La increíble historia del vestido de la suerte de Elizabeth Taylor

La historia que os vamos a contar bien podría parecer el argumento de una de esas películas en las que grandes joyas de la moda se convierten en la excusa para narrar algo épico, porque el vestido de la suerte de Elizabeth Taylor, conocido así porque fue el que la intérprete lució la noche que ganó el Oscar a la mejor actriz en 1961, va a ser subastado tras haber pasado más de 50 años escondido… en una maleta. Si este hallazgo no es lo suficientemente sorprendente, aún más llamativo es que todo el mundo hubiera dado por hecho que este icónico vestido floral de Dior estaba en el archivo de la maison, que se encuentra en París, cuando lo cierto es que hasta ahora estaba en una inmensa maleta de plástico en la casa de la que fuera la asistente personal de la oscarizada actriz, Anne Sanz. Junto a este histórico diseño, se encontraron también once prendas más de Taylor, que en 1971 le regaló este vestido junto a otros diseños icónicos.

Conocida por viajar con decenas de maletas, un día le dijo a su asistente que cogiera lo que quisiera de su vestidor personal, y pese al gran valor sentimental del vestido de Dior, cuando Sanz lo seleccionó, Taylor no dudó en dárselo. La asistente lució varios de los regalos de su jefa en muchas ocasiones (incluyendo un conjunto que llevó para contraer matrimonio), pero nunca pensó que se tratara de piezas especiales. Sin embargo, entre las prendas elegidas por Sanz, encontramos también dos diseños de Karl Lagerfeld. Estos modelos van a ser vendidos en la casa de subastas especializada en moda vintage Kerry Taylor, que ha sido la encargada de explicar por qué el vestido de flores de Dior es conocido como el amuleto de la actriz.

Era la trigésimo tercera edición de los Premios Oscar y, en realidad, Elizabeth Taylor, que ya había perdido el galardón en otras ocasiones, dudaba que fuera a hacerse con la aclamada estatuilla dorada. Sus dudas no se debían únicamente a que en otras ocasiones no hubiera ganado el premio, sino a que su relación con Eddie Fisher, el que fuera su cuarto marido y su acompañante esta noche en los premios, la había convertido en la víctima favorita de la prensa, que acusaba a Taylor de haberle “robado” el marido a su amiga Debbie Reynolds. Por eso, cuando finalmente sí ganó el Oscar, consideró que el vestido, diseñado por Marc Bohan para Dior, era su amuleto, motivo por el cual lo llevaba consigo por todo el mundo.

El 6 de diciembre se subastará el vestido de la suerte de Elizabeth Taylor, que se espera alcance hasta los 70.000 euros. Como podemos comprobar, la realidad siempre supera a la ficción, porque el que un vestido de Dior haya estado décadas encerrado en una maleta junto a otras prendas de alta costura es sin duda un buen argumento para una película. No sabemos quién será la afortunada persona que se haga con este vestido, aunque, sin duda, si puede gastarse 70.000 euros en un vestido, fortuna no le falta.