Tabarca, por qué tienes que viajar ya a esta isla del Mediterráneo frente a Santa Pola
Es histórica, pintoresca, salvaje, encantadora, se come (caldero) de maravilla y está llena de rincones que fotografiar. Si no la conoces todavía, escápate a Tabarca ya. Cual gaviota sobre el mar
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd3e%2F560%2F575%2Fd3e56057545ab7e192b281e7c4e5e8ee.jpg)
No es Mykonos ni Santorini, ni Capri, pero te va a encantar. Está frente a las costas de Santa Pola, tan cerca que casi se puede tocar, a solo tres millas náuticas (8 kilómetros), y a once de Alicante. Un paseíto (en barco). Y, créenos, es un edén. Te contamos por qué tienes que viajar ya a Tabarca, la Isla Plana, antes de que lleguen las hordas y hordas de bañistas. Irá directa a tu colección de islas. Además, este domingo es ¡San Juan! Fiesta mayor mediterránea
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F833%2F1a5%2F229%2F8331a52297228b104a205dfcb555b89f.jpg)
Tabarca, esa isla del Mediterráneo
Quizá Santa Pola no te resulte un destino muy sugerente, porque lo relaciones con el turismo de masas, tipo Torremolinos o Benidorm, pero en su puerto te espera un catamarán (con visión submarina) o una lancha rápida que te llevarán hasta la isla de Tabarca, que en realidad es un archipiélago, porque tiene a su vera los islotes de La Cantera, La Galera y La Nao, refugio de gaviotas. ¿Sus medidas? 1.800 metros de largo y 400 metros de ancho. La podrás casi abrazar (=recorrer).
Un pueblo bonito y un paraíso natural
Esta isla no es como la de Benidorm, que también la tiene. No está poblada solo por gaviotas, paíños y algún zarapito real -es un ejemplo-, sino que es un pueblecito en toda regla, ya desde el siglo XVIII, levantado por orden de Carlos III (el de la Puerta de Alcalá de Madrid) para alojar a varias familias de pescadores de Génova que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka. Y no podía ser sino fortificada: los piratas acechaban. Avatares de la historia. Hoy es un conjunto histórico artístico con mayúsculas.
Qué hacer en Tabarca
Lo típico es ir y volver en el día -hay barcas que vienen y van continuamente, en plan Grecia y el mar Egeo- y lo típico también, ya que nos ponemos, es zamparse un caldero, que es el plato estrella de la isla. Pero no hay que descartar, ni mucho menos, quedarse a pasar unos días en una de las casas que se pueden alquilar. Sus calas y playas, sus rincones y callecitas, su paisaje… lo merecen. No es Naxos ni nosotras somos Ariadna a punto de conocer a Diónisos, pero el plan es superior, barco incluido. No hemos dicho que es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana. Ni que tiene una leyenda asociada a la Cueva del Llop Marí, donde habita su protagonista: un monstruo marino
Qué ver en la isla
Atrajo desde siempre a los piratas, de ahí sus murallas, aún en pie, y las puertas de San Gabriel, San Miguel y San Rafael. A esto hay que sumar, en cuestión de patrimonio, la Casa del Gobernador, hoy un hotel con encanto (te lo contamos más abajo), varias plazas y la iglesia, barroca además. Eso en la parte occidental de la isla, porque en la oriental, virgen toda ella, está el faro, del siglo XIX, que llegó a ser escuela de fareros, y el torreón de San José, que fue prisión.
Si una mitad puede que te recuerde a ¿Malta?, por sus huellas históricas junto al mar, la otra te traerá a la memoria ¿Formentera?, salvajemente pintoresca y natural (urbanismo típicamente barroco: las murallas por un lado y el campo por otro, vivir y laborar). De hecho, es Reserva Marina del Mediterráneo (fue la primera del país), por lo que está protegidísima por la biodiversidad de su flora y su fauna, y un paraíso para los buceadores. Sus fondos son un espectáculo. Solo hay que ver sus aguas cristalinas, que bañan una costa recortada, de pequeños acantilados, playas de cantos rodados y una playa.
Dónde dormir: la Casa del Gobernador
No podía haber un sitio mejor que la Casa del Gobernador para quedarse unos días en la isla, por su historia, en pie desde el siglo XVIII, y porque está dentro de las murallas. Y no hace falta su invitación, la del gobernador, porque a estas alturas es el hotel boutique Isla de Tabarca, un tres estrellas de 15 habitaciones con vistas al mar que además tiene restaurante y servicio de barco taxi las 24 horas. Precio: desde 110 euros. No te lo pienses.
Restaurantes donde comer
En La Almadraba podrás dar buena cuenta del famoso caldero tabarquino, que consta de dos platos: el pescado por un lado y el arroz hecho en caldero de hierro “como hacían antiguamente los pescadores en el barco”, nos cuentan, por el otro. Además, gazpacho marinero, fideuá de bogavante o calamar de potera, que pueden degustarse en una terraza que mira al puerto. Otra opción es el restaurante Tere, especializado en caldero, arroces, pescado y marisco, cómo no. Y hay más. Te los encontrarás. O ellos a ti.
No es Mykonos ni Santorini, ni Capri, pero te va a encantar. Está frente a las costas de Santa Pola, tan cerca que casi se puede tocar, a solo tres millas náuticas (8 kilómetros), y a once de Alicante. Un paseíto (en barco). Y, créenos, es un edén. Te contamos por qué tienes que viajar ya a Tabarca, la Isla Plana, antes de que lleguen las hordas y hordas de bañistas. Irá directa a tu colección de islas. Además, este domingo es ¡San Juan! Fiesta mayor mediterránea