Las anécdotas de estudiante de Isabel Díaz Ayuso en su discurso en la Complutense

Defendiendo la universidad pública, la libertad y la tolerancia y asegurando ser "una más", Isabel Díaz Ayuso ha sido nombrada alumna ilustre de la Complutense, el centro donde estudió la carrera de Periodismo, en un acto que ha estado rodeado de numerosas controversias. Varios grupos de estudiantes convocaron este martes una concentración en la Facultad de Ciencias de la Información contra la presidenta de la Comunidad de Madrid bajo el lema 'Ayuso non grata'

La líder del PP de Madrid, que recibía este nombramiento con un conjunto low cost de Zara, hacía referencia a este clima de tensión dejando claro que, en su opinión, "pocos lugares han de ser tan plurales y tolerantes como la universidad" y que "la libertad se protege defendiéndola", pero prefirió centrar su discurso en un nostálgico recuerdo a sus años de estudiante.

Comenzaba Ayuso su intervención citando a Joaquín Sabina y su célebre tema 'Peces de ciudad', recordando la frase que dice: "Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver", confesando que es una canción que le sirve de "inspiración en los momentos delicados". Pero también cree que puede ser "maravilloso retrotraernos a nuestro yo universitario, volver a las esencias, tratar de que aquello que era tan puro en nosotros no se pierda".

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Siguió luego recordando cómo pasó en las aulas de la Complutense siete años que "hasta ahora que tengo esta responsabilidad, fueron los siete años más importantes de mi vida".

Asegurando que siente "orgullo por compartir este reconocimiento con estos compañeros ilustres", refiriéndose al actor Antonio de la Torre o la periodista Almudena Ariza, que también han participado en el evento, afirmaba sobre la Complutense que "ha sido y será mi casa".

"Yo me veo igual, pero vuelves y un alumno que te saca una cabeza amablemente te pregunta algo hablándote de usted", continuaba diciendo con humor y mostrando su faceta más íntima y personal, antes de volver a declarar su orgullo por ser alumna de la universidad pública, "un mundo nuevo para los que veníamos de las rutinas sencillas del bachillerato".

Rememorando sus tiempos estudiantiles, destacó que fue parte de un proyecto que ayudaba a los alumnos a hacer prácticas en una emisora de radio y "tener la oportunidad de formarse para el complicadísimo mundo del periodismo". Así, recordaba que durante años se hicieron cargo de la radio de la facultad "desde las ocho de la mañana a las nueve de la noche".

También la llenó de orgullo ser representante de los alumnos y miembro del claustro de la universidad, aclarando que durante ese tiempo "no quise afiliarme a ningún partido político porque no quería que inundaran la universidad con intereses ajenos".

Reseñando que "no dejé un solo día de venir" a clase, recordó posteriormente la curiosa anécdota de cuando "pinté un tipómetro [una regla graduada] de tres pisos de altura".

Finalmente, tampoco quiso olvidar el momento de decir adiós a las clases, cuando "me independicé con un sueldo de becaria y aunque pagué varias veces las tasas para hacer la tesis, no pudo finalizarla porque tenía que trabajar para pagarme una habitación", algo que calificó como "el precio de la independencia". Tras reconocer la labor de los alumnos de doctorado "por haber llegado más lejos que yo", no dejó pasar la oportunidad de asegurar que "nunca pretendí que me regalaran ningún título, como tampoco tuve nunca un conocido o un familiar que me enchufara en ningún sitio".