que siguen siendo Príncipe de Viana

Foto: La princesa Leonor, en una imagen reciente. (LP)
La princesa Leonor, en una imagen reciente. (LP)

Cuando su padre se convirtió en rey el 19 de junio de 2014, Leonor de Borbón pasó automáticamente a ser Princesa de Asturias. Pero no solo adquirió este título que llevan los herederos al trono español, sino que heredó los títulos históricos de Princesa de Girona, Princesa de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer. El principado de Viana es el menos conocido, pero no por ello el menos importante. Tal dignidad tiene una historia riquísima, además de vertebrar en su día la unión de los tres reinos medievales (Castilla, Aragón y Navarra) que terminarían por conformar la monarquía hispánica, más adelante España.

Los tres títulos principescos llevan aparejados, además, sendos premios. Famosísimos por prestigiosos son los de Asturias, menos conocidos los de Princesa de Girona recientemente celebrados y, por último, los ligados a Navarra, los Premios Príncipe de Viana. Ha leído bien, príncipe y no princesa. Algo que no se entiende en los tiempos en los que estamos, pero que tienen una explicación política.

Fuentes del mundo de la historia y la cultura de la comunidad foral en conversaciones con Vanitatis lo explican y lo hacen desde el anonimato porque es una cuestión políticamente delicada: “Los premios están ligados al Gobierno navarro que en los últimos años ha estado en manos de partidos muy poco proclives a la monarquía, de ahí que no quieran que dichos premios estén vinculados a la Corona, sino a la cultura, y por ello no han querido cambiar el nombre a Premios Princesa de Viana cuando en 2014 doña Leonor adquirió ese título”.

placeholder Los Reyes, en 2015, en los últimos Premios Príncipe de Viana. (Efe)
Los Reyes, en 2015, en los últimos Premios Príncipe de Viana. (Efe)

Las mismas fuentes explican que están trabajando para modificar esto, aunque de forma casi secreta. “Lo deseable sería que los premios dependiesen de fundaciones y no de gobiernos para garantizar que sean lo que realmente son, algo que está entroncado directamente con nuestra historia, la de Navarra y la de España, que no se mezclen con cuestiones políticas para garantizar su independencia”.

A punto de cumplirse diez años de la proclamación de Felipe VI, Leonor todavía no se ha estrenado como Princesa de Viana, un hecho que preocupa a historiadores y también aquellos ciudadanos navarros que son proclives a la monarquía. La esperanza está puesta en que esos premios puedan volver a instaurarse y tengan en un futuro tanto prestigio como los de Asturias.

Como señalábamos, el de Viana el más desconocido de los tres inherentes al título de heredero de la Corona de España, pero no por ello carece de menor importancia. De hecho, su existencia es absolutamente relevante dentro de la construcción de la España que hoy conocemos. Como los dos anteriores, quién lo lleva es el heredero del reino, en este caso, de Navarra. Es importante señalar aquí que esta costumbre no fue única en los reinos medievales europeos. También se hizo en Inglaterra, Francia y demás porque otorgaba, además de mayor dignidad, las rentas del lugar y asimismo consolidaba la institución monárquica. Esto no ocurre en la actual España constitucional, pero sí sigue siendo así, por ejemplo, en Reino Unido, donde el príncipe de Gales obtiene un beneficio económico de estas a través de los ducados de Lancaster y Cornualles.

En su origen fue instituido por Carlos III el Noble, casado con Leonor de Castilla, para su nieto Carlos, llamado desde ese instante Carlos de Viana. Este era hijo de Juan II y Blanca de Navarra y recibió dicho título bajo juramento en la Cortes, situadas entonces en Olite, el 11 de junio de 1422. Pero no sería hasta el 20 de enero de 1423 cuando se establecieron un conjunto de rentas para los príncipes de Viana y sus sucesores (no existe esto ahora). Por tanto, ahora se cumplen 600 años de su nacimiento. Contrajo matrimonio con Inés de Clèves, aunque no tuvieron descendencia.

Tras la muerte de su madre, la reina Blanca de Navarra (1441), y estando su padre ausente del reino, Carlos de Viana sigue el consejo dejado en el testamento de su progenitora por el cual no deberá contraer matrimonio sin consentimiento de su padre. Sin embargo, las cosas se tuercen entre padre e hijo, ya que el primero, al haber enviudado y habiéndose casado con Juana Enríquez, hija de un almirante de Castilla, pierde así el usufructo de la herencia de su fallecida esposa, dando lugar al comienzo de hostilidades entre las facciones navarras y las castellanas. Si bien padre e hijo lograron reconciliarse, no sucedió así con las facciones que los seguían: los beaumonteses del partido del príncipe Carlos de Viana frente a los agramonteses del lado de su padre, el rey.

Esto dio lugar a una inevitable guerra civil que duró de 1451 a 1464 y que dio como resultado la unión dinástica de Aragón y Navarra en la persona de Juan II. En 1512, Navarra fue conquistada por Fernando el Católico (rey de Aragón y curiosamente medio hermano de Carlos de Viana). A partir de ese momento, el principado de Viana quedó vinculado a la Corona de Aragón primero, a la de Castilla después y finalmente a la de España.

Leonor es la actual Princesa de Viana y detrás de este título, como de todos los que ostenta, hay una importante y trascendental historia que como futura soberana deberá conocer y defender y, por qué no, con unos premios a la altura de una comunidad histórica como lo es la de Navarra. Por cierto, Navarra tuvo una reina titular llamada Leonor, hermana del mencionado príncipe de Viana. Reina propia, no consorte. Eso sí, su reinado fue más bien efímero, del 28 de enero al 12 de febrero de 1479.

En estos momentos, la joven princesa Leonor va a iniciar un proceso formativo largo, con el comienzo de su formación militar. Su perfil, dentro de una sociedad contemporánea compleja, versátil y abierta, poco a poco se irá enriqueciendo con su inmersión en el amplio abanico de las cuestiones que afectan al desarrollo, gobernabilidad, proyección internacional y debates de nuestro país.

El título de Princesa de Asturias

Es el más conocido por ser el que se usa habitualmente para designar a los herederos al trono de España. Además, lleva asociado los famosos premios que hoy día son mundialmente conocidos por su gran prestigio.

Su historia se remonta a 1388, reinando en Castilla Juan I y siendo dicho reino un avispero de problemas entre dos casas dinásticas, la de Borgoña y la de Trastámara, una rama menor pero que era la del monarca. En una maniobra política destinada a apaciguar tan convulsos momentos, Juan I crea el principado de Asturias para otorgar dicha dignidad a su heredero, Enrique (futuro Enrique III el Doliente), reforzando su linaje y proyecto político. Hacer esto no era una cuestión baladí, ya que la creación de un principado constituía conformar el mayor señorío jurisdiccional que un rey podía otorgar; además de reforzar la figura del heredero. Por cierto, el de Girona, como veremos más adelante, fue erigido 37 años antes, concretamente en 1351. El gran problema que tuvo este monarca lleno de buenas intenciones fue el mismo que había tenido su padre, constantes guerras civiles con un trasfondo de tensiones señoriales que bien merecerían una buena serie histórica.

placeholder Leonor, en los Premios Princesa de Asturias. (LP)
Leonor, en los Premios Princesa de Asturias. (LP)

Con la creación del principado de Asturias se lograba un aspecto fundamental: legitimar la bastardía de los Trastámara. Dicha casa, del noroeste de Galicia, la ostentaba Enrique II de Castilla antes de subir al trono, hecho que logró tras una cruenta guerra civil contra su medio hermano Pedro I (el Cruel), al que asesinó. Se suponía que Pedro era el monarca legítimo para ocupar el trono, de ahí la supuesta bastardía de los Trastámara. Una bastardía que viene a 'solventarse' otorgando al hijo del rey el mencionado principado de Asturias. Por cierto, tanto la esposa del quien confirió el principado de Asturias como una de sus hijas lucieron el nombre Leonor.

Principado de Girona

Al principado de Girona se le puede aplicar fácilmente la famosa frase "dato mata relato". Los nacionalistas catalanes, tan poco amigos de la Corona de España, obvian deliberadamente que el título nació y por tanto perteneció al reino de Aragón, que no al de Cataluña, porque básicamente jamás ha existido tal reino (el de Cataluña).

Nació en 1351, instituido primeramente como ducado por el rey Pedro IV de Aragón. Cincuenta años más tarde, en 1416, Fernando I de Antequera (rey aragonés y primer Trastámara de dicho reino) eleva a principado tal dignidad y con la clarísima intención de que ese sea el título del heredero del Reino de Aragón. Por cierto, la ceremonia tenía lugar en Zaragoza y el primero en recibir dicho título fue el futuro Alfonso V de Aragón.

Cuando falleció este monarca, su hijo Juan no lo usó para su heredero Carlos de Viana y hubo de esperarse al nacimiento del primer varón de los Reyes Católicos, el infante don Juan, para recuperarlo. Lógicamente, dicho infante fue Príncipe de Asturias por ser heredero de la corona de Castilla y Príncipe de Girona por ser hijo de Fernando de Aragón. Hasta 1646 se usaron ambos títulos, quedando en desuso a partir de entonces por la denominación de príncipe de las Españas, momento el que Felipe V de Borbón los volvió a recuperar con sus famosos Decretos de Nueva Planta (1707-1716) tras la Guerra de Sucesión Española (1701-1713).

placeholder Leonor, en los Premios Princesa de Girona. (LP)
Leonor, en los Premios Princesa de Girona. (LP)

Desde la citada época y hasta la época de don Juan de Borbón, conde de Barcelona y bisabuelo de Leonor, se dejó de utilizar el título asociado al heredero a la Corona española. En 1961, como jefe de la Casa Real Española en el exilio, decidió recuperarlo para su hijo, don Juan Carlos de Borbón, Príncipe de Asturias, Gerona y Viana; aunque los medios de comunicación de la época, curiosamente, simplemente lo llamaron, a él y a doña Sofía, príncipes de España.

Felipe VI y Leonor

Felipe VI y Leonor son los dos últimos príncipes de Asturias, Girona y Viana a partir del rescate de la monarquía parlamentaria (Real Decreto 54/1977, de 21 de enero y el posterior artículo 57.2 de la Constitución española de 1978). El primero lo lució hasta convertirse en rey y la segunda cuando este hecho aconteció en 2014. A este principado van unidos los títulos de duque Montblanch, conde de Cervera y señor de Balaguer.

Leonor es la décimo novena en la lista desde su creación y la segunda mujer que ocupa dicha distinción. La anterior fue Juana I de Castilla, la apodada 'La loca' y que aunque las cortes de Castilla jamás la despojaron de su título, jamás reinó. Podría haberse agregado a esta lista Isabel II, pero por lo mencionado anteriormente, el título cayó en desuso. Además, es la tercera en dicha distinción de la casa de Borbón siendo las anteriores las casas de Aragón, Trastámara y Austria.

Gema Lendoiro es periodista y doctoranda en Historia Moderna de España en la Universidad de Navarra.

Cuando su padre se convirtió en rey el 19 de junio de 2014, Leonor de Borbón pasó automáticamente a ser Princesa de Asturias. Pero no solo adquirió este título que llevan los herederos al trono español, sino que heredó los títulos históricos de Princesa de Girona, Princesa de Viana, duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer. El principado de Viana es el menos conocido, pero no por ello el menos importante. Tal dignidad tiene una historia riquísima, además de vertebrar en su día la unión de los tres reinos medievales (Castilla, Aragón y Navarra) que terminarían por conformar la monarquía hispánica, más adelante España.

Princesa Leonor Noadex
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