C. Tangana se abre en canal en 'Esa ambición desmedida': adicciones, conflictos con la fama y un sueño futuro

Cien salas y un público que acudirá solo por verle a él. El documental 'Esta ambición desmedida' llega este jueves a ese número de cines con la intención de descubrir, kilómetro a kilómetro, canción a canción, anécdota a anécdota, los intríngulis de 'Sin cantar ni afinar', la gira que convirtió en leyenda moderna a C. Tangana. Este lunes, Antón Álvarez Alfaro, nombre que se esconde tras este artista taciturno y a la vez explosivo, presentaba en sociedad el documental en el hotel Urso, situado en pleno centro de Madrid. Vestido de rojo, cortés pero distante y hermético, el cantante ofrecía a la prensa indicaciones sobre un largo que muestra su gran conflicto interno entre creación y popularidad.

Vanitatis ha podido ver un documental dividido en cuatro partes y producido por Little Spain, la productora de Tangana. La empresa se enfrenta a su primer largometraje con un análisis nada complaciente con él. Que nadie espere una hagiografía. Pocas veces se ha visto, de forma tan descarnada, a un creador que no evita las polémicas: desde su rechazo a la fama a su preferencia por la composición frente la interpretación. Puro C. Tangana.

Una de las preguntas en la rueda de prensa versó sobre las insinuaciones en torno a una posible retirada de los escenarios. Algo que muchos interpretan tras ver el documental. Ante los reporteros aclaró que "cada semana" piensa una cosa y habló de un "futuro disco", lo cual despejó, totalmente, las dudas sobre su futuro. O, al menos, sobre sus pasos más inmediatos.

El documental explora facetas pocas veces vistas de este hijo de periodista y maestra. Por ejemplo, sus adicciones. No se especifica a qué es adicto, pero es un tema que no se rehúye a lo largo del metraje. Él mismo confesaba, en la comparecencia ante los medios, que la profesión "invita a perder los papeles". Para él, estar de gira "es la forma más jodida" de controlar esos excesos, ya que hay posibilidad de establecer una rutina saludable. Nuevamente, la grandilocuencia del espectáculo versus la sensibilidad y privacidad del artista. En el largometraje no faltan ejemplos de esos papeles perdidos. En una secuencia vemos, por ejemplo, a C. Tangana agobiado, sobrepasado, nervioso o enfrascado en algún momento tenso con su propio equipo. Nada de eufemismos. Nada de blanqueamiento. Todo lo contrario.

Una gira poco rentable

Una de las partes más interesantes de 'Esta ambición desmedida' es radiografiar la producción de una gira tan monumental como la llevada a cabo por el cantante. "Yo no sé si ha habido en España una producción de una gira con tanta gente actuando", llega a decir él en un momento del largo. Y lo cierto es que, tal y como él mismo aclaró, Little Spain casi acaba en la ruina por culpa de esa gira, de esos conciertos que él cataloga como "fiesta". El de Carabanchel, compositor y artista desde que era casi un niño, llegó de repente a las masas, sin pretenderlo, viéndose involucrado en una superproducción de alto nivel. Una gira que, tal y como se especifica, solo fue rentable cuando volvió a España de Latinoamérica. "Es un lujo montar este pollo", confiesa él.

Para todos aquellos que conocieron a Tangana en 2021, cuando 'El madrileño' se convirtió en el disco más vendido del año en nuestro país, resulta interesante saber cuál es su gran meta profesional: ser director de cine. También resulta irónico descubrir que, pese a ser un icono generacional, se siente "mayor" para gustar a los más jóvenes. Una anticipada crisis de los 40 a los 33 años: la edad de Cristo; la edad de plantearse una y varias cosas para alguien que disfruta más componiendo que exponiéndose ante públicos masivos.

Nada de Rosalía

Actuar junto a C. Tangana ha sido, durante estos años, un auténtico privilegio. Alizzz, su productor de confianza (del que descubrimos, a través del documental, que tiene un hijo), La Húngara o Kiko Veneno son algunos de los grandes que lo han acompañado en su trayectoria. Amigos, aunque en el documental se muestra privado (le llegamos a ver vomitando) pero no abundan las intimidades sentimentales.

No hay, por ejemplo, una sola mención a Rosalía. La aparición de Rocío Aguirre, su actual novia, también es mínima. Como si Tangana supiese que ese no es el foco de interés, sino su vertebración como artista. Sobre esta también ironizaba, contundente, en 'Esa ambición desmedida'. En una de las afirmaciones que puntean el film asegura que quizá 'El madrileño' podría ser su "disco estrella" y de ahí solo faltaban dos pasos para acabar "siendo jurado de 'La Voz". No hay mejor definición del carácter de este madrileño al que, según sus propias palabras, nunca le ha gustado "estarse quietecito ni calladito". A la vista está.