La vida londinense de Sofía, la nueva estrella de la familia Bono Rodríguez

"Cuando ella llegó a casa yo tenía 17 años. Ella es la mejor herencia que me pueden dejar mis padres, cambiaría todo lo que me leguen por estar siempre con ella”. Así hablaba José Bono júnior de su hermana Sofía, adoptada en Chile por sus padres en 2001, cuando tenía siete meses. La pequeña de la familia es el ojito derecho de todos los miembros de la familia. Una joven educada en una elitista escuela de Suiza, en la que se graduó el año pasado en una ceremonia a la que no pudieron asistir Amelia y Ana, sus hermanas mayores, aunque sí estuvieron sus padres, José Bono y Ana Rodríguez.

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En la actualidad estudia ADE en Londres, en la Hult International Business School, una universidad privada cuyos programas aparecen en altos puestos en las listas internacionales. Situada cerca de la City londinense, la escuela está en un barrio multicultural, cerca de la gran mezquita de la capital británica, donde hay restaurantes y bares cool. La ajetreada y cosmopolita vida londinense de Sofía Bono nada tiene que ver con la que llevaba en Suiza.

Brillantmont School

Terminó sus estudios en la Brillantmont School, una de las escuelas más elitistas del mundo, cuyo coste anual es de 70.000 euros. Con un reducido número de alumnos, el colegio imparte una dura disciplina: clases de 8:30 a 16 horas, con jornadas escolares que se alargan hasta las 20:30, cuando terminan las actividades extraescolares y los deberes.

En 2012, su nombre saltó a los medios porque su padre compró un fabuloso ático en una finca con solera del barrio de Salamanca a su nombre y al de su hija, que entonces tenía 12 (en la actualidad tiene 19 recién cumplidos). Además, se presentó por carta a sus nuevos vecinos, a quienes les informaba de que se iba a mudar al piso con la pequeña. Situado en la calle Velázquez, en plena Milla de Oro, los 260 metros cuadrados del apartamento costaron 1,6 millones de euros.

Repartir la herencia

En una entrevista en prensa, el hermano mayor de Sofía contaba aspectos íntimos de su relación con la benjamina. “Cuando Sofía llegó a casa, yo tenía 17 años y un abogado me hizo una pregunta que no me había planteado: ‘¿Has pensado que tendrás que repartir la herencia con uno más?”.

En el programa de Bertín Osborne, José Bono también habló de la adopción de su hija: "Tanto Ana como yo cometimos un error enorme al pensar que íbamos a hacer un favor a la niña, porque es la niña la que te hace el favor a ti. Es lo verdaderamente llamativo". Y añadió: "La sangre es un cuento chino, emocionalmente soy más rico desde que Sofía está con nosotros".

Los hermanos son aficionados a la hípica, en especial José y Sofía, que cuenta con el primero como profesor. “Es a quien más me cuesta darle clases -dijo en la citada entrevista-. Me da miedo y muchas veces le pido a un compañero que la prepare él porque es un mundo complicado y peligroso. Yo la animo, pero la protejo todo lo que puedo”.

Políglota y buena estudiante

Protegida por todos ha crecido Sofía Bono. Incluso cuando sus padres se separaron, sus hermanos realizaron un cordón en torno a ella para evitar que sufriera. Ella se blinda, con la mayor parte de sus redes sociales cerradas y poca información personal en internet.

La pequeña de los Bono es políglota: habla inglés, francés e italiano a un alto nivel. Es una buena estudiante que devuelve lo que ha recibido y participa en tareas solidarias. Trabajó como voluntaria durante casi un año en la Fundación Mére Sofia, donde se dedicaba a tareas para la reducción de la pobreza.