La manicura metálica de la estación no es recargada, pero se camuflará con el espumillón

Si hay algo asociado estéticamente al invierno en general y a la Navidad en particular, es la purpurina. Bien sea prensada o a modo de diminutas partículas, si brilla y recuerda lejanamente a la nieve, es navideño.

Esta temporada, el brillo vuelve puntual a su cita con el sector de la belleza, sin embargo, en 2023 metalizado. Los esmaltes saturados de color encuentran en los acabados de brillo dosmilero la mejor forma de incorporar un toque de color en la manicura, sin riesgo de excesos.

Una de las tendencias más potentes de las últimas temporadas ha sido la manicura old money, inspirada en la estética de personajes de los 90 con solvencia económica. Todo en ella giraba en torno al matiz de brillo nacarado en un esmalte de uñas de color claro y traslúcido.

Las manicuras metalizadas de este año no tienen nada que ver con el old money, aunque tampoco resultan recargadas. Basta con hacerte con un esmalte con buena opacidad y un brillo que emule el efecto del metal.

Sobre el color de la laca de uñas no hay nada escrito. Tonos festivos como el verde, el rojo o el dorado son bienvenidos, pero también hay lugar para rosas fucsias, morados y el clásico plata.

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Margarita Velasco

Todas las marcas de esmaltes de uñas han inundado sus productos de brillos tornasolados, cromos, perlados, glitter y silver, así que encontrar una laca que encaje con esta tendencia es una tarea realmente sencilla.

Entre las opciones más discretas y repetidas en redes sociales, tanto en las manos de las manicuristas más célebres como en las de influencers y celebrities, están los diseños minimalistas que solo aplican el esmalte en una zona de la uña.

El borde libre, la habitual zona blanca de la uña, es una zona perfecta para delimitar con una fina capa de esmalte metalizado en un color atrevido, como un verde pino -recordemos que este es el año de los verdes, del matcha al salvia-.

Quizá la única exigencia del uso de los esmaltes de uñas metalizados con color sea la de tener un pincel fino y buen pulso para poder conseguir líneas finas o crear detalles decorativos muy pequeños.

Además de la manicura francesa en metal, si no se quiere esmaltar toda la uña, otra alternativa son las decoraciones de la lúnula -semiesfera en el nacimiento de la uña- o alternar uñas desnudas con otras esmaltadas.

Los degradados también han ido tomando fuerza. Por un lado, encontramos manicuras como las aura nails, centrando y descentrando el color por zonas sin que haya cortes.

La alternativa a las manicuras más minimalistas es pintar toda la uña con el mismo color. Ante el riesgo de caer en creaciones demasiado llamativas, hay dos opciones.

Una es la de Taylor Swift, siempre fiel a los esmaltes metalizados y glitter, la cantante siempre lleva las uñas muy cortas y las esmalta con una laca muy pigmentada con la que su uña natural queda completamente cubierta de brillo.

La otra opción es la de Melanie Graves. La manicurista aprovecha sus larguísimos dedos y sus uñas esbeltas para aplicar tan solo una capa de esmalte metalizado. El acabado es más discreto y la longitud de la uña ayuda a que se vea más estilizada.

Cuando un tipo de esmalte de uñas muy concreto comienza a estar por todas partes, tanto en la pasarela como en las redes sociales y, más importante, en las principales marcas especializadas, es incuestionable: estamos ante una tendencia. En esta ocasión, la de las manicuras metalizadas.