Karl Lagerfeld: dos años sin el diseñador que se convirtió en un icono

Karl Lagerfeld es el Da Vinci de la moda: diseñador, fotógrafo, editor literario y, en ocasiones, humorista gráfico. Se atrevía con todo, de todo opinaba y no dejaba indiferente a nadie. Pero su fama no procede de sus polémicas declaraciones o de sus caricaturas en prensa, sino de sus colecciones de moda. Lujo, estilo frente a tendencia, una alta costura única, la transformación de la actualidad informativa en recurso estilístico y el elegante descaro son las señas de identidad del que está considerado el káiser de la moda.

Karl Lagerfeld en el pódium de la moda

No hizo falta que Lagerfeld alcanzara la edad adulta para mostrar que no era como los demás. Nacido en la Alemania nazi (en el año 1933, según una partida de nacimiento publicada por la prensa alemana; según el diseñador entre 1935 y 1938), le pilló la guerra. Así que en plena adolescencia dejó atrás su país natal para instalarse en París (Francia).

Por aquel entonces, la ciudad francesa era la gran pasarela mundial de la moda y Lagerfeld quería triunfar sobre ella. Gracias a su victoria en la categoría de abrigos en el concurso de diseño International Wool Secretariat (1954) entró a trabajar en la casa de alta costura Pierre Balmain. Coincidió en el pódium con Yves Saint Laurent, otro joven diseñador cuyo nombre también figura en el olimpo de la moda. El galardón y una eterna rivalidad fueron las únicas cosas que compartieron durante su carrera Karl Lagerfeld e Yves Saint Laurent.

Resucita a Chanel

Llegó a la maison de Chanel en un momento de decadencia para la firma. “Cuando entré en la maison nadie quería ponerse su ropa ni llevar sus accesorios. Nadie vestía de Chanel”, cuenta Karl Lagerfeld. En ese momento de su vida, el diseñador alemán ya conocía el éxito tras su paso por Pierre Balmain y su colaboración con la firma italiana Fendi.

Reconoce que le atrajo “la idea de resucitar algo que ya estaba muerto” y vaya si lo hizo. Fue director creativo de la marca desde 1983 y suyo es el mérito de crear colecciones, presentaciones y campañas publicitarias que mantienen al grupo Chanel en la cumbre del lujo y el glamour. Él mismo fue el fotógrafo de muchas de estas campañas. Pero toda esta actividad no le limitó a la hora de crear su propia marca: Karl Lagerfeld, con ella, ahora dirigida creativamente por Carine Roitfeld, perpetuaba su visión única de la vida, el arte y la moda.

Las 'bofetadas' de Karl Lagerfeld

Karl Lagerfeld tenía la lengua tan afilada como su lápiz de trabajo. Según él mismo reconoció, su lengua viperina era herencia materna. Ella le adiestró en el agudo arte de formular respuestas mordaces en el menor tiempo posible. Si no conseguía dar una contestación rápida e ingeniosa, recibía una bofetada como incentivo para la próxima vez. Esta particular habilidad adquirida en su infancia contribuyó a perfilar una imagen muy polémica del diseñador.

Y aunque frases como “no hay nada que soporte menos que un rico que intenta vivir como un comunista” o “Kate (Middleton) tiene una silueta preciosa. Sin embargo, no me gusta la cara de su hermana (Pippa). Debería posar siempre de espaldas” sean de todo menos políticamente correctas, muestran la personalidad de uno de los diseñadores más transgresores del mundo de la moda. Él lo sabía y por eso afirmaba que “un gran sentido del humor y un poco de falta de respeto es todo lo que necesitas para que tu leyenda sobreviva”. Palabra del káiser.