El príncipe Guillermo, huidizo y sin Kate Middleton, protagonista en la boda del duque de Westminster

En tres autobuses y dos furgonetas. Así han ido llegando los invitados al enlace de Hugh Grosvenor, el soltero más rico de Inglaterra. Hasta hoy. Porque el duque de Westminster deja de ser soltero al celebrar este viernes su boda con Olivia Henson. Un enlace en el que el príncipe Guillermo ha sido protagonista secundario, mostrándose huidizo y sin Kate Middleton ni ninguno de sus hijos.

El heredero británico llegaba a la Catedral de Chester, donde se celebra la boda, en una de esas furgonetas que mencionamos, sin distinciones con el resto de padrinos. El novio, además, lo había elegido para recibir a todos los invitados e indicarles su lugar dentro del templo.

Pero, a diferencia de él, que llegaba unos minutos después en un Land Rover -un tipo de vehículo muy ligado, por cierto, a la familia real británica- Guillermo prefería entrar rápidamente, sin saludar ni los medios y adoptando ese papel secundario que quería tener para dar todo el protagonismo a su amigo. Algo inevitable, por otra parte, teniendo en cuenta que se trata del príncipe de Gales.

Su aparición era muy esperada, aunque ya se contaba con que lo haría en solitario, sin ningún miembro de su familia. Se especulaba hace unas semanas con la posibilidad de que su hijo mayor, George, también tuviera un pequeño papel, pero finalmente no ha sido así.

Por supuesto, la posibilidad de que asistiera Kate Middleton quedaba anulada desde hace unos meses, cuando se supo que padece cáncer y que estaría fuera de foco largo tiempo. Eso sí, el príncipe de Gales no estaba solo presicamente en este multitudinario enlace. Su prima, la princesa Eugenia de York, o Thomas Van Straubenzee, padrino de Charlotte e íntimo de Guillermo, también estaban presentes.

Pero si algo había causado expectación era la posible presencia de Rose Hanbury, la mujer a la que lleva un tiempo relacionándose con el heredero al trono británico y cuyo nombre volvió a hacerse viral en los peores momentos de salud de Kate Middleton. Aunque, al menos a la llegada, no se ha visto ni a la marquesa de Cholmondeley ni a su marido.

Sin duda, el reencuentro público de Guillermo y Rose Hanbury era uno de los atractivos de este enlace, pero, al menos en la llegada al templo, no se ha dado la esperada imagen. Además de que Guillermo llegaba en una furgoneta y accedía rápidamente, los tres autobuses en los que llegaban el resto de invitados no ha facilitado precisamente poder captar a todos ellos.

Así, todo el protagonismo recaía en los novios, que llegaban con unos minutos de diferencia, pero en el caso de la novia con puntualidad británica. Olivia Henson desvelaba a las 12 en punto el secreto mejor guardado de toda boda: su look nupcial. Un diseño minimalista que le daba algún que otro problema, ya que el viento se convertía en molesto e inesperado invitado de última hora.