Pombo SA: cómo de una ruptura nació el imperio de una de las familias más poderosas de Instagram

María Pombo empezó a dedicarse a las redes sociales hace más de una década. Con una industria aún inexistente y su pasión por enseñar su vida en sus vlogs de YouTube, la joven madrileña se convirtió en pionera de uno de los negocios más lucrativos del mundo occidental. Cada uno de sus posts supera las cuatro cifras; su presencia en photocalls es una de las más buscadas, y su documental, que se estrena hoy, cuenta con un cartel publicitario del tamaño de la fachada de un edificio de seis plantas en pleno centro de Madrid.

Actualmente, más de tres millones de seguidores siguen sus aventuras y desventuras en Instagram, el medio en el que ha crecido más a lo largo de los últimos años, y su familia, como no podía ser de otra manera, ha ido poco a poco integrándose cada vez más en este universo cada día más parecido al de las Kardashian.

Manteniendo las distancias, no hay duda de que el imperio Pombo ha venido para quedarse. Al menos, si hacemos caso a las cifras que lo avalan. Lo que comenzó como una forma de comunicarse para una joven de algo menos de 20 años es ahora un negocio que mueve millones de euros al año, con un entramado empresarial y un patrimonio inmobiliario detrás que ha convertido a esta familia en una de las más seguidas de España. María, lejos del breve romance que la unió al futbolista Álvaro Morata, es una mujer hecha a sí misma, madre de dos hijos y líder (con permiso de Papín) de este clan del que conocemos todos los secretos.

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Durante más de diez meses, el equipo de Komodo Producciones ha seguido por toda España a la familia. Hermanas, padres, hijos, yernos y hasta la abuela han sido partícipes de esta serie que condensará en cuatro capítulos la realidad de esta familia con los mismos problemas que el común de los mortales. El padre tiene a raya a los maridos de sus hijas; las hermanas hablan de unas y otras; salen a relucir rencillas familiares, y hasta vemos a María limpiando un baño con un alto grado de maestría.

Una vida privada sin filtro que pone de manifiesto que no todo lo que reluce en Instagram es ni mucho menos oro. No podemos decir lo mismo de sus empresas, donde todo les está saliendo a pedir de boca.

La familia ha heredado el gen emprendedor del padre de las tres hermanas, Víctor (Vituco) Pombo, propietario de uno de los restaurantes más concurridos del exclusivo Paseo de la Habana en Madrid. Camino Food & Drinks es uno de los establecimientos de la zona en los que más difícil es encontrar mesa. El favorito durante años del padre de Bertín Osborne ofrece una carta variada basada en el producto. En él han trabajado las tres hermanas en un momento u otro. Vituco, que durante años desarrolló su carrera como creativo publicitario, en 2011 montó este restaurante, que en el último ejercicio que ha presentado cuentas (2022) ha facturado casi 1,8 millones de euros en ventas.

Como decíamos, sus hijas también han heredado su espíritu emprendedor. Sobre todo, la pequeña, María, que además de llevar la voz cantante en Instagram, ha sabido diversificar sus fuentes de ingreso invirtiendo en diferentes negocios. Dos de ellos, también dedicados al mundo de la hostelería.

Junto a sus amigos, el futbolista Adrián González Morales, hijo de Míchel, y su mujer e íntima de María, Natinat Coll, puso en marcha el negocio de venta de tortillas de patata a domicilio La Martinuca, que, según los datos extraídos del Registro Mercantil, en 2021 facturó más de 200.000 euros de ventas. También dedicada al mundo de la restauración es Flipeat, una app en la que invirtió hace unos años que pone a disposición de los usuarios un amplio catálogo de establecimientos donde poder reservar mesa al instante y ver la carta.

No ha sido este el único mercado en el que la pequeña y más famosa del clan ha querido abrirse camino. También comparte con su marido, su hermana Marta y su excuñado, Luis Giménez (en 2019 estuvo casado unos meses con la mediana de las Pombo), la empresa Tipi Tent, dedicada al diseño y venta de ropa para mujeres, hombres y niños. También fundó junto a varias amigas Name The Brand, otra firma de ropa que también le ha dado grandes alegrías. El año pasado facturó unas ventas por encima del medio millón de euros.

Una importante fortuna empresarial que en otros miembros de la familia tiene otros orígenes. El marido de María, Pablo, posee una empresa de construcción con su hermano Jacobo que heredaron de su padre. Grupo Archarray (Arch & Array Hijos SL) facturó en ventas en 2022 más de cinco millones de euros.

Un trabajo de lo más estresante, tal y como el mismo Pablo confiesa en el documental, con el que aporta un sustento económico de lo más solvente al patrimonio familiar.

También se dedican a otras industrias Lucía, la primogénita del clan, piloto comercial de profesión, o Luis Zamalloa, último integrante de la familia (se casó con Marta hace unas semanas), que es un afamado odontólogo de origen vasco.

Casas en Madrid, Segovia y Cantabria

Un ingente patrimonio derivado de su éxito en los negocios que la familia ha sabido cómo invertir en bienes inmuebles. Sus padres llevan toda la vida viviendo en la misma casa en Madrid. Una vivienda de gran tamaño que las tres hijas han mostrado en multitud de ocasiones en sus redes sociales. Allí continúan sus cuartos de solteras y algunas de las tradiciones que más disfrutan en familia.

Las tres hermanas también viven en Madrid. Marta, Zama, su marido y su pequeña Matilda, en un apartamento por esa zona, y Lucía y su marido, Álvaro, en otro también cercano. Mientras, María prefirió mudarse a un casoplón en una de las zonas más exclusivas a las afueras de la capital, que reformó por completo la empresa de Pablo Castellano y que se ha convertido en uno de los escenarios más vistos durante el rodaje del documental.

Y de Madrid a Cantabria. Aunque uno de los lugares de vacaciones que más disfruta la familia está en Almería, cerca del Cabo de Gata, lo cierto es que Cantabria es el refugio para los Pombo. Allí, las tres hermanas han adquirido unos terrenos para levantar las que serán sus casas de ensueño: una, María y Pablo, y otra, los dos matrimonios de sus hermanas, que compartirán la vivienda que se están construyendo.

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Los padres, Vituco y Sito, también poseen otra de las casas más vistas en las redes de sus hijas: la casita de Adrados, en Segovia, donde se reúnen muchos fines de semana y donde celebraron, entre otros acontecimientos, la preboda de la primogénita, Lucía, y donde anunciaron que el segundo bebé de María sería una niña.

Un patrimonio inmobiliario cuando menos solvente que se suma a la gran fortuna que durante los últimos años ha derivado del éxito en redes sociales de esta familia: sin duda, la más poderosa de Instagram.