La piel glow de Letizia, nuevo iluminador en el neceser de maquillaje royal

Igual que las zapatillas se han convertido en el accesorio con el que simplificar sus outfits, una parte esencial del cambio de maquillaje de la reina Letizia hacia una imagen más natural, sencilla y cercana es el uso de iluminador y bronceador.

Piel homogénea, sin rastro de claroscuros para modificar con sombreados sus facciones, sino todo lo contrario, la luz como herramienta para convertir su tez en una pátina de salud. Aprovechando su buena piel, doña Letizia se apoya en el uso de rubor, lápices de ojos en tonos metalizados y glosses de labios para aplicar sutiles pero efectivas pinceladas de color a su rostro.

La clave siempre son las texturas cremosas, un truco de maquillaje que parece haber compartido con sus hijas. En el último posado de la Familia Real, tanto la princesa Leonor como la infanta Sofía lucían el mismo rubor de mejillas cremoso en tono rosado, lo que les permitía lograr un efecto sonrojado perfectamente incluido en el resto del maquillaje.

Pero el makeup de Letizia parece haber pasado al siguiente nivel de look de estrella en su viaje a Guatemala. La piel de la Reina se aprecia en todos sus actos radiante, con un combo de iluminador y tono ligeramente bronceado.

No es la primera vez que la asturiana recurre al combo de bronceador e iluminador, sin embargo, ahora le acompaña el tono de base de la piel y la textura de los cosméticos utilizados, generando un efecto va-va-voom muy veraniego.

El primer y evidente apunte es que el tono de piel de la Reina ha cambiado sutilmente, puede que por la mera incidencia del sol se haya bronceado, oscureciéndose un par de tonos. Partiendo de esta base, el resto del maquillaje acompaña a esa sensación de calidez que ahora protagoniza el rostro de doña Letizia.

Pero el verdadero protagonismo del nuevo look es el iluminador. Como si de la Magic Wand de Charlotte Tilbury se tratara, los pómulos de la Reina se ven resaltados por un iluminador perlado, que mantiene un tono cobrizo, a juego con el nuevo tono bronceado de su piel.

No solo en la parte alta del pómulo se aprecia esa capa cremosa y nacarada, el mismo brillo se replica en la punta de la nariz, levantándola y haciéndola más respingona, sin olvidar el toque maestro del iluminador en una línea vertical en la frente, sobre al arco de la ceja.

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No falta tampoco un poco de bronceador, en vez de acentuando las facciones, ya de por sí angulosas de Letizia, sobre las mejillas, con la firme intención de potenciar el nuevo tono moreno de su rostro. Dependiendo del acto y del momento del día, el paso de los bronceadores de brillo dorado es más o menos notable (y marcado) en el rostro. Un toque muy sutil de rubor en tono rosa-coral termina de reforzar el bronceado y luminoso look de la Reina.

Piel sellada efecto filtro

Pero, a pesar del indudable brillo que se aprecia en toda la piel, en cuanto ponemos el zoom a trabajar, en realidad no se aprecia la sensación jugosa que dejan habitualmente los cosméticos en crema. De esto podemos intuir que, para controlar los brillos no deseados y de cara a que el maquillaje aguante en perfectas condiciones todo el día, el equipo de maquillaje de la reina Letizia selle el trabajo con polvos.

Continuando con sus clásicos de maquillaje infalibles, lo que denominamos el ‘signature look de Letizia’, a pesar de la nueva luminosidad bronceada, seguimos viendo el lápiz de ojos cremoso en un tono cobrizo perfilando sus párpados. Este gesto potencia el color verde de sus ojos y le permite lograr una mirada entornada, sin tener que realizar un eyeliner más exigente y dramático.

Además de la máscara de pestañas, tanto en las superiores como en las inferiores, para reforzar el plus de luz que está caracterizando al maquillaje de la Reina en su viaje, sobre el párpado móvil se aprecia una leve sombra de ojos champán con un acabado glitter sobre la que la luz se refleja cada vez que Letizia parpadea.

Gloss, el nuevo invitado

Sin variar su habitual tono de labial, siempre muy similar al de la propia piel de sus labios, sí que ha introducido novedades. No estamos ante un bálsamo con color ni ante una barra de labios hidratante: la Reina lleva gloss.

Uno de los cosméticos que la generación Z ha vuelto a poner de moda, ahora reformulados para no resultar tan pegajosos, se cuela en el nuevo código royal, como aliado de los looks naturales. Su brillo encaja a la perfección con el potente plus de glow de la Reina, sin sumar color ni resultar muy llamativo. Supertip apuntado.