Cassidy Hutchinson, la becaria que está poniendo contra las cuerdas a Donald Trump

El expresidente de Estados Unidos Donald Trump y los miembros más cercanos de su equipo eran conscientes de que existía riesgo de violencia por parte de sus seguidores en la jornada del día de Reyes de 2021 que concluyó con el asalto al Capitolio y aun así siguieron con sus planes. Eso es lo que se desprende del último y explosivo testimonio en su contra.

En la investigación que se está desarrollando contra el polémico millonario, ha sido el turno de declarar para Cassidy Hutchinson, una antigua ayudante del entonces jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, que ofreció detalles del grado de conocimiento que Trump y su equipo tenían de las posibilidades de actos de terrorismo aquel día.

Cassidy tenía 22 años y era estudiante de último año de universidad cuando entró a trabajar como becaria de verano en la Casa Blanca de Trump en 2018. Pronto aterrizó en la oficina del jefe de gabinete, una ayudante omnipresente con ilusión por hacer carrera en el Gobierno, como tantos otros en Washington.

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Pero el martes, Cassidy Hutchinson, que ahora tiene 26 años, se distinguió como la testigo más poderosa hasta ahora en la investigación con su valiente testimonio sobre el comportamiento extraño y violento del expresidente en aquellos momentos cruciales para la historia de su país.

Durante dos horas impresionantes retransmitidas en directo por televisión, Hutchinson describió a un Trump desquiciado que, dijo, fue advertido de que sus partidarios llevaban armas y no expresó ninguna preocupación porque no eran una amenaza para él. Aseguró también que Trump incluso trató de agarrar el volante de la limusina presidencial y se abalanzó sobre su agente del Servicio Secreto porque quería ir al Capitolio, y añadió que en un momento dado "lanzó su plato de comida contra una pared de la Casa Blanca".

"Cogí una toalla y empecé a limpiar el kétchup de la pared para ayudar al aparcacoches", declaró Hutchinson. En Twitter, la antigua becaria fue comparada con John Dean, el consejero de la Casa Blanca del presidente Richard Nixon, cuyo testimonio en una audiencia pública resultó fundamental para describir su papel en el encubrimiento del célebre caso Watergate. En una breve entrevista concedida a la CNN, el propio Dean dijo que Hutchinson había cumplido con su papel de ser una testigo importante y que lo hizo muy rápido además.

Hutchinson, que parecía nerviosa al principio, pero que se fue sintiendo más cómoda a medida que avanzaba su testimonio, describió los esfuerzos de Mark Meadows, el último jefe de personal de la Casa Blanca de Trump, para ayudar a su jefe a permanecer en el cargo. Describió su repulsión por los ataques de Trump al exvicepresidente Mike Pence, incluyendo su publicación en Twitter condenándole mientras se producían los disturbios en el Capitolio.

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EFE

"Fue antiestadounidense", dijo ella sobre aquel post. "Estábamos viendo cómo se desfiguraba el edificio del Capitolio por una mentira". Posteriormente describió cómo Meadows parecía casi "congelado" por la violencia que se estaba desarrollando en el Capitolio y cómo le dijo al consejero de la Casa Blanca, Pat A. Cipollone, que Trump no estaba interesado en tratar de calmar a sus partidarios. "No quiere hacer nada, Pat", recordó oírle decir.

Por su parte, Trump, a quien estas declaraciones pueden costarle una posible reelección si decidiera presentarse a las próximas elecciones, condenó rápidamente a Hutchinson en Truth Social, su red social habitual, tachándola como "una farsante total" y "una filtradora", y afirmó que apenas la conocía.

Pero el comité que le investiga, anticipando lo que se ha convertido en la reacción estándar de Trump de negar cualquier familiaridad con sus críticos, estableció a través de fotografías de Hutchinson con altos asesores de la Casa Blanca mostradas en la audiencia que ella estaba "en una posición para saber mucho sobre los acontecimientos en la Casa Blanca de Trump".