'Eva al desnudo' cumple 70: el amor tóxico de Bette Davis que nació en el rodaje
El matrimonio de la actriz con Gary Merrill fue uno de los más tempestuosos de la época. Ambos se enamoraron en el plató de una película que cosechó 6 Oscar y es recordada como un clásico de la historia del cine
Los y las advenedizas del mundo, los trepas que habitan en el fondo de cualquier oficina, en las entrañas de cualquier gremio tienen, desde 1950, un mote: Eva Harrington. La culpa es de la película en la que el personaje homónimo escalaba posiciones y saciaba su hambre de triunfo y fama con muy malas artes; la historia de una joven que se arrimaba a la veterana actriz Margo Channing hasta colocarse por encima de ella. 'Eva al desnudo' fue nominada para 14 Oscar (récord que sigue ostentando junto a 'Titanic' y 'La La Land'), revitalizó la carrera de Bette Davis y fue el cénit de la de Joseph Leo Makiewicz antes de que 'Cleopatra' y otros desastres afeasen su filmografía.
En el caso de Davis, 'Eva al desnudo' también fue la película en la que encontró a uno de sus maridos: Gary Merrill, del que dicen fue el gran amor de su vida. Los que compartieron aquel rodaje con ellos empezaron a ser testigos de la fuerte atracción que nacía entre ambos. Aunque ella era mucho más famosa (la segunda estrella femenina más importante del cine norteamericano según el American Film Institute, nada menos), por entonces sus carreras se encontraban en puntos concatenantes.
Merrill era un galán de medio pelo que había llegado a los 35 sin ningún éxito reseñable, volvía exhausto de servir en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. Bette acababa de abandonar Warner, estudio del que había sido reina absoluta, tras una serie de personajes que parecían de derribo, poca cosa para una actriz que ya tenía dos Oscar en su haber. El personaje de Margo Channing en 'Eva' le llegó casi de casualidad cuando Claudette Colbert se lesionó y no pudo hacerlo. El flechazo amoroso entre Davis y Merrill surgió pese a que ambos estaban casados. El 28 de julio de 1959, el mismo día que el actor consiguió el divorcio de su primera esposa, Barbara Leeds, se casó con Davis. ¿Qué mejor publicidad para 'Eva al desnudo', que se estrenaba en octubre de ese mismo año, que un romance entre la protagonista y su pareja en la película?
La pareja, que participaría junta y revuelta en alguna película más, adoptó dos hijos: Margot y Michael. Pese al fuego de su relación y una innegable química sexual, las desavenencias vinieron pronto. La clave está en una frase lapidaria que la actriz dijo años después, cuando se le preguntó por Merrill. "Gary era un machote, pero ninguno de mis maridos fue lo suficientemente hombre como para convertirse en el señor Bette Davis". Los amigos del matrimonio recordaban las broncas monumentales que se producían entre ambos por cualquier nimiedad; batallas campales en las que volaban jarrones, se escuchaban lloros y todo se parecía al mismísimo infierno.
También se dijo que la culpa la tuvieron los abusos y los maltratos de él. O, al menos, eso contó B.D., la hija de un anterior matrimonio de Bette, que narró en un libro que Merrill le pegaba a su madre y a ella misma, que también formó parte de aquel hogar desestructurado. "Una vez me aplastó contra la pared. A veces estaba de pie, delante de mí completamente desnudo, bebiendo tranquilamente su habitual martini matutino", dijo la hija de la estrella. Ni que decir tiene que aquel libro (publicado a mediados de los 80, veinticinco años después de que la pareja se hubiese divorciado) no le hizo gracia ni a Bette ni a Gary. Este salió en defensa de la actriz ante todo lo malo que su propia hija había contado de ella. La realidad es que llevaba más de veinte años sin hablar con Davis desde el mismo día que se separaron.
Lo cierto es que si Davis siempre fue una mujer de carácter, el actor daba el perfil como jeta de manual incapaz de doblegarse ante ella. "Me he pasado la vida haciendo lo menos posible... y tengo la intención de seguir haciendo exactamente lo mismo", le dijo una vez a un periodista. Eso, unido a demandas y peleas caseras dignas de la mejor telenovela, acabó con el fuego amoroso en 1960, diez años después de que los dos se enamorasen en 'Eva al desnudo'. Setenta años después, la película queda como testimonio de ese enamoramiento que fue como juntar al huracán Katrina y al tsunami de Tailandia en una pequeña habitación. También como uno de los reflejos más lúcidos del teatro y de la condición humana que jamás pudimos ver en la oscuridad de una sala de cine.
Los y las advenedizas del mundo, los trepas que habitan en el fondo de cualquier oficina, en las entrañas de cualquier gremio tienen, desde 1950, un mote: Eva Harrington. La culpa es de la película en la que el personaje homónimo escalaba posiciones y saciaba su hambre de triunfo y fama con muy malas artes; la historia de una joven que se arrimaba a la veterana actriz Margo Channing hasta colocarse por encima de ella. 'Eva al desnudo' fue nominada para 14 Oscar (récord que sigue ostentando junto a 'Titanic' y 'La La Land'), revitalizó la carrera de Bette Davis y fue el cénit de la de Joseph Leo Makiewicz antes de que 'Cleopatra' y otros desastres afeasen su filmografía.