Emmanuel y Brigitte Macron, dos años en el Elíseo: esplendor y caída de la pareja
El 14 de mayo se cumplen dos años de la llegada al poder del presidente francés, a quienes las encuestas no le sitúan en muy buen lugar
El domingo 14 de mayo de 2017, Emmanuel Macron se convertía oficialmente en presidente de Francia. Llegaban nuevos aires al Elíseo, después de la tumultuosa vida sentimental de su predecesor en el cargo, François Hollande, que mantenía (y a día de hoy mantiene, ya de manera pública) una relación sentimental clandestina con la actriz Julie Gayet.
Una situación embarazosa para el mandatario francés, que dejaba su cargo lastrado por esta situación personal y dejaba paso a una pareja a la que separan casi un cuarto de siglo (ella era su profesora de teatro cuando el ahora presidente tenía 17 años), dispuesta a romper moldes y a renovar hasta el mobiliario del palacio presidencial, una metáfora de los nuevos tiempos que, sin pretenderlo, se convirtió recientemente en su espada de Damocles
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Mucho han cambiado las cosas desde entonces, pues el presidente francés ha tenido que hacer frente a grandísimos retos como los chalecos amarillos, un movimiento contestatario que, pese a las cesiones del mandatario, no se ha terminado de apagar, la dimisión de ministros clave de su gabinete o la caída sustancial de su popularidad.
Otra de las cuestiones que también se ha puesto en entredicho es el papel realizado por la primera dama, Brigitte Macron, acusada en ocasiones de tener una presencia excesiva. Un asunto que queda reflejado en el libro 'Madame la Présidente', escrito a cuatro manos por Ava Djamshidi y Nathalie Schuck, donde se subraya además, que los 24 años de edad que le separan de su marido siguen siendo su talón de Aquiles, aunque ella "prefiere reírse del asunto para exorcizarlo".
En pleno fragor del movimiento de los chalecos amarillos, a la primera dama francesa se le aplicó el apelativo de la 'María Antonieta que vive en su burbuja', una retórica que nos retrotrae a la Revolución Francesa y que venía propiciada, entre otras cuestiones, por la revelación en 'Le Monde' de que se iba a gastar 300.000 euros solo en renovar la moqueta del Elíseo, o sus elitistas gustos en cuestiones de moda (aunque en realidad la mayor parte de las prendas que luce son prestadas, según el libro que ya hemos mencionado).
En efecto, las encuestas reflejan en estos momentos un significativo desgaste no solo de la primera dama, sino también de Emmanuel Macron. Según un sondeo realizado por BVA Group, una reconocida empresa especializada en estudios de opinión, al comienzo de su mandato su nivel de popularidad estaba por encima del 62% mientras que ahora ha caído por debajo del 32%. Asimismo, un 23% de los franceses se muestran satisfechos con su gestión, mientras que el 65% se muestran descontentos.
En esta línea abundaba un reciente artículo de 'Le Monde', un periódico de una línea editorial no particularmente a favor de las tesis de Macron, aunque mucho menos beligerante que otros medios más de izquierdas, como 'Libération'. El titular no podía ser más elocuente: "Emmanuel Macron ya no seduce, especialmente a la derecha". Para ello recababan una serie de testimonios que sustentan su tesis. Así, una fuente cercana al mandatario galo sostiene que "Macron es un encantador, un hiperseductor. Sales de almorzar con él creyendo que lo has ganado todo y puedes esperar tres meses... Los seductores no son siempre los que escuchan mejor. No se dan cuenta del daño que pueden hacer".
Otro de sus allegados, cuya identidad no se desvela, manifiesta que "algo que me gusta de él es su cinismo absoluto. Consigue que la gente se enamore de él", manifiesta con lo que parece, cuando menos, ironía.
Sin embargo, todo hace pensar que la historia de amor de los franceses con Emmanuel y Brigitte no atraviesa, dos años después, su mejor momento.
El domingo 14 de mayo de 2017, Emmanuel Macron se convertía oficialmente en presidente de Francia. Llegaban nuevos aires al Elíseo, después de la tumultuosa vida sentimental de su predecesor en el cargo, François Hollande, que mantenía (y a día de hoy mantiene, ya de manera pública) una relación sentimental clandestina con la actriz Julie Gayet.