¿Por qué hay que aplicar el corrector antes del maquillaje?
Y tú de qué eres, ¿de corrector antes o de corrector después? Una pregunta que según los expertos puede estar detrás del acierto (o no) de tu próximo look
Cada persona entiende la belleza de una forma distinta y por ello, aunque un experto de fama mundial diga que primero se pone la máscara de pestañas y después se delinea, el 90% de los mortales va a ignorar olímpicamente sus recomendaciones y se va a quedar con lo que mejor le venga. Dicho lo cual, hablemos del correcto orden del corrector -la redundancia era necesaria-.
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Comencemos definiendo cada producto. La base de maquillaje, como su nombre indica, es el pilar sobre el que crear el resto de maquillaje. Su finalidad es la de igualar el tono, cubrir las imperfecciones y acondicionar la piel para que sea el lienzo del resto del maquillaje.
El corrector se utiliza como una varita mágica que aplica un maquillaje más denso y pigmentado en las zonas que necesitan un plus de cobertura. Por un lado, encontramos los correctores de un tono similar al de nuestra piel, con los que además de corregir podemos iluminar.
La otra opción son los correctores de colores que neutralizan las diferencias de tono, pero que deben ser cubiertas con el maquillaje. Al tener una textura más pesada, la piel debe estar perfectamente hidratada para evitar que el maquillaje se cuartee.
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Sabiendo esto, si aplicamos el corrector antes de la base de maquillaje y cubriendo las imperfecciones, no conoceremos exactamente cuál es el tono de nuestra piel. Es decir, puede que al aplicar la base, la imperfección quede cubierta y no haga falta utilizar el corrector. Punto a favor: haciéndolo así ahorraríamos producto.
Si lo hacemos al contrario, acabaremos con una capa de corrector más gruesa y ahí viene otro de los grandes hándicaps del corrector. Al cubrir las capas de corrector con el fondo de maquillaje se crea un acabado muy artificial. La piel se ve cuarteada y comienzan a hacerse grietas, pliegues que avejentan el aspecto de la piel.
Si nuestro rostro necesita más cobertura para hacer desaparecer las ojeras, un granito o cualquier imperfección, lo recomendable es aplicar el corrector sobre la base de maquillaje. De este modo se pueden ir aplicando capas y capas hasta conseguir el efecto deseado. Haciéndolo al contrario, es bastante probable arrastrar la capa de corrector al aplicar la base de maquillaje por encima.
Para conseguir el ansiado efecto ‘flawless’ o sin imperfecciones, el secreto de los maquilladores profesionales está en primero igualar el tono con un ligera capa de maquillaje que unifique, posteriormente aplicar el corrector, tantas capas como sean necesarias, en las zonas con imperfecciones y sellarlo todo con polvos. De este modo cada capa está en su lugar y la cobertura es efectiva pero no demasiado pesada.
Sin embargo, sí hay situaciones en las que el corrector se puede aplicar antes. Por ejemplo, cuando se tiene una ojera muy marcada, de esas que ni mil capas de maquillaje ocultan, sí se aplica el corrector antes. De este modo se realiza una corrección de color con la que se anula, en este caso el tono oliváceo o incluso malva de la ojera, y a continuación se aplica la base de maquillaje con toquecitos muy ligeros para no arrastrar la corrección.
En resumidas cuentas, por norma general, la forma óptima de aplicar el corrector es hacerlo sobre la piel ya maquillada, no solo para no resecar la piel y dejar un look cuarteado, sino también para ahorrar maquillaje, tiempo y conseguir un acabado más natural. Las excepciones suelen venir dadas por el tipo de piel de cada persona.
Cada persona entiende la belleza de una forma distinta y por ello, aunque un experto de fama mundial diga que primero se pone la máscara de pestañas y después se delinea, el 90% de los mortales va a ignorar olímpicamente sus recomendaciones y se va a quedar con lo que mejor le venga. Dicho lo cual, hablemos del correcto orden del corrector -la redundancia era necesaria-.
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