Shaila Dúrcal, misterio resuelto: la verdad sobre el incidente del dedo amputado

Han tenido que pasar dos años y una pandemia para que Shaila Dúrcal desvele un misterio que tuvo lugar un 10 de agosto de 2018 y que la cantante, hasta ahora, no había querido detallar. “No me gusta hablar de ello. Fue una estupidez mía y tengo que vivir con ello. Lo importante es que podría haber sido peor", contaba hace un año cuando volvía a salir el tema a raíz de una imagen publicada en su cuenta de Instagram.

Ante la alarma causada entre sus seguidores, Shaila aclaraba: “Todo bien! Seguimos con la rehabilitación!", escribía en su cuenta de Instagram, mientras que su hermana, Carmen Morales, que fue uno de sus mayores apoyos tras la traumática experiencia, rememoraba lo sucedido una año antes publicando unas fotos de ambas juntas: “Hoy hace un año desde que nos pegamos ese gran susto... no es nuestra mejor foto pero la recuerdo con amor, miedo, susto, fuerza, pena, pero también con alegría porque estábamos juntas”.

Dos años y un covid después, la hija de Rocío Dúrcal y Junior ha narrado a '¡Hola!' lo que realmente sucedió aquel día de verano y que hasta ahora solo habían conocido sus familiares más cercanos. Su relato, según explica, es ahora posible porque ya se siente preparada para afrontarlo porque el incidente ha afectado mucho a su desarrollo como cantante: “He tenido que cambiar la empuñadura del micrófono porque me costaba agarrarlo”, cuenta a la revista.

Rápido y cortante

Según relata la artista, el incidente tuvo lugar en su casa de Houston cuando sus dos pastores alemanes empezaron a pelearse. Cuando Shaila intervino para intentar separarles, calculó mal y en vez de agarrar a los perros por el collar, como no paraban de mover sus cabezas, la mano acabó en la boca de uno de los canes. “Fue muy rápido, como una guillotina”, describe la cantante, que ahora reconoce poder explicar con una sonrisa algo que en el momento fue muy dramático “porque vi rodar mi dedo”.

Afortunamente se encontraba con su pareja, Dorio Ferreira, y su hija, que llamaron a emergencias y la trasladaron rápidamente al hospital. Una horas después había regresado a casa después de haber sido intervenida: “Me colocaron un injerto en la muñeca y me la cosieron”, dice.

Tras dos años sigue con los ejercicios de movilidad y los dos pastores alemanes siguen junto a ella, esta vez en Madrid.