De la llegada de la novia a la espontánea que se abalanzó sobre Bertín: detalles del enlace

En un día espléndido en Jerez de la Frontera, 24 grados centígrados, la hija menor de Bertín Osborne contraía matrimonio con José Entrecanales. Una ceremonia religiosa cargada de simbolismo y guiños a la madre de la novia, fallecida en agosto del 2004.

Claudia Ortiz Domecq, de 32 años, es la hija pequeña del cantante Bertín Osborne y su primera esposa, Sandra Domecq. Cuando nació, sus padres ya estaban separados, pero creció rodeada del cariño familiar y muy apegada a su madre, y es también la que más se parece físicamente a ella.

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R. R.

Sus hermanas mayores, Alejandra y Eugenia, se casaron en la misma iglesia en la que contrajeron también matrimonio sus padres hace 44 años. La hermana pequeño, Ana Cristina, es hija del segundo matrimonio de Sandra con el empresario Fernando Portillo. Las hermanas Domecq son una referencia de estilo y elegancia, de hecho las cuatro juntas protagonizaron una campaña de moda la pasada temporada.

Claudia fue una novia muy puntual, algo que llamó la atención. Llegó del brazo de su padre y padrino, que fue sorprendido a su llegada por una espontánea, la cual se abalanzó desde el público para saludarlo. Una de sus hermanas la ayudaba con su vestido.

Sus sobrinos, los tres hijos de Alejandra, y los tres de Eugenia, también tuvieron un papel destacado, viviendo la boda con una gran alegría.

Alejandra, de 43 años, ejerció de hermana mayor en todo momento. Ella, en cierta manera, ha ocupado el rol de su madre con sus hermanas, a las que adora. También ha heredado la vena artística de Sandra y en la actualidad se dedica al interiorismo y a la decoración de locales. Sandra era una mujer con una sensibilidad exquisita y procuró siempre que sus hijas cultivaran el gusto por la pintura. Uno de sus tíos maternos Cristian Domecq, es un pintor muy reconocido , la música y los animales.

Hay una frase que la madre repetía siempre a sus hijas y que estas han recordado: “Cuando te enfades debes mandar siempre el amor”, y el amor es lo que ha forjado entre las hermanas un vínculo cada vez más fuerte.

Sus personalidades son totalmente distintas y así lo demostraron en los estilismos escogidos para la boda. Mientras que Alejandra fue la única que llevó la melena suelta y natural, con un blusón y pantalón de estampado print y numerosas cadenas y complementos, Eugenia optó por un estilo más minimalista en blanco y azul, con aire marinero, y Ana Cristina por un traje coral que resaltaba su bronceado.

La iglesia de San Miguel, de estilo gótico, fue construida entre los siglos XV-XVII. Es uno de los mejores templos de Jerez. Está declarada Bien de Interés Cultural desde 1931. Además de su porte catedralicio conjuga elementos de distintas épocas, desde el conocido como gótico jerezano, al renacimiento y barroco; una auténtica joya arquitectónica.

Los invitados disfrutarán de un almuerzo en la finca Santiago, la casa jerezana de la novia y sus hermanas, construida por sus abuelos maternos y que sigue siendo punto de encuentro familiar. La diversión está garantizada.