El juguete sexual que está revolucionando internet
Daniela Blume ha caído rendida ante un vibrador que presume de ayudar a las mujeres a alcanzar el orgasmo en menos de dos minutos sin prácticamente tocarlas
Han pasado muchos años desde que el vibrador del conejito rosa que puso de moda 'Sexo en Nueva York' se erigiera como el mejor juguete sexual del mundo. Parecía que el universo de los sex toys estaba estancado hasta que de repente, una mañana, Daniela Blume habló en sus redes de las bondades de Satisfyer. No voy a negarlo: al principio, pensé que se trataba de un cepillo de limpieza facial tipo Clarisonic, hasta que me fijé en lo que decía y comprendí que se trataba de un nuevo juguete sexual.
Dos factores hicieron que no le diera mayor importancia. Para comenzar, el hecho de que no me fío de los productos que promocionan los famosos en sus redes, porque bien sabemos todos que suelen hacerlo a cambio de dinero. Para continuar, por la sencilla razón de que nunca le he encontrado la magia a los sex toys. Pero entonces, ¿qué me hizo cambiar de parecer? El que esa misma tarde una amiga me hablara de él, y al igual que cuando dos amigas alaban al mismo hombre terminas por interesarte por él -o al menos, por buscarlo en Instagram-, decidí averiguar qué demonios tenía este aparatito para ser tan especial.
“El 83% de las mujeres que probaron el Satisfyer llegaron al orgasmo en menos de 2 minutos”, es lo primero con lo que me encuentro al investigar. "Descubrí el squirting gracias a Satisfyer" es la segunda declaración con la que me topo en un lugar completamente diferente. Su magia es que es el equivalente al sexo oral femenino, pues su cabezal ovalado succiona, presiona y ejerce un masaje sin contacto sin que tengas que hacer absolutamente nada más que apoyarlo sobre el clítoris.
Otra de sus cualidades es que tiene 11 niveles de intensidad y que es waterproof, por lo que se ha convertido en el juguete sexual preferido por muchas mujeres en la ducha. El agua aporta una lubricación natural que hace de la experiencia algo realmente orgásmico, pero se recomienda, en el caso de que no haya duchas mediante, emplear lubricante de base acuosa para lograr un resultado aún más satisfactorio.
Me decidí a probarlo cuando mi amiga me confesó que había quedado con un chico y que se pasó la cita deseando que el pobre se fuera a su casa para poder disfrutar de su Satisfyer. Tenía que hacerme con uno y me lancé sobre la web de Amantis. ¿El resultado? En un minuto vi el cielo, y lo cronometré porque le había puesto un Whatsapp a mi amiga avisándole de que lo iba a probar. Al minuto siguiente volví a escribir dos palabras que lo resumían todo: "QUÉ. MARAVILLA". Mi amiga me preguntó por las intensidades que había usado, y la verdad es que en un minuto solo había probado la 2 y la 3 -qué queréis que os diga, nunca me ha gustado comenzar las cosas por el paso número 1-, pero para la siguiente, subiré la apuesta.
Recomendé encarecidamente a mis amigas hacerse con uno y una de ellas me confesó que solo podía llegar al orgasmo combinando la masturbación y la penetración. Aún a riesgo de sonar como la Lorena Berdún de los chats de Whatsapp, le comenté que entonces conocía a su pareja perfecta, una que, por cierto, le iba a dar menos problemas que su actual chico, que como me esté leyendo en estos momentos, va a desear mi extinción inmediata. Se trata de Romance Massage, un vibrador de doble estimulación con dos motores - uno para la estimulación vaginal y otro para la succión del clítoris- con doce modos diferentes que hará tus sueños -y sobre todo, tus fantasías- realidad.
'Antimanual de autodestrucción amorosa' (ed. Aguilar) es el primer libro que publica la periodista Marita Alonso, quien se ha convertido en nuestra consultora semanal en cosas de amor, desamor, sexo y otras dichas y desdichas. Plantéale tus preguntas e intentará darles respuesta.
Han pasado muchos años desde que el vibrador del conejito rosa que puso de moda 'Sexo en Nueva York' se erigiera como el mejor juguete sexual del mundo. Parecía que el universo de los sex toys estaba estancado hasta que de repente, una mañana, Daniela Blume habló en sus redes de las bondades de Satisfyer. No voy a negarlo: al principio, pensé que se trataba de un cepillo de limpieza facial tipo Clarisonic, hasta que me fijé en lo que decía y comprendí que se trataba de un nuevo juguete sexual.
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