40 años de 'Indiana Jones', un rodaje marcado por las relaciones tóxicas de Lucas y Spielberg

Los clásicos posmodernos ya no son tan modernos. Parece mentira pero, este fin de semana, Indiana Jones cumple 40 años. En pleno rodaje de la quinta entrega (la cuarta era preferible olvidarla) de la saga, se cumplen cuatro décadas del rodaje de 'En busca del arca perdida', la primera entrega del arqueólogo más famoso de la historia del cine. El personaje creado por George Lucas y Steven Spielberg, un homenaje a aquellos seriales con los que fantasearon los espectadores de los años 30; una película de la que se sentiría orgulloso el mismísimo Errol Flynn de 'Robin de los bosques'. Pero no hay éxito sin su correspondiente calvario. E Indiana Jones no iba a ser una excepción.

Steven Spielberg, el director de orquesta, vio cómo su vida personal afectaba, inevitablemente, a la filmación. La heroína que acompaña a Harrison Ford en su aventura iba a ser Amy Irving, por entonces pareja del realizador. Sin embargo, las continuas discusiones entre ambos acabaron chafando esa elección. Marian Ravenwood era un personaje con chicha, pero ni Irving ni Spielberg querían estar tan cerca el uno del otro durante un rodaje que fue de todo menos breve.

Irving y Spielberg acabaron separándose, pero se volvieron a encontrar años más tarde y estuvieron casados de 1985 a 1989. Sin embargo, a la actriz siempre le quedó un regusto amargo por no haber formado parte de uno de los mayores éxitos de la historia del cine. Desde el rodaje de 'En busca del arca perdida', pasaron casi cinco años hasta que la pareja se volvió a encontrar, a mediados de los 80. Tras tener un hijo, Max, las aguas volvieron a su cauce. Después de todo, la pareja había nacido de un amor puro. Brian de Palma había dirigido a Irving en 'Carrie' y un día la llevó al plató donde Spielberg rodaba 'Encuentros en la tercera fase'. El flechazo, cuentan, fue instantáneo.

Otro al que se le complicaron las cosas en el rodaje del primer 'Indy' fue a George Lucas, el autor de la idea y productor de la cinta.

El genio tras 'Star Wars' se había casado con Marcia Griffin en 1969 y ella se convirtió en una especie de talismán para él. Fue, por ejemplo, su editora en la primera y tercera entregas de la saga galáctica. Pero la infertilidad se cruzó en el camino de ambos. Los médicos habían dejado claro a la pareja que nunca podría tener hijos y Lucas, un obseso 'workaholic' que controlaba los rodajes simultáneos de 'El Imperio contraataca' y 'En busca del arca perdida', descuidó en demasía a su mujer. En 1981, mientras se daban los últimos pasos de la posproducción del primer Indiana Jones, la pareja adoptó a una niña llamada Amanda. Aunque la pequeña supuso un pequeño parche para arreglar una pareja rota, el rodaje de 'El retorno del jedi' separó a la pareja de forma definitiva. Aunque Lucas decidió que todo el equipo debía irse a casa a las 6 de la tarde y trató de moderar su adicción al trabajo, ya era demasiado tarde. Él y Marcia se acabaron divorciando en 1983.

'Indiana Jones' quedó así como un símbolo de éxito profesional y fracaso personal para Spielberg y Lucas. A una producción ya de por sí costosa y plagada de problemas logísticos, se unieron las desgracias amorosas de los máximos responsables de la cinta. Pese a su mala situación sentimental, ni Spielberg ni Lucas se olvidaron de exigir un cuantioso porcentaje sobre la taquilla de la cinta, que dejaba escaso margen de beneficio para el estudio, la Paramount. El jefe de producción por aquel entonces, un vengativo Michael Eis­ner, impuso duras condiciones al productor y al director. En primer lugar, les 'recomendó' que el presupuesto no pasase de los 20 millones. Además, les impuso penalizaciones cuantiosas si se excedían de los 87 días de filmación previstos.

Sin embargo, el rodaje era un sinfín de calamidades que se resolvían milagrosamente. Ejemplos los hay a montones: cuando la producción se trasladó de Londres a África, Paramount empezó a impacientarse ante tanto accidente. En Túnez, por ejemplo, casi todo el equipo enfermó a excepción del propio Spielberg, que solo comía los espaguetis que se había llevado desde Estados Unidos. Algunas complicaciones también afectaron al propio Harrison Ford, que no quiso hacer uso de ningún extra en la escena en la que su personaje delante de una enorme bola rodante de 360 kilos. Durante la filmación, George Lucas era el más nervioso a la hora de valorar el peligro que corría la estrella. Pero, incluso con peligros e inconvenientes, Spielberg acabó rodando una de las secuencias más famosas de su filmografía.

Estrenada el 12 de julio de 1981, la película se convirtió en un fenómeno imparable. Solo el primer fin de semana recaudó 8 millones de dólares y acabó cosechando una recaudación de 242 solo en Estados Unidos. Nominada a 8 Oscar, recibió 4 (sonido, montaje, efectos especiales y dirección artística). Aquella noche de gloria, en la que 'Carros de fuego' le acabó robando el Oscar a la mejor película a Indy y su látigo, George Lucas parecía más ausente que nunca y la cara de Spielberg era todo un poema. 'En busca del arca perdida' fue un hito del cine de aventuras, pero la verdadera aventura, aseguran las malas lenguas, estaba en la intimidad de sus dormitorios.