Johanna Zott lo da todo en las gradas por su novio Pablo Urdangarin: quejas, gritos, saltos y un sentido abrazo

El ambiente en el polideportivo de Barcelona fue vibrante durante el último partido de Pablo Urdangarin, en el que volvió a demostrar su talento en el balonmano. Sin embargo, el protagonismo no estuvo únicamente en la cancha. Desde las gradas, Johanna Zott, novia del nieto de don Juan Carlos, vivió intensamente cada jugada. Aunque suele ir acompañada por algún miembro de la familia de la infanta Cristina o de su padre, en esta ocasión, disfrutó del partido con una amiga. Se mostró relajada, celebrando cada tanto con efusividad y compartiendo momentos de emoción, nervios y alegría.

Desde las gradas se las vio pasárselo bien y celebrar los tantos del equipo del nieto del emérito con saltos y gritos. Pero también vivieron momentos tensos en los que la joven pedía explicaciones de las jugadas. Al terminar el encuentro, el público fue testigo de un tierno gesto entre la pareja: Pablo y Johanna se dieron un cálido abrazo, que demostró la complicidad que caracteriza su relación. Este cariñoso instante entre ambos dejó claro el fuerte vínculo que mantienen tras más de dos años juntos.

Para la ocasión, la joven optó por un look cómodo y juvenil, reflejo de su estilo desenfadado. Llevaba un cárdigan gris corto sobre una camiseta blanca, vaqueros acampanados y zapatillas Converse blancas, un calzado que parece ser su sello personal. Como accesorio, lució un llamativo collar tipo chocker con conchas marinas, que evocaba los días cálidos del verano y aportaba un toque fresco y original a su conjunto.

La relación entre Johanna y Pablo comenzó en su época de estudiantes en el Liceo Francés de Barcelona. Aunque ella estuvo separada de su pareja durante unos meses debido a una estancia Erasmus en Múnich, han sabido mantener viva su romance. Zott, de 22 años, está cursando Medicina en la ciudad Condal y ya realiza prácticas en un hospital, siguiendo los pasos de su madre, que es doctora. Su padre, en cambio, es profesor y un asiduo a las gradas que animan al sobrino de Felipe VI. Además, es una apasionada del deporte, habiendo jugado al voleibol en el equipo Voley Esplugues.

Con una vida discreta en Barcelona, Johanna y Pablo disfrutan de los pequeños placeres, desde tardes de compras hasta cenas íntimas. Ambos están construyendo una historia sólida que se mueve entre el deporte, los estudios y los momentos compartidos, siempre bajo la mirada atenta y los flashes de quienes siguen sus pasos. El piso en Pedralbes, una exclusiva zona en la que vivieron sus padres durante sus años en Barcelona, se ha convertido en su centro neurálgico dado que, aunque pertenece a dos grandes amigos de la infanta, se ha convertido en su casa de forma provisional.

El vínculo de Johanna con la familia de Pablo es excelente. Su relación con Irene Urdangarin, hermana menor de su novio, es especialmente cercana. Las jóvenes comparten grupo de amigos y confidencias, como se ha visto en distintas ocasiones, sobre todo animando al protagonista. Hace apenas cuatro días, compartió bancada con la nieta de doña Sofía y su madre, la infanta Cristina. La pequeña del clan, que tiene un estilo muy marcado, aprovechó una semana que tenía de vacaciones en Oxford, donde está estudiando, para visitar a su hermano y compartir tiempo con su amiga, consolidando así esta relación de apoyo y amistad familiar.