El fiscal acusa a cinco personas en la muerte de Matthew Perry: "Sabían que corría el riesgo de poner en peligro al señor Perry. Pero lo hicieron de todos modos"

Este jueves, el fiscal federal de Estados Unidos para el Distrito Central de California, Martin Estrada, anunciaba que se había procedido a la detención de cinco personas acusadas de conseguir la ketamina que habría provocado la muerte de Matthew Perry. Tal y como relatan diversos medios como ‘New York Times’ y ‘Los Angeles Times’, los responsables son el asistente personal del actor, dos médicos, y otros dos individuos con los que colaboraron para venderle la droga al actor entre septiembre y octubre del 2023.

La autopsia del artista reveló que la causa del fallecimiento fueron los diversos “efectos agudos de la ketamina”, según anunció la oficina del médico forense del condado de Los Ángeles; aunque el ahogamiento en el jacuzzi donde fue encontrado y otros problemas de salud también contribuyeron a la muerte. En su organismo se halló una cantidad similar a la que se administra en una anestesia general durante una cirugía. Esta sustancia actúa como un potente anestésico (que tiene además propiedades psicodélicas) y se suele utilizar, cada vez más, para tratar la ansiedad y la depresión en dosis controladas.

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R. Badillo

Al parecer, a Perry, sus médicos habituales le habían recetado ciertas dosis de ketamina para tratar la depresión que padecía. Cuando dichos profesionales se negaron a aumentarle las cantidades, el actor buscó otras vías.

En los documentos presentados en un tribunal federal de California y de los que se hace eco ‘The New York Times’, se habla de que el asistente de Matthew Perry, Kenneth Iwamasa, y un conocido habrían trabajado con dos médicos y una traficante de drogas, Jasveen Sangha (más conocida como ‘la reina de la ketamina’), para obtener el narcótico que vendieron al actor por un precio muy superior a su valor real. En los dos meses anteriores a su fallecimiento, Perry habría pagado un total de 55.000 dólares a los doctores.

Además, se aprovecharon del historial de adicciones del escritor para suministrarle el estupefaciente más allá de los 60 miligramos de dosis máxima en 24 horas; aun sabiendo que no era seguro. Según los documentos judiciales, Iwamasa le habría inyectado 27 dosis los cinco días antes de su muerte. “Sabían que lo que estaban haciendo estaba mal. Sabían que corría el riesgo de poner en peligro al señor Perry. Pero lo hicieron de todos modos”, comunicó el fiscal Estrada.

Según el propio fiscal, los sospechosos intercambiaron mensajes, los borraron y falsificaron informaciones médicas tras descubrirse la muerte del actor. Tres de los implicados ya se han declarado culpables, entre ellos el asistente del artista.

Los principales acusados, Sangha y el doctor, Salvador Plasencia, se enfrentan a cargos de conspiración para distribuir ketamina y distribución de drogas, entre otros. Si es declarado culpable, Plasencia podría tener que afrontar hasta 120 años de prisión, mientras que Sangha podría ser sentenciada a cadena perpetua.