80 años de 'Tener y no tener': cuando el cuarentón Humphrey Bogart se enamoró de la adolescente Lauren Bacall
Se cumplen ocho décadas desde el estreno de este clásico de la Warner que unió por primera vez a una de las parejas más recordadas de la historia del cine
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El día del entierro de Humphrey Bogart, su viuda, Lauren Bacall, colocó un silbato encima de la tumba. El guiño estaba claro: una alusión al diálogo que la pareja compartía en su primera película juntos, 'Tener y no tener'. "Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. ¿Sabes silbar, no Steve? Solo tienes que juntar los labios y soplar", le decía el personaje de la actriz al de Bogart en aquella adaptación de la "peor" novela de Hemingway. Una película que llegó a los cines (tras su estreno para la prensa especializada) un 20 de enero de 1945, hace 80 años. Con ese estreno nacía una de las parejas con más alquimia de la pantalla, la de un Bogart y una Bacall que desprendían tal erotismo que fue incluso parodiado en algunos dibujos animados.
Para hablar del fogonazo, de aquel choque de trenes de estas dos estrellas de Hollywood, tendríamos que hablar también de Slim Keith, uno de los famosos 'cisnes' de Truman Capote. Cuando se casó con el director Howard Hawks, Slim se convirtió en una influencia mayor para este. La joven convenció a su marido para contratar a una chica de 19 años que aparecía como modelo en el 'Harper's Bazaar'. Por entonces, Hawks necesitaba a una protagonista femenina para su siguiente film, 'Tener y no tener'.
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Meses antes, el director había apostado con su amigo Ernest Hemingway que podría adaptar su peor obra. El autor de 'El viejo y el mar' no se lo pensó dos veces: su peor novela era 'Tener y no tener'. Con sus más y con sus menos, el rodaje de aquella película ambientada en la Martinica, que tenía ecos de la reciente y exitosa 'Casablanca', echó a andar con la Bacall en su reparto. Desde el primer día, no solo Bogart se fijó en ella sino también el propio Howard Hawks que, cuando vio la química entre sus dos intérpretes, no pudo evitar ponerse celoso. Lauren Bacall contaba, en su autobiografía, cómo había surgido la chispa con el veterano Bogart. Sucedió una tarde, al final de una larga jornada de rodaje: "Se inclinó, puso su mano bajo mi barbilla y me besó. Fue impulsivo, era un poco tímido, nada de tácticas de lobo. Sacó un paquete de cerillas gastado de su bolsillo y me pidió que pusiera mi número de teléfono en el reverso. Lo hice".
El actor de 'La reina de África' pasaba entonces por un tercer matrimonio que no le hacía precisamente feliz. A sus 44 años, el romance con una adolescente no parecía la solución más idónea para su crisis vital. Tampoco se lo parecía a Hawks que, como director, se creyó con el derecho de zanjar esos coqueteos entre los protagonistas de la película. Un día, llegó a amenazar a la novata Lauren Bacall con vender su contrato a Monogram Pictures. Sin embargo, detener aquel enamoramiento era como detener el 'Big Ben', como bien sabían todos los miembros del equipo.
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Una vez estrenada, 'Tener y no tener' fue un éxito estratosférico que transformó esa peor obra de Hemingway en una cinta de aventuras y romance que, además, sugería mucho más de lo que acostumbraba el cine de la época. La película lo tenía todo: una trama que mezclaba espionaje, exilios y amores surgidos al abrigo de un whisky. Como el romance de los propios protagonistas, que ya se mostraban enamorados como quinceañeros pese a que él le doblaba la edad a ella. Pocos meses después de llegar a las salas, Bogart se divorció y se acabó casándo con Bacall. El 21 de mayo de 1945 ambos eligieron una pequeña granja en la zona rural de Ohio, propiedad del novelista Louis Bromfield, para contraer matrimonio. Hacía dos semanas que el ejército aliado había salido victorioso en la Segunda Guerra Mundial y Estados Unidos necesitaba historias amables.
“Bogie y yo nos comportamos de forma ridícula, cogiéndonos de la mano como adolescentes (yo casi lo fui)”, narraba Lauren Bacall en sus memorias. Como todas las novias, la actriz consiguió algo azul con su nombre bordado, algo viejo (una pulsera), otro objeto prestado (un pañuelo de su madre) y algo nuevo (el resto del look). Para decirle 'sí, quiero' a Bogart se colocó un traje de dos piezas de piel de ante con cinturón y lo complementó con una bufanda oscura alrededor del cuello. Aquella boda ocupó titulares y mantuvo expectante a todo un país que aún sufría la resaca de una guerra cruel y sanguinaria.
Tras darse el 'sí, quiero', Lauren Bacall y Humphrey Bogart se convirtieron en un filón para la Warner. En la pantalla, Bacall y Bogart representaban un erotismo inteligente y sutil que el estudio supo explotar en clásicos como 'El sueño eterno'. Pareja de oro de aquel cine negro que reflejaba el pesimismo posterior a la guerra, también sacaron a relucir su lado más comprometido. Encabezaron, por ejemplo, las protestas contra la Caza de Brujas del senador McCarthy. En la foto que ha quedado de aquella marcha celebrada en Washington, las caras de ambos son las más identificables.
En la década de los 50, Lauren Bacall voló sola y consiguió un nombre por sí misma en películas como 'Mi desconfiada esposa'. Durante el rodaje de esa cinta junto a Gregory Peck, la actriz lloraba la enfermedad de 'Bogie' (tal y como siempre llamó al protagonista de 'Casablanca'). Enfermo de cáncer, el actor murió en el año 57, tras pasar los últimos días de vida con ella al lado, en su lecho de muerte. Algún comentarista de Hollywood llegó a decir que Bogart murió de esa enfermedad y de "un millón de whiskies". Su viuda nunca lo negó, a pesar de que siempre lo consideró el gran amor de su vida y habló maravillas de él.
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Ocho décadas después, 'Tener y no tener' es una joyita que va más allá del amor su pareja protagonista, uno de esos amores con alma canalla que han pasado a la historia del cine y cuya fuerza definió muy bien la propia Lauren Bacall: "Éramos todo: cabezas, corazones, cuerpos... todo funcionando al mismo tiempo".
El día del entierro de Humphrey Bogart, su viuda, Lauren Bacall, colocó un silbato encima de la tumba. El guiño estaba claro: una alusión al diálogo que la pareja compartía en su primera película juntos, 'Tener y no tener'. "Conmigo no tienes que fingir. No tienes que decir nada. Si me necesitas, silba. ¿Sabes silbar, no Steve? Solo tienes que juntar los labios y soplar", le decía el personaje de la actriz al de Bogart en aquella adaptación de la "peor" novela de Hemingway. Una película que llegó a los cines (tras su estreno para la prensa especializada) un 20 de enero de 1945, hace 80 años. Con ese estreno nacía una de las parejas con más alquimia de la pantalla, la de un Bogart y una Bacall que desprendían tal erotismo que fue incluso parodiado en algunos dibujos animados.