Andressa Urach, de Miss BumBum a la silla de ruedas por su obsesión por la cirugía

“Un vicio y una obsesión”. Así es como la brasileña Andressa Urach define su más que constante coqueteo con la cirugía plástica. Primero fue la nariz, después una liposucción y luego un aumento de pecho. Todo ello, con tanto solo 21 años y con un claro objetivo: buscar la perfección y el “cuerpo perfecto”.

“La cirugía plástica es una droga”, asegura Urach, de 27 años, en una entrevista en BBC Mundo. “Cuando empiezas ya no sabes cómo parar. Cualquier cosa que era pequeña se vuelve grande”, añade. Y esa obsesión parecía dar sus frutos hasta que finalmente acabó durante varias semanas en una silla de ruedas.

En 2012, Andressa Urach ganó fama mundial al quedar segunda en Miss BumBum, el certamen que elige el mejor trasero de Brasil. A partir de ahí, sus apariciones se multiplicaron y su cuerpo a golpe de bisturí se convirtió en su mejor carta de presentación. Con ropa o sin ella, Urach era un reclamo para las revistas, lo que le valió dar el salto a la televisión.

‘Carne’ de reality show y presentadora, esta brasileña logró su sueño de ser una estrella en su país. Pero como toda estrella, su brilló comenzó a apagarse cuando al mirarse al espejo no veía más que imperfecciones. Con el firme deseo de permanecer siempre en las ‘alturas’ Andressa Urach volcó sus pensamientos no en formarse si no en continuar esculpiendo su cuerpo quitándose una costilla para tener la cintura más fina o cortándose dedos del pie para calzar dos números menos. “Pasé lo límite de la vanidad. Tenía que estar y ser perfecta porque la sociedad impone que tengas el cuerpo perfecto”, reconoce.

Sin embargo, tanta obsesión le pasó factura después de someterse a una operación para moldear sus piernas y su trasero. Tras invertir más de 9.000 euros en varias inyecciones de hidrogel para evitar una cirugía invasiva, Andressa Urach comenzó a sentir fuertes dolores en las piernas debido a una grave infección que a punto estuvo de costarle la vida el pasado mes de diciembre. Ahora, dos meses después, Miss BumBum permanece en silla de ruedas alejada de los focos del ‘show bussiness’ pero convertida en un símbolo de los riesgos de la cirugía estética en Brasil, país que vuelve a estar en el primer puesto de la estadísticas en número de operaciones de este tipo.