La pesadilla de la condesa inglesa Alexandra Tolstoi: un cuento de hadas arruinado

La historia en la que se está viendo envuelta la condesa inglesa Alexandra Tolstoi podría estar sacada de un guión de película de suspense. Parecía vivir un auténtico cuento de hadas junto a su gran amor y padre de sus dos hijos, el empresario y multimillonario ruso Sergei Pugachev, conocido como 'el banquero de Putin'. Ahora, el sueño se ha tornado en pesadilla.

La pareja ha estado felizmente casada durante diez años e incluso decidieron protagonizar un reality juntos para mostrar su privilegiado estilo de vida. Durante cinco años, las cámaras les siguieron. Todo parecía perfecto, pero las cosas comenzaron a torcerse. Aún así, las cámaras siguieron grabando y ahora, toda esta sorprendente historia, el cuento de hadas transformado en pesadilla, podrá verse en un documental en el que ambos han expuesto sus diferentes versiones.

"Cuando conocí a Sergei era eléctrico y me enamoré tanto de él". "Nunca había sentido tanta conexión con alguien, era una historia de amor", ha confesado la condesa a 'The Mirror'.

Alexandra se sentía segura y feliz a su lado y ella y sus hijos pasaban todo el tiempo posible junto a Sergei.

Pero el millonario ruso comenzó a tener problemas con el gobierno de país. Tras colocarse en el lado equivocado, el gobierno ruso puso el foco sobre él y le acusó de deberles cientos de millones de euros. El oligarca ruso se vio obligado a huir de Londres en 2015 y se exilió en el sur de Francia, alegando que estaba recibiendo amenazas de muerte. Sergei afirma que los rusos amenazaron con cortar los dedos de su hijo y que sostienen que Alexandra es una espía de la KGB.

Un año después de su marcha, Alexandra le visitó en Niza, pero descubrió que el comportamiento de su marido había cambiado por completo, ante lo cual se vio obligada a alejarse de él llevándose consigo a sus hijos.

Sergei, ahora de 57 años, acusa a Alexandra de haberle robado a sus hijos, a quienes no ha visto en cuatro años, y de volverlos contra él, algo que ella niega.

Desde su separación, Alexandra ha regresado a su antiguo trabajo liderando viajes de equitación y ahora vive en una cabaña en Oxfordshire cerca de donde creció. Asegura que es optimista sobre su futuro y ahora mira con pesar su antiguo estilo de vida, al que califica de "vulgar", y que, según describe, consistía en coleccionar zapatos y bolsos de diseño.