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Mary de Dinamarca, tras los pasos de Letizia: canas a la vista y naturalidad
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Canas iluminadoras

Mary de Dinamarca, tras los pasos de Letizia: canas a la vista y naturalidad

La australiana siempre se ha caracterizado por mantener una imagen muy natural, pero hasta la fecha nunca nos habíamos percatado de sus canas

Foto: Mary de Dinamarca, en un acto público con su habitual melena chocolate. (EFE)
Mary de Dinamarca, en un acto público con su habitual melena chocolate. (EFE)

Mary de Dinamarca se ha convertido con el paso de los años en un icono de la belleza natural. Mientras otros monarcas retocan sus rostros con operaciones estéticas o retoques más sutiles como rellenos faciales o toxina botulínica, la australiana se ha convertido en una abanderada del ‘envejecer con dignidad’. Sí es cierto que en su rostro se pueden apreciar no solo la constancia cosmética sino un acertado uso de la medicina estética, incidiendo en algunos aspectos como la calidad de la piel -absolutamente libre de manchas-, mientras en el contorno de los ojos se dibujan con orgullos las clásicas arrugas, habituales en una mujer de 49 años.

placeholder Mary de Dinamarca. (Stella Pictures)
Mary de Dinamarca. (Stella Pictures)

Pero, mientras en su rostro la princesa había dejado que aparecieran los signos de la edad con una total naturalidad, algo distinto ocurría con su cabello. Además de ser una de las pocas royals que no había tenido una temporada ‘más rubia’ de lo habitual, Mary siempre había lucido un castaño ‘chocolate fundente’ muy intenso, que en alguna ocasión coqueteaba con los destellos caoba o castaños claros para conseguir una melena más iluminada.

Foto: Carolina de Mónaco, en una imagen de archivo. (Reuters)

Ni en zonas 'conflictivas', como las sienes o las patillas, habíamos apreciado jamás un solo cabello cano, algo que resultaba cuando menos curioso no solo por la incuestionable imagen de naturalidad de la australiana, sino también porque el resto de mujeres de la realeza de su edad se habían ido sumando al movimiento ‘canas libres’. Algunas más tímidas (como Kate Middleton) las dejaban sutilmente a la vista en un acto para mostrarlas teñidas en el siguiente, mientras otras como Meghan Markle se marcaban un primerísimo primer plano posconfinamiento con las raíces visibles.

placeholder Las canas de la reina Letizia en una de sus últimas apariciones. (Getty)
Las canas de la reina Letizia en una de sus últimas apariciones. (Getty)

Sin embargo, los rostros más visibles del movimiento ‘royals por las canas’ son sin duda Carolina de Mónaco, que se ha apuntado al grey blending dejando que toda su melena se vuelva gris, y la reina Letizia, cuyas canas contrastadas con su cabello castaño oscuro se han convertido en la coloración natural más aplaudida a nivel internacional.

Con todas estas influencias a la espalda, Mary de Dinamarca era el último miembro de la realeza en mostrar sus canas, un rasgo más que natural en el cabello de una persona próxima a los 50. Con motivo de la apertura del Folketing, el Parlamento danés, la princesa acudía con una pulida y voluminosa coleta baja, acompañada por un tocado de color berenjena. Las canas en la raíz de su cabello, localizadas en sienes y patillas, se hacían más que visibles gracias al acabado terso del recogido.

placeholder Mary Donaldson antes y después de las canas. (Cordon Press / Stella Pictures)
Mary Donaldson antes y después de las canas. (Cordon Press / Stella Pictures)

Lejos de mostrar una imagen poco cuidada como hasta hace unos años se asociaba a las canas, la mezcla de cabello natural, mechas y canas creaba casi una coloración melting en Mary. Un look redondo, elegante y muy cercano. Una de las explicaciones de los expertos en comunicación y protocolo de este aumento de las canas entre la realeza es, precisamente, la de mostrar una imagen mucho más próxima a la de su pueblo, asumiendo un rol con el que se puedan identificar los ciudadanos de a pie, además del mensaje de austeridad en los difíciles momentos que se viven con la pandemia mundial.

placeholder La coloración habitual de Mary de Dinamarca. (Cordon Press)
La coloración habitual de Mary de Dinamarca. (Cordon Press)

Al ser la primera vez que vemos a la princesa Mary de Dinamarca sin cubrir sus canas con una coloración más clara, aún nos queda la incógnita de si se trata de un problema de agenda en el que la visita a la peluquería no diera tiempo o si, por el contrario, busca seguir la estela de otros miembros de la realeza y dejar sus canas al natural. El tiempo lo dirá, aunque el largo de las raíces canas, de algo más de un centímetro, demuestra que, deliberadamente o no, se trata de una decisión que lleva muy poco tiempo en la cabeza de la australiana.

placeholder Mary de Dinamarca. (Stella Pictures)
Mary de Dinamarca. (Stella Pictures)

Otro tema sería el nuevo maquillaje de Mary. Acostumbrada a un look de ojos muy sutil, sus delineados y sobre todo sus cejas han subido un grado la intensidad. La princesa luce ahora unas cejas mucho más marcadas, perfectamente diseñadas y maquilladas, enmarcando su mirada y dramatizando su look. Su habitual delineado con lápiz cremoso en marrón irisado, tanto en el párpado superior como en el inferior, acompañado de un intenso trabajo en las pestañas de ambos párpados parecía adaptarse a la tonalidad del tocado y los accesorios que Mary eligió para el evento. El resto del maquillaje de la princesa sigue las mismas líneas y tonos, quizá con un ligero color más bronceado, de ahí que el centro de las miradas recayera en sus canas.

Mary de Dinamarca se ha convertido con el paso de los años en un icono de la belleza natural. Mientras otros monarcas retocan sus rostros con operaciones estéticas o retoques más sutiles como rellenos faciales o toxina botulínica, la australiana se ha convertido en una abanderada del ‘envejecer con dignidad’. Sí es cierto que en su rostro se pueden apreciar no solo la constancia cosmética sino un acertado uso de la medicina estética, incidiendo en algunos aspectos como la calidad de la piel -absolutamente libre de manchas-, mientras en el contorno de los ojos se dibujan con orgullos las clásicas arrugas, habituales en una mujer de 49 años.

Mary de Dinamarca Color cabello
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