El abrigo misterioso de la reina Letizia, piropos, 'Clavelitos' y otras anécdotas del Premio Cervantes

Es una de las citas más esperadas del mundo cultural y una fecha marcada en rojo en el calendario de la Casa Real, ya que es don Felipe el encargado de entregar cada año el galardón más prestigioso de las letras españolas. Y como siempre, la jornada nos ha dejado muchas imágenes y anécdotas, esta vez con todo el protagonismo para los piropos a la reina Letizia y un abrigo misterioso que, en el último momento, no veíamos en el Premio Cervantes.

Los Reyes llegaban unos minutos antes de las 12, cuando estaba previsto que comenzara la ceremonia de entrega, a la Universidad de Alcalá de Henares, engalanada como cada 23 de abril para acoger esta especial cita. La pareja real era recibida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Una bienvenida en la que entraba en juego ese abrigo misterioso del que hablamos.

Tal y como han recogido las cámaras de RTVE durante solo unos segundos, hemos podido ver que la reina Letizia bajaba del vehículo oficial con un abrigo en la mano. Solo han sido unos segundos, pero suficientes para ver que era de color negro y parecía una de las capas de su abultada colección. La pena es que no hemos podido comprobarlo, puesto que no tardaba en pedir a un miembro de su seguridad que se hiciera cargo de él, luciendo el vestido en tweed que ha estrenado para la ocasión.

Otra de las anécdotas del día la protagonizaba Isabel Díaz Ayuso, ya que se incorporaba un poco tarde a la fotografía de las autoridades, con la consiguiente confusión por saber cuál era el sitio correcto. La presidenta de la Comunidad de Madrid no pasaba desapercibida, además, por su conjunto en un vibrante azul.

Los Reyes se encontraban entonces con el homenajeado del día, el escritor Luis Mateo Díez, a quien ambos mostraban un especial afecto en su saludo. Doña Letizia estrechaba con sus dos manos la del autor mientras le decía "Qué alegría verle, enhorabuena".

Y es que la Reina se ha mostrado de lo más habladora durante toda la cita, exceptuando, claro está, el momento de los discursos, que corrieron a cargo del propio monarca, el galardonado y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, por primera vez en un acto oficial con chaqué, aunque sin renunciar a este estilo un tanto desaliñado tan característico.

Pero cuando no tomaba otra persona la palabra, podíamos ver a doña Letizia comentando los pormenores del acto con Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo, con la que compartía un apunte sobre las pesadas sillas donde tenían que sentarse, o con el Premio Cervantes, siempre muy interesada por lo que Luis Mateo Díez le contaba tras la entrega del galardón, cuando se dirgían a hacer la foto de familia.

"Siempre lleva la voz cantante"

Hace unos días, el experto en lenguaje no verbal Cristian Salomoni, analizando la comunicación corportal de la Reina en Holanda, nos decía lo siguiente: "Aunque no es ella la anfitriona, siempre lleva la voz cantante. Se la ve súper desenvuelta, siempre cómoda. Cuando le presentan a alguien, no termina ahí; ella se implica, habla con la gente, pregunta. Eso es súper bueno".

Pues bien, son palabras que podríamos repetir letra a letra para resumir la actitud de la esposa de Felipe VI durante la entrega del Premio Cervantes. Esta implicación se veía en Alcalá de Henares, por ejemplo, tras fotografiarse con el galardonado, cuando ha invitado a acercarse a toda su familia.

Hermanos, hijos, nietos... Han sido muchos los que han querido estar con el escritor en este gran día y todos han posado con los Reyes en una multitudinaria foto de familia, llegando a eclipsar a las autoridades políticas, a buen seguro menos importantes para el premiado que los suyos.

Tras un rato privado y sin acceso a las cámaras, llegaba uno de los momentos más esperados de la jornada. Hablamos de esa actuación de la tuna de la Universidad de Alcalá, que los Reyes siempre presencian con más o menos emoción, e incluso un poco de tensión en el caso de la reina Letizia, a la que aún no han conseguido porner esa capa tan característica de los músicos.

Y no acababa la entrega del Premio Cervantes sin otra de las anécdotas. Los Reyes se daban un auténtico baño de multitudes entre los vecinos de Alcalá. Un momento en el que no han faltado continuos piropos a doña Letizia, selfies y regalos.

Pero si algo ha llamado la atención es que el monarca se ha metido en el vehículo oficial antes que su esposa, quien se ha demorado bastantes minutos para seguir saludando al público, entre gritos de "Guapa" y al ritmo de la icónica 'Clavelitos', que parecía dedicada para ella.