La Riviera Albanesa, 'el Caribe europeo' al que puedes ir por 22 euros

Existen muchas opciones a la hora de elegir el destino de nuestras próximas vacaciones. No en vano, lo que la mayoría de nosotros deseamos es encontrar un lugar en el que no hayamos estado antes y podamos descubrir por primera vez, sin desembolsar una gran fortuna y, a poder ser, que no esté masificado. Teniendo todo esto en cuenta, las posibilidades se reducen porque los precios no dejan de subir y la gente llena ciudades y playas.

Por suerte, todavía quedan rincones del mapa que no son tan conocidos a nivel mundial y esto garantiza que la afluencia de personas será mucho menor y que podremos trasladarnos y alojarnos en el mismo con un coste mucho más económico. ¿Un ejemplo? La Riviera Albanesa, la costa de Albania en el Mediterráneo, de la que pocos han oído hablar y que, sin embargo, está repleta de paisajes únicos y playas paradisíacas como si del Caribe se tratara.

Albania es uno de los países del sur de Europa más auténticos y desconocidos. Situado en la península de los Balcanes, hace frontera con Grecia, Macedonia del norte, Kosovo y Montenegro, y sus cerca de tres millones de habitantes residen en un territorio de un tamaño similar al de la región de Galicia. No obstante, a la zona que hacemos referencia es la que está entre Vlöre y Ksamil: 150 kilómetros de costa plagada de playas de aguas cristalinas.

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Bañada por dos mares, el Adriático y el Jónico, ambos tienen playas interesantes, pero la fama de la Riviera Albanesa, ubicada en la costa jónica, es un paraíso por sus vistas únicas. Así, no es de extrañar que algunas de las ciudades de esta zona sean las elegidas para veranear por los propios albanos, que no valoran la posibilidad de salir de su país en vacaciones a sabiendas de los espectaculares enclaves que tienen en el mismo.

Empezando por Vlorë, se trata de la tercera ciudad más poblada del país, solo por detrás de Tirana y Durrës, además del segundo puerto más importante de Albania tras el de Durrës. Las mejores playas de la zona están en el sur, especialmente Orikum Beach, en la gran bahía de Vlorë, que conduce a la península Karaburun, a la que también se puede llegar en barco.

Precisamente, una de las cosas que caracterizan a la Rivera Albanesa es el hecho de que algunas de sus playas están reservadas a unos pocos privilegiados porque son privadas. Otras, en cambio, tienen un acceso limitado a pie y solo se puede llegar a ellas mediante una embarcación, pues se trata de calas secretas. En cualquier caso, merece la pena llegar a ellas y disfrutar de un día en estas playas por la similitud que comparten con las del Caribe.

A partir de Vlorë, solo hay que seguir la famosa SH8. Una carretera que discurre a lo largo de más de 100 kilómetros por la costa jónica entre acantilados, montañas y vistas panorámicas y que se hizo muy conocida desde que se rodara en ella un episodio de la serie de televisión 'Top Gear'. Poco a poco, nos adentraremos en el Parque Nacional de Llogara, marcado por su vegetación, montes y lagos, también de agua cristalina en muchos casos.

Tampoco podemos perdernos la parte del litoral donde se ubica Ksamil. A diferencia de la mayoría de la costa jónica de Albania, sus playas son de arena blanca y ofrecen atardeceres únicos. En esta zona, eso sí, los hoteles y restaurantes tienen el control de muchas de ellas y se hace prácticamente obligatorio alquilar una tumbona y una sombrilla para garantizar nuestro sitio, teniendo en cuenta que, poco a poco, las frecuentan más personas.

En cuanto a los precios que rondan los alojamientos, lo cierto es que son sorprendentemente asequibles. Así, en plataformas como Booking, podemos encontrar hoteles, apartamentos y 'guest houses' por 22 euros la noche aproximadamente. Claro está que cuanto más nos acerquemos a la costa y más comodidades solicitemos, el precio irá aumentando. Sin embargo, existen hoteles de cuatro estrellas que ofrecen habitaciones por menos de 100 euros.

De la misma manera, los vuelos a Albania en julio rondan los 200 euros, mientras que si elegimos viajar en agosto se reducen hasta los 150 euros; y en septiembre se pueden encontrar por debajo de 100 euros. En definitiva, una alternativa más de viaje no tan conocida por la mayoría de gente y tan espectacular o más que algunos de los destinos a los que estamos acostumbrados a viajar por el mismo precio e, incluso, más.