Cuatro razones para descubrir Pas de Calais
¿En busca de una escapada a la francesa distinta? Entonces, tienes que poner rumbo a Nord-Pas de Calais, la esquina de Francia donde se inventó la patata frita.
¿En busca de una escapada a la francesa distinta a lo que conoces? Entonces, tienes que poner rumbo a Nord-Pas de Calais, la esquina de Francia donde se inventó la patata frita, se esquía en pistas que no tienen nieve y el mejor arte se expone en una piscina. Te descubrimos cuatro razones por las que viajar a Nord-Pas de Calais. ¡Y no es un secreto!
Lille: bendita Francia tópica
¿Cansado de París? En ese caso, primero, háztelo mirar; y segundo, ha llegado el momento de que descubras Lille. Está a tres cuartos de hora de la Ciudad de la Luz vía TGV,puedes volar con Vueling desde Barcelona; y tiene todo lo que le puedes pedir a la ciudad francesa que tú diseñarías, desde infinitas filas de clientes esperando por sus baguettes en la panadería de cualquier esquina a mercadillos de libros de segunda mano, pasando por coquetas tiendas de escaparates decorados con mimo -tanto da que muestren macarons que lencería que artículos de papelería- de las que parece saldrá en cualquier momento Audrey Tautou a saludarte, y docenas de restaurantes de pocas mesas en los que el profano que eres piensa lo injusto de que no les adorne una o todas las estrellas Michelín. Paséate con calma y descubrirás su ecléctica colección de arquitectura, en la que caben desde palacios de la ópera construidos durante la ocupación alemana a centenares de casas del más puro estilo flamenco, pasando por joyas como el Ayuntamiento -Patrimonio de la UNESCO-, el inmenso parque urbano de la Ciudadela, el beffrois (campanario) más alto de Francia... Te pararás a ver el precio de los pisos, seguro.
Siempre, la comida
Que en Francia se come como en ningún otro sitio es una verdad que, por evidente, duele. Cualquier brasserie es garantía de que se come bien y bonito y casi barato, y cualquier cosa, desde casquería hasta caracoles, puede convertirse en obra de arte -lo hace- si hay un chef francés de por medio: en el Joeur de Peche de Lille (2 Rue de Pas, Lille) o el Assiete de Boeuf (en la Grand Place de Arras) se lo demuestran a cualquiera que se siente a sus mesas. Y no hay que olvidar que Nord-Pas de Calais es la tierra que presume de haber inventado las patatas fritas -aunque en la cercana Bruselas no están muy de acuerdo-, y lo cierto es que comerlas en cualquier puesto ambulante de Arras o Lens te hace creer que es cierto. ¿El secreto? Cada lugar aplica el suyo, pero todas tienen en común haber sido fritas en manteca de cerdo. Y acompañadas de cualquiera de las estupendas cervezas de la región -la mayor productora del país-, son un manjar para chuparse –literalmente- los dedos. Ni lo pienses. Ya cenarás piña a la vuelta. Buen provecho.
Esquiar sin nieve
Nord-Pas de Calais es una mina, en la más pura acepción del término. Durante la Revolución Industrial se conocía a la región como “El país del Oro Negro”, aquí se compuso La Internacional, y la UNESCO declaró hace unos años como Patrimonio de la Humanidad su cuenca, un paisaje alterado con escombreras gigantescas, pueblos mineros... y una pista sintética de esquí de más de trescientos metros de descenso y dos tele-esquís construida sobre una escombrera, y una laguna de un kilómetro de diámetro donde practicar deportes náuticos que ocupa el pozo inundado de una mina. Estos dos lugares están uno enfrente del otro en la pequeña ciudad de Nouex-les-Mines, uno de esos asentamientos que se construyeron para alojar a los mineros. ¡Eso sí que es reconversión!
Una de museos
Que en Roubaix saben reconvertir el uso de los lugares es algo que no se puede negar. La antigua piscina municipal -un espectacular edificio industrial de principios del siglo XX repleto de obras maestras- es el Museo de Arte e Industria, conocido como “La piscina”, uno de los más visitados de Francia. No es el único museo destacado de la región: están el Palais des Beaux-Arts de Lille (el segundo museo de Bellas Artes de Francia después del Louvre, con una impresionante colección donde destacan obras de Donatello, Goya, Rubens, o Monet…), el Museo Mattise en Cateau-Cambresis (la ciudad natal del pintor)... y, sobre todo, la última sensación en llegar: el impresionante -por contenido y continente- Louvre-Lens, la “sucursal” que la pinacoteca parisina abrió a finales de 2012 sobre los terrenos de un pozo minero abandonado y olvidado en un barrio de Lens. Esto sí es un museo para todos: su colección de 250 obras maestras -la más conocida, “La libertad guiando al pueblo” de Delacroix- se exponen a la altura de los ojos de la gente, en un edificio de una sola planta que rezuma espiritualidad zen: puro disfrute para los sentidos. Y para rematar la visita, regálate un pastis en Chez Cathy, la taberna de barrio a la que le tocó la lotería el día en que le pusieron el museo enfrente, y que expande el significado del término hipster más allá de lo que jamás habrías imaginado. Haz la prueba.¡Vamos cuando quieras!
¿En busca de una escapada a la francesa distinta a lo que conoces? Entonces, tienes que poner rumbo a Nord-Pas de Calais, la esquina de Francia donde se inventó la patata frita, se esquía en pistas que no tienen nieve y el mejor arte se expone en una piscina. Te descubrimos cuatro razones por las que viajar a Nord-Pas de Calais. ¡Y no es un secreto!
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