La nueva zona en la que aplicar el iluminador que nos ha shockeado

Si existiera un manual de uso del iluminador en el maquillaje, tras enumerar los tipos de texturas y acabados disponibles en el mercado, el primer capítulo sería el de dónde aplicar el highlighter nivel principiante. Esa zona libre de riesgo y que permite rectificar, a la vez que logra un efecto de impacto, es el pómulo.

La proyección o la luminosidad son algunos de los beneficios asociados al iluminador sobre el pómulo; sin embargo, un brillo suelto en esa parte del rostro puede resultar algo extraño, como inconexo respecto al resto de la cara. Es por ello que, poco a poco, se han ido extendiendo sus límites y ampliando sus beneficios.

Dentro del maquillaje de los ojos, por ejemplo, hemos introducido el iluminador a lo largo del arco de la ceja -en parte para definir su forma, en parte para abrir la mirada- o en el lagrimal. Ambos gestos combinados devuelven una mirada despejada y más amplia. Pero también aplicamos el iluminador en el tabique de la nariz o en su punta, para crear el efecto óptico de una nariz más estrecha, por no hablar del extendido iluminador en el arco de Cupido. Al depositar un punto de luz en la zona central del labio superior, se consigue, entre otras cosas, que el labio parezca más grueso y realzado.

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Pero parece que todos estos puntos de highlighter no eran suficientes para crear un rostro iluminado al nivel de los dioses del Olimpo. O más terrenal, a nivel de Hollywood. La encargada de ponernos en la pista de este nuevo -y ahora necesario- punto de luz era la maquilladora británica Charlotte Tilbury. En medio de la campaña de su último iluminador en crema-polvo, la experta revelaba uno de sus trucos a la hora de maquillar a sus clientas vip.

Con la finalidad de iluminar de forma correcta el tercio superior del rostro, pero sin crear volúmenes extraños o maquillajes muy artificiales, el truco de Tilbury es aplicar un toque de iluminador sobre la zona central de la ceja. Para que el brillo quede natural y no supermarcado, es clave difuminar el producto de tal modo que no se aprecie la línea del trazo, ni quede mucha concentración de iluminador.

Si se aplica con brocha, lo ideal es que, tras haber esparcido el iluminador por otras zonas del rostro, aprovechemos el excedente que pueda quedar en la brocha y lo depositemos sobre la ceja, difuminándolo con sutileza. Otra opción, en el caso de recurrir a iluminadores cremosos es aplicar un toque o una gota del highligter en la zona y lo trabajemos con la yema de los dedos.

El efecto del iluminador sobre la ceja es la de un reflejo de la luz en el pómulo; sin embargo, el resultado, como explica la propia Tilbury, es el de un lifting en ojos y cejas, además de “un brillo deslumbrante”. Si a este punto difuso de luz le sumamos el iluminador en el arco de la ceja, la luminosidad parece mucho más natural y homogénea.

Para completar el truco, la maquilladora también diferencia entre el uso del iluminador de día y de noche. Mientras por la mañana basta con aplicarlo directamente sobre la piel, jugando con la tridimensionalidad de la luz, por la noche y con la idea de intensificar el brillo, la clave está en aplicarlo con una brocha humedecida. El glow se triplica.

Iluminador en las sienes

Aunque haya sido la popular maquilladora británica la que ha plasmado en fotografías y trucos reales el gesto del iluminador sobre la ceja, no se trata de algo nuevo, sino más bien de un tipo de maquillaje recuperado del pasado, de ahí que se mencione constantemente al ‘old Hollywood’ del glamour dorado. También vemos esta forma de iluminar el tercio superior del rostro en la pasarela (en el desfile de A--Company) o en influencers imitadas hasta la saciedad como Matilda Djerf.

Pero, más allá del iluminador difuso en la ceja, en TikTok también se han extendido otras técnicas de luminosidad. Algunas beben del contouring y buscan disminuir visualmente el tamaño de la frente, en este caso aplicando un iluminador mate sobre la ceja y un contorno más oscuro en el nacimiento del cabello.

Quizá el uso del iluminador sobre la frente más extendido en la plataforma sea aplicar el producto en las sienes, no buscando una tridimensionalidad ni un efecto lifting, sino cordura en el rostro. Como decíamos, no tiene mucho sentido que los pómulos, las mejillas, la nariz o los labios estén profusamente iluminados y la frente quede desnuda de brillo directamente mates. La respuesta es un toquecito de higlighter en las sienes.