Es noticia
Menú
Las Brasas de Castellana, la apuesta gastro 'casual' del renovado Rosewood Villa Magna
  1. Estilo
  2. Ocio
PLACE TO BE

Las Brasas de Castellana, la apuesta gastro 'casual' del renovado Rosewood Villa Magna

A la propuesta del Amós de Jesús Sánchez se suma este espacio que capitanea Amalio Prados con elaboraciones en consonancia con el marco del hotel de lujo madrileño

Foto: Las Brasas de Castellana. (Cortesía)
Las Brasas de Castellana. (Cortesía)

Un antes y un después. El desembarco de la cadena Rosewood Hotels & Resorts en Madrid, haciéndose cargo del icónico Villa Magna en esta nueva era de lujo hotelero capitalino, no ha defraudado. El cambio, que falta le hacía, se nota desde la novedosa fachada, remodelada y embellecida por el arquitecto Ramón de Arana, y desde los jardines, rediseñados por el paisajista Gregorio Marañón. En el interior, la calidez de residencia privada y los recuerdos al pasado del edificio, el antiguo palacio de Anglada, no están reñidos con los mejores materiales, diseño y obras de arte moderno que salpican cada estancia, por cierto, mucho más fluidas, luminosas y apetecibles, como apetecible es su nivel gastronómico.

Está el Amós de Jesús Sánchez, chef del triestrellado Cenador de Amós en Cantabria, que trae aquí pinceladas de su degustación Michelin mezcladas con una carta y hasta un menú de cuchara para el día a día en un bonito comedor diseñado por Alejandra Pombo. Es, por así decirlo, el restaurante 'de autor' de un hotel que no se queda solo en este, sino que va más allá con otro, que ocupa un espacio principal en la planta calle y una fantástica terraza exterior: Las Brasas de Castellana.

Amalio Prados, cocinero ejecutivo del Villa Magna desde hace casi una década, lidera un concepto dinámico y elegante que va del desayuno a la cena, un formato 'casual' con precios aceptables sin descuidar los detalles y el servicio que en un establecimiento de este tipo no deben faltar. Va en camino de conseguir algo complicado: que los madrileños rompan la barrera habitual con los hoteles de lujo y vayan, a comer o a pasar la tarde. Por el momento, está más que animado.

Tapeo, arroces y vegetales rostizados

Una amplísima oferta de desayunos arranca la jornada con fórmulas desde los 26 euros o directamente a la carta. A mediodía, se pueden encontrar clásicos del tapeo madrileño como la ensaladilla, los calamares a la andaluza, las croquetas de gambas al ajillo o las patatas bravas. Siguen apartados de parrilla, de ahí el nombre del restaurante, y de horno en los que encontrar algunas de las recomendaciones de la casa como el pulpo con verduritas y encurtidos (25 euros), el morrillo de atún Balfegó (24 euros) o las costillas de cordero (24 euros). Arroces, pasta y sándwiches varios conforman unas líneas para una comida rápida más sencilla para la que también es idóneo su menú del día (35 euros) con un aperitivo y un plato que va variando a lo largo de la semana.

placeholder Jarrete de ternera. (Cortesía)
Jarrete de ternera. (Cortesía)

Un jarrete para dos personas, terminado frente al comensal y acompañado de queso cántabro La Pasiega, puré de patata y vegetales rostizados (46 euros), buenas carnes gallegas en general y pescados enteros se suman a la carta en las noches, cuando la luz natural que entra por los ventanales, desde sus jardines y terraza, deja paso a una cuidada iluminación más íntima que da un toque más formal, sin excesos y sin perder su esencia de bistró ‘cool’, a Las Brasas. La torrija, de postre, siempre es un sí.

placeholder Pollo asado. (Cortesía)
Pollo asado. (Cortesía)

No hay que dejar de disfrutar de su amplísima selección de vinos, en especial si se solicita su reservado dentro de la propia cava, preciosa, y es obligatorio concluir la velada con un combinado en el bar Tarde O. La pastelería Flor y Nata, asimismo muy recomendable para la hora del té y las meriendas, separa el restaurante de esta magnífica coctelería con patio cubierto que ya presume de servir los mejores negronis de la capital de la mano del mixólogo Carlo Proverbio.

placeholder La Cava. (Cortesía)
La Cava. (Cortesía)

Servicio de aparcacoches y tres horas de parking sin coste se ofrece a todos los clientes que lleguen en vehículo propio. Forma parte de la acertada estrategia de conseguir que no solo los huéspedes se acerquen al Villa Magna, también los locales que quieran disfrutar de uno de los mejores hoteles de la ciudad rompiendo tópicos.

LAS BRASAS DE CASTELLANA

Rosewood Villa Magna

Paseo de la Castellana, 22. Madrid

Precio medio: 50 euros

Horario: de lunes a domingo de 7 a 10:30 h, de 13:30 a 15:30 h y de 19:30 a 23 h.

Teléfono: 91 587 1234

 

Un antes y un después. El desembarco de la cadena Rosewood Hotels & Resorts en Madrid, haciéndose cargo del icónico Villa Magna en esta nueva era de lujo hotelero capitalino, no ha defraudado. El cambio, que falta le hacía, se nota desde la novedosa fachada, remodelada y embellecida por el arquitecto Ramón de Arana, y desde los jardines, rediseñados por el paisajista Gregorio Marañón. En el interior, la calidez de residencia privada y los recuerdos al pasado del edificio, el antiguo palacio de Anglada, no están reñidos con los mejores materiales, diseño y obras de arte moderno que salpican cada estancia, por cierto, mucho más fluidas, luminosas y apetecibles, como apetecible es su nivel gastronómico.

En el punto de mira
El redactor recomienda