Los Grammy más victorianos nos enseñan cuál es la diferencia entre ir vestida y desnuda
Bianca Censori y Lady Gaga han sido los dos contrastes de una noche en los que la piel y el barroquismo han confluido de una forma única
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Los Grammy 2025 han sido un recordatorio de que la moda es, ante todo, un espacio de experimentación. El contraste entre el barroquismo de Gaga y la desnudez de Censori no es más que una representación de la dualidad en la que nos movemos hoy en día. ¿Vestirse o desvestirse? Esa es la cuestión. Y si algo nos enseñó esta edición, es que ambas opciones pueden ser igual de impactantes cuando se llevan con actitud.
Nos ha vuelto a recordar por qué este evento es una cita obligada para los amantes de la moda. Más allá de la música, la moda en los Grammy siempre nos ofrece un espectáculo en el que las reglas se reinventan. Este año, la noche nos dejó una clara dicotomía: el auge del barroquismo victoriano frente a la estética ultraminimalista del “casi desnudo”. Dos tendencias en polos opuestos que encontraron a sus máximas exponentes en Bianca Censori y Lady Gaga, respectivamente.
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Mientras algunos celebran la valentía de mostrarlo (casi) todo, otros reivindican la importancia del dramatismo de la moda histórica. Y al final, ese es el gran atractivo de los Grammy: la posibilidad de ver a la moda en su expresión más libre, sin miedo a los excesos ni a las críticas. Porque, como siempre, lo que queda son las imágenes y el eterno debate sobre qué significa estar realmente vestida.
La tendencia de los vestidos “casi desnudos” no es nueva, pero cada temporada evoluciona y encuentra nuevas formas de reinventarse. Sin embargo, la verdadera clave de la noche fue la convivencia de estas propuestas con otras que abogaban por la opulencia maximalista. Por supuesto, la noche no se quedó solo en estos dos extremos. Muchas actrices y cantantes optaron por el término medio: las transparencias estratégicas.
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Lady Gaga y el regreso del barroco
En el extremo opuesto de la balanza, Lady Gaga reafirmó su estatus como icono de la moda con un vestido que evocaba la fastuosidad de la época victoriana. Con corsé ajustado, mangas abullonadas y un trabajo de bordados en oro y pedrería que parecía sacado de un cuadro de Winterhalter, su look fue una oda al exceso bien entendido. Gaga, que en los últimos años ha apostado por una estética más refinada y teatral, demostró que la opulencia también puede ser moderna cuando se ejecuta con maestría.
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El barroquismo, que ya venía resonando en pasarelas gracias a diseñadores como Schiaparelli y Alexander McQueen, encontró en Gaga su mejor embajadora.
El escándalo de la noche
Bianca Censori, musa de la polémica y de los diseños más extremos de Yeezy, llevó la desnudez a un nuevo nivel con un vestido que, más que una prenda, parecía una provocación hecha a medida. Enfundada en un tejido translúcido que apenas dejaba algo a la imaginación, su look desató un debate inmediato sobre los límites de la moda y la necesidad de la provocación. Su aparición, acompañada de Kanye West, fue una declaración de intenciones: la exposición extrema de la piel sigue siendo su marca personal.
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No es la primera vez que Censori nos sorprende con estilismos que desafían cualquier convención, pero en esta ocasión su propuesta resultó aún más impactante al compartir la misma alfombra roja con algunas de las interpretaciones más barrocas y recargadas de la temporada. La modelo y arquitecta australiana parece no temerle a la controversia, y los Grammy 2025 fueron la plataforma perfecta para avivar la conversación sobre qué significa realmente vestirse en el siglo XXI. Aunque no sabemos si le sirvió de excusa a la organización para echarlos de la fiesta de la música o es cierto el rumor de que la curiosa pareja no estaba invitada.
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En una alfombra dominada por la piel al desnudo, su propuesta fue un recordatorio de que se puede mostrar de forma elegante, como es el caso de Charlotte Lawrence. Que vestía de Saint Laurent también con transparencia, una de las tendencias de la noche, pero en modo slip dress de Saint Laurent, con batín encima y joyas de Bvlgari. Un estilismo de Siena Montesano que demostraba que las transparencias pueden ocupar su lugar, pero siempre de una forma sutil y elegante. La camisa de Charlotte Kemp Muhl fue otra de las referencias que respaldan esta teoría de que a veces looks mínimos pueden ser máximos.
Los Grammy 2025 han sido un recordatorio de que la moda es, ante todo, un espacio de experimentación. El contraste entre el barroquismo de Gaga y la desnudez de Censori no es más que una representación de la dualidad en la que nos movemos hoy en día. ¿Vestirse o desvestirse? Esa es la cuestión. Y si algo nos enseñó esta edición, es que ambas opciones pueden ser igual de impactantes cuando se llevan con actitud.