Las corbatas protagonizan el desfile de Valentino, que reinventa el estilo sartorial
Bautizado como 'Black Tie', la inesperada estrella del show de Valentino han sido las corbatas, una pieza que hemos visto desfilar en todos los looks
La semana grande de la moda de París está llegando a su fin. Tras una jornada marcada por el regreso de Balenciaga después de su polémica campaña, al caer el sol, llegaba el turno de Valentino, en uno de los desfiles más esperados cada temporada por la belleza de sus diseños. En ambos, hay un regreso a los códigos del pasado, a la moda sin artificios, a ese 'menos es más' capaz de acaparar todas las miradas.
'Black Tie: el nuevo dress code'. Con este sugerente título, la 'maison' daba una pequeña pista en su cuenta de Instagram sobre lo que podíamos esperar de su nueva colección, con un claro apunte: "clásicos reinventados en un nuevo contexto" y nada más y nada menos que por Pierpaolo Piccioli.
El diseñador es, por méritos propios, una de las grandes agujas de la industria. Sus creaciones, siempre grandilocuentes y espectaculares, nos hacen soñar temporada tras temporada y acercan el 'savoir faire' propio de la alta costura al universo del prêt-à-porter. Si el pasado invierno imaginaba un universo en un color rosa intenso –que incluso acabó con una denominación propia en el Pantone como Pink PP– y esta primavera-verano nos sorprendía con su nuevo logo Toile Iconographe convertido en total look, ahora nos traslada a las raíces de la moda, concretamente a las del armario masculino, como solo él sabe hacerlo, con una maestría propia del genio que es.
El Hôtel Salomon de Rothschild de París fue el escenario elegido para el evento. Un lugar emblemático para la etiqueta, en el que ha celebrado memorables desfiles y que respira ese encanto clásico de los desfiles 'vintage'. Lámparas de araña, largos pasillos y puertas de altura infinita que traspasaban, una a una, tops enfundadas en estilismos en clave sartorial.
Las camisas blancas de estilo masculino, rematadas siempre con una corbata negra –no podía ser de otra forma– han sido las grandes protagonistas. Sobre la pasarela las hemos visto junto a vestidos de gasa, little black dresses o largas faldas de lentejuelas, pero no solo eso, sino que se cubren de plumas y cristales o, directamente, se convierten en etéreos vestidos camiseros.
Aunque el blanco y el negro son la nota dominante en esta colección, el creador también ha apostado por pinceladas metalizadas en plata, rojos encendidos (en un claro homenaje al fundador de la enseña, Valentino Garavani), vívidos naranjas, azules celestes, rosas pálidos o intensos verdes. En cuanto a los estampados, reinan las formas geométricas y el maximalismo: cuadros de estilo damero en tamaño XXL, rayas diagonales y lunares oversize definen los looks del italiano.
El guiño vanguardista ha llegado de la mano de las joyas, concretamente, de los piercings faciales, haciendo referencia a ese nuevo contexto que anunciaban desde la maison. En cuanto al resto de accesorios, las botas Chelsea y los salones aparecen junto a bolsos micro decorados con tachuelas, inclinando la balanza, en este caso, hacia el clasicismo.
Entre los asistentes, por supuesto, y como suele ser habitual en los desfiles de la firma, no faltaron amigos de la casa como Priyanka Chopra, acompañada de Nick Jonas, Emma Roberts, Florence Pugh o la pareja del momento, Brooklyn Beckham y Nicola Peltz.
La semana grande de la moda de París está llegando a su fin. Tras una jornada marcada por el regreso de Balenciaga después de su polémica campaña, al caer el sol, llegaba el turno de Valentino, en uno de los desfiles más esperados cada temporada por la belleza de sus diseños. En ambos, hay un regreso a los códigos del pasado, a la moda sin artificios, a ese 'menos es más' capaz de acaparar todas las miradas.