'El hombre tranquilo', John Wayne y una canción irlandesa: viajamos al verdadero Innisfree del clásico de John Ford
La película que homenajeaba las raíces irlandesas de su director se rodó hace 72 años en la localidad de Cong. Vanitatis repasa los lugares más importantes de un lugar lleno de encanto
Innisfree. Un nombre que evoca, en todo cinéfilo, algo muy especial. El de una de esas joyas en las que John Ford plasmó no solo talento como director, sino su amor y su homenaje a las raíces irlandesas que recorrían su persona. Nadie que haya visto 'El Hombre Tranquilo' ha olvidado su trama: Sean Thornton (John Wayne) un exboxeador que vuelve a la bella localidad irlandesa de Innisfree, se enamora allí de la bella Mary Kate. El personaje femenino al que encarna Maureen O'Hara no se lo pone precisamente fácil. Ni a él ni a su hermano, un bravucón Victor McLaglen, que pretende dejarla sin recursos si contrae matrimonio. Aunque la imagen de Wayne agarrando a la chica por el pelo pueda escandalizarnos hoy en día, pese a su comicidad, la rebeldía femenina mostrada por la actriz pelirroja (su personaje está muy alejado de las clásicas damiselas en peligro) es más reivindicable que nunca al mirar con retrovisor a este clásico de 1952 que, como los buenos vinos, es cada vez mejor y ha ido creciendo en reputación.
Vista hoy, toda la cinta es puro Ford: desde la presencia de muchos de sus actores predilectos (no solo Wayne y O'Hara, ya que en el reparto está incluso su hermano Jack) a su característico humor, sus divertidos borrachuzos, sus planos pictóricos o esas liturgias que daban identidad a todo un pueblo. Si en sus películas sobre el 'Far West' vemos los bailes de la caballería o las marchas militares, en 'El Hombre Tranquilo' somos testigos de la pedida de mano más curiosa que hayamos visto jamás o de los grupos humanos que celebraban la vida cantando cerca de una buena cerveza; de los cantos en ese pub que, sorprendentemente, era una tienda de comestibles.
Viajar hoy hasta Cong, un pueblo que sigue conservando extraordinarios recuerdos del rodaje de esta película, supone toda una aventura. Lo saben bien el autor de este artículo y compañeros de este medio como Ángela Mora, redactora enamorada de Irlanda, o José Gegúndez, fotógrafo y amante de 'El Hombre Tranquilo' que, además, es el autor de las fotografías que ilustran esta lectura. Porque Innisfree era en realidad Cong, una localidad a la que todavía hoy cuesta llegar a través de carreteras sinuosas y curvas de infarto. Situada a unas dos horas de Dublín, en sus calles medio vacías se sigue admirando al equipo de Hollywood que llevó hasta sus habitantes cosas tan básicas, y tan establecidas a mediados del siglo XX, como la electricidad. Cong dio pasos de gigante tan grandes como la cercana Calzada (otro elemento indispensable de toda visita a Irlanda) gracias a la camarilla de John Ford, que desembarcó allí hace más de 70 años.
La tienda de comestibles que hizo las veces de pub, en donde Sean se enfrenta al hermano de Mary Kate y se cantan esas canciones de la vieja Irlanda, es hoy un restaurante. Se trata del santo y seña del lugar; un local en el que se venera la obra fordiana: mientras comemos, podemos ver desde fotografías del rodaje de 'El Hombre Tranquilo' a otros recuerdos del paso de los actores por el lugar. Entre sus cuatro paredes, podemos sentir cómo la película se ha perpetuado en un Cong que parece seguir anclado en el tiempo de aquella filmación.
No podía faltar, por supuesto, un museo entero dedicado a la película. Allí dentro podemos encontrar desde imanes y DVDs sobre la historia del film a la cama que trasladaban para los dos enamorados; desde las boinas de Maureen O'Hara en la película a la caña usada por el padre Lonergan, un espléndido Ward Bond, cuando pesca en un río situado a apenas unos metros de Cong. Posters de la película, libros e incluso bolígrafos. El amante de 'The Quiet Man' se sentirá tan a gusto como las figuras de la estatua que también preside una de las calles del pueblo. Allí nos podemos hacer fotos junto a la imagen de Sean con su amada Mary Kate en brazos. Placeres de Instagram vinculados a recuerdos de la era pre digital y pre Internet.
Quien haya visto 'El Hombre Tranquilo' también recordará aquella secuencia en la que Sean y Mary Kate consiguen esquivar a Michaleen Oge Flynn (Barry Fitzgerald) subiéndose a la bicicleta del reverendo Playfair y su esposa. La casa de ese reverendo sigue conservándose exactamente igual que en la película y se encuentra no muy lejos de la iglesia de Saint Mary, donde los dos protagonistas coinciden (impagable el momento en el que Wayne le ofrece a O'Hara agua bendita cerca de la puerta del templo) en los primeros minutos de la película.
También es recordado aquel momento en el que un hombre moribundo, llamado Dan Tobin, es despertado de su lecho de muerte, situado dentro de una casa con fachada verde y blanca, para poder asistir a la gran atracción de ese día en Innisfree: todo el pueblo está en las calles, pendiente de la pelea a puñetazos entre Wayne y McLaglen, unos cuñados muy mal avenidos. La casa de dicho señor, al que da vida el mencionado hermano del director, Jack Ford, sigue siendo inconfundible. Podemos verla con una característica puerta roja en la fachada y un cartelito en la ventana que nos indica la secuencia de la película en la que aparece.
Más allá de estas localizaciones, si se acude a la oficina de turismo de Cong (en la que, por cierto, una encantadora mujer llamada Teresa atendió a los visitantes de este medio), se comprobará que no todos los lugares que aparecen en la película están situados en este pequeño lugar, lleno de encanto, llamado Cong. La carrera de caballos, otra secuencia inconfudible, se rodó en Lettergesh Beach, Connemara. Y la estación de tren a la que llegan Sean y los traumas de su pasado como boxeador es la hoy inutilizada Ballyglunin. Pese a su tamaño reducido, aún sigue siendo una atracción turística de primer orden para los fanáticos de la película.
Sin embargo, el grueso de la película se rodó en Cong y, según nos contó la buena de Teresa, hasta allí siguen llegando cientos de personas enamoradas de esta atípica comedia romántica protagonizada por John Wayne y Maureen O'Hara; una obra maestra del cine a la que la minúscula Cong deberá siempre la inmortalidad; un lugar de visita obligada para todo aquel que quiera comprobar que, en efecto, Innisfree existió y sigue conservando todo su encanto en pleno siglo XXI.
Innisfree. Un nombre que evoca, en todo cinéfilo, algo muy especial. El de una de esas joyas en las que John Ford plasmó no solo talento como director, sino su amor y su homenaje a las raíces irlandesas que recorrían su persona. Nadie que haya visto 'El Hombre Tranquilo' ha olvidado su trama: Sean Thornton (John Wayne) un exboxeador que vuelve a la bella localidad irlandesa de Innisfree, se enamora allí de la bella Mary Kate. El personaje femenino al que encarna Maureen O'Hara no se lo pone precisamente fácil. Ni a él ni a su hermano, un bravucón Victor McLaglen, que pretende dejarla sin recursos si contrae matrimonio. Aunque la imagen de Wayne agarrando a la chica por el pelo pueda escandalizarnos hoy en día, pese a su comicidad, la rebeldía femenina mostrada por la actriz pelirroja (su personaje está muy alejado de las clásicas damiselas en peligro) es más reivindicable que nunca al mirar con retrovisor a este clásico de 1952 que, como los buenos vinos, es cada vez mejor y ha ido creciendo en reputación.