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Las Caldas, un balneario real para una puesta a punto perfecta
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AGUAS MEDICINALES

Las Caldas, un balneario real para una puesta a punto perfecta

A ocho kilómetros de Oviedo, en el principado de Asturias, un paraíso acuático que abrió por primera vez a finales del siglo XVIII

Foto:  La Caldas. (Cortesía)
La Caldas. (Cortesía)

La civilización romana ya tenía entre sus costumbres cotidianas los baños purificadores que podían estar en las propias villas o en recintos públicos que recibían el nombre de 'therma' y formaban parte de la vida social. Con el paso de los siglos, esta dinámica no solo no desapareció, sino que fue exportada a los territorios conquistados y la evolución convirtió esa idea saludable y curativa en uno de los atractivos lúdicos más interesantes de la época moderna. Las termas y balnearios son una alternativa gratificante que libera el estrés, eleva la serotonina, elimina toxinas y convierte las estancias en estos lugares en una manera de equilibrar el cuerpo y la mente.

Uno de estos establecimientos se encuentra en el pueblo de Las Caldas, a ocho kilómetros de Oviedo, en el principado de Asturias. Este balneario se abrió por primera vez a finales del siglo XVIII, cuando se descubrió el beneficio de las aguas que discurrían por el lugar. La clase aristocrática y pudiente comenzó su peregrinaje y tomar baños allí se convirtió en una costumbre. Se construyó el Gran Hotel que unía con una pasarela de hierro el complejo en esta villa termal. La reina María Cristina fue una de las primeras en probar esas aguas milagrosas.

placeholder  Aquaxana nocturno. (Las Caldas)
Aquaxana nocturno. (Las Caldas)

En la actualidad, el balneario de Las Caldas es uno de los destinos preferidos por una clientela que busca una experiencia saludable que combina la tradición de las aguas mineromedicinales con tratamientos exclusivos. Un lugar integrado por un equipo multidisciplinar de profesionales del mundo de la medicina, la salud, la nutrición y la belleza, además de la 'balneroterapia'. A esta oferta se une la posibilidad de practicar golf, senderismo y un turismo deportivo que incluye rutas en bicicleta o a caballo por el impresionante entorno que rodea al Gran Hotel de cinco estrellas. Los más atrevidos pueden optar por el descenso del rió Nalón en canoa.

Una oferta tan variada como las propuestas que ofrecen las propias instalaciones, con zonas de piscinas de contrastes como el Aquaxana, baños de agua fría, caliente, turco, sauna, chorros de agua a diferente temperatura que sueltan la musculatura y una lista de cuidados especiales y personalizados con dietas Detox y programas de adelgazamiento con menús atractivos que no requieren demasiado esfuerzo.

placeholder Comida sana en un entorno natural. (Las Caldas)
Comida sana en un entorno natural. (Las Caldas)

El balneario conserva zonas de sus inicios como el salón Sacanda, el restaurante Viator (con una oferta gastronómica maravillosa y con productos de la huerta del propio balneario) y el salón de desayuno o salón de los Espejos (antigua sala de baile y de reuniones construida de 1878). Un entorno que conjuga la nostalgia pasada con las comodidades del siglo XXI.

Uno de los atractivos de este balneario es la zona privada que el cliente puede reservar para su uso privado. Hay una estancia que emula un pequeño salón de té con chimenea y da paso a un jacuzzi y a la sala de las Columnas, que era la antigua capilla de Las Caldas y que ha sido reconvertida en piscina de flotación con una concentración salina similar a la del Mar Muerto.

placeholder  Sala de Columnas. (Las Caldas)
Sala de Columnas. (Las Caldas)

Una experiencia única a la que se suma una lista de tratamientos especiales: masajes a la carta, envolturas en barro, en chocolate y algas, aplicaciones de fango, té verde, rosa mosqueta, aceites esenciales, hidratantes y adelgazantes que equilibran el cuerpo y la mente. Deportistas de élite y profesionales del mundo de la empresa acuden a Las Caldas para su puesta a punto.

La civilización romana ya tenía entre sus costumbres cotidianas los baños purificadores que podían estar en las propias villas o en recintos públicos que recibían el nombre de 'therma' y formaban parte de la vida social. Con el paso de los siglos, esta dinámica no solo no desapareció, sino que fue exportada a los territorios conquistados y la evolución convirtió esa idea saludable y curativa en uno de los atractivos lúdicos más interesantes de la época moderna. Las termas y balnearios son una alternativa gratificante que libera el estrés, eleva la serotonina, elimina toxinas y convierte las estancias en estos lugares en una manera de equilibrar el cuerpo y la mente.

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