Los cócteles más hipster: dónde tomar la bebida estrella de la temporada
Abandonarse a estos combinados tan poéticos es como caminar por la orilla de cualquier océano o sumergirse en la lectura de un cuento cualquiera de Cortázar. Hay que apurar hasta el último trago
Podríamos mojar los pies en la orilla o zambullirnos en el mar como delfines dando saltos de alegría, pero vamos a entregarnos a los cócteles, que es la manera de meter el verano en el vaso como en un cuento de Octavio Paz o de Cortázar. Hay un lugar en Santander que nos ha vuelto locos de contentos y que es como ninguno. Una casa que se llama Deluz (C/ Ramón y Cajal 18) con un jardín lleno de flores y de pájaros donde se sirven cócteles y se proclama que “los gin-tonics también son para siempre”. Le habría gustado a Epicuro. Pero dejamos la cornisa cantábrica para seguir buscando dónde tomar los combinados de moda.
Beker 6, en Madrid
Este refugio gastronómico en la gran ciudad (C/ Hermanos Bécquer, 6) nos espera con los brazos abiertos y una nueva carta especial de coctelería que atesora seis preparados que prometen sabores únicos. La mixología es así: la sorpresa está servida. Los podemos tomar en sala o en la terraza. Ron, ginebra, cachaça, tequila y vermut son los protagonistas.
Su cóctel estrella: la Tetera de Ysabel Regina, con té de frutos rojos, dos rodajas de naranja, una rama de hierbabuena, 60 ml de sirope de chocolate blanco, 50 ml de triple seco y 200 ml de Ysabel Regina. O la Capirinha de Capucana, con 50 ml de Capucana Cachaça, 20 ml de sirope de azúcar, 30 ml de zumo de lima y 2 fresas; servido, atención, en bolsas exclusivas.
Arts Club, en Madrid
El Arts Club es una galería de arte disfrazada de bar y viceversa, con una terraza en la que ahora se expone el trabajo de Antonio de Felipe y un interior en el que cuelga la colección de Angel García Dalmer, que se inspiró en Velázquez, que es la calle donde está este reino de la coctelería (en el número 96).
Su cóctel estrella: el daiquiri de mango, con zumo de limón, mango, azúcar y ron con un toque decorativo de grosellas y physalis, o el Porn Star Martini, con fruta de la pasión, vodka de vainilla y Passoa, acompañado de una copa de champán.
Dry Martini, en Barcelona
Y hay que añadir ‘by Javier de las Muelas’, que es el mago que se saca de su sombrero estas virguerías para beber. Su colección para este año se llama Signature & Excentric y es un prodigio de la vanguardia y el arte de mezclar. Hay cócteles de corte oriental y servidos en jarra de cobre (Wasabi Mug) o dispuestos en una pipa de cristal y rodeado del mismo humo que lo aromatiza (The Pipe). Es tan poético todo que hasta propone un paseo por la luna con la mezcla para beber en roca (Moon Walk). Están disponibles en el Dry Martini de Barcelona -cuero, madera y latón, a lo clásico- (C/ Aribau, 162) y el Dry Martini by Javier de las muelas en el Gran Melia Fénix de Madrid (C/ Hermosilla, 2).
Su cóctel estrella: nos quedamos con The Jigger, que es un combinado de Bacardi Superior, Seven Tiki Ron, zumo de pomelo fresco, sirope de mora, sirope de caña, zumo de limón fresco y mix de fruta de temporada.
Chatarra Cocktail Bar, en Madrid
Este garito pisa fuerte en las noches madrileñas y aunque sea de día. Ha nacido para hacer disfrutar al respetable de lo más granado de la coctelería de autor por obra y gracia (mucha) del barman uruguayo Tato Riella, que se inspira en sus recuerdos de infancia para componer este himno latino con sabor a guayaba, mango y maracuyá. El Chatarra está en la calle Santa Teresa, 8, y es muy pero que muy vintage. Y nosotros, casi chamarileros.
Su cóctel estrella: el Frida Kahlo, con tequila blanco, Cointreau, cassis, zumo de lima y arándanos, o el Paris Vintage, con ginebra, June, albahaca y lima rosa.
Pisco Bar de Tiradito, en Madrid
Como si estuviéramos en Perú, empinando el codo con la bebida nacional, el pisco (aguardiente de uvas ‘pisqueras’). En este restaurante (C/ Conde Duque, 13) encontrarás la mayor variedad de macerados del líquido elemento no ya de España, sino de Europa. El Pisco es una barra como las de Lima, donde comer y beber y salir a la terraza al sol del casi verano. A los mandos de la coctelería, Alex Santivañez, que nació en Huancayo.
Su cóctel estrella: el Piscotonic (pisco quebranta, tónica y zumo de lima), el Piscoginger (macerado de pisco en jengibre, anís estrellado, azúcar y lima) o el Aguaymanto (pisco macerado en aguaymanto, azúcar y melocotón). Y por supuesto, el pisco sour y sus mojaditos (mojitos con pisco).
Club A, en Madrid
Ya sabíamos de los aires sofisticados y selectos de este club inglés en el Madrid más concurrido (C/ Antonio Acuña 19), junto al Retiro, que está de feria (del libro), y de las delicias que se sirven en la mesa de su restaurante. Ahora su barman, Julián Aparicio, se saca de la manga los cócteles que el calor, lo días largos y nosotros estábamos pidiendo a gritos.
Su cóctel estrella: By Violet, con 5 cl de vodka, 1,5 cl de zumo de limón, 1 cl de licor de violeta, 1 cl de sirope, 1 cl de clara de huevo y 8 arándanos (machacados en un mortero). Otros son el Spring Sour o el Buen Viaje.
Podríamos mojar los pies en la orilla o zambullirnos en el mar como delfines dando saltos de alegría, pero vamos a entregarnos a los cócteles, que es la manera de meter el verano en el vaso como en un cuento de Octavio Paz o de Cortázar. Hay un lugar en Santander que nos ha vuelto locos de contentos y que es como ninguno. Una casa que se llama Deluz (C/ Ramón y Cajal 18) con un jardín lleno de flores y de pájaros donde se sirven cócteles y se proclama que “los gin-tonics también son para siempre”. Le habría gustado a Epicuro. Pero dejamos la cornisa cantábrica para seguir buscando dónde tomar los combinados de moda.