José Luis López 'El Turronero' se reinventa por consejo de sus médicos

Hace unas semanas la Fundación López Mariscal anunciaba que se cancelaba el almuerzo solidario que todos los años organizaba el empresario José Luis López, El Turronero. Una fiesta que tenía un doble significado. Organizar para sus vecinos, asociaciones, pymes de Ubrique y alrededores el comienzo de las Navidades y por otro reunir a sus amigos y familiares en un día muy especial para él. En el transcurso de la comida se entregaban donaciones a diversas fundaciones e ingresaba en la suya propia, que dirige su hija, una cantidad equivalente al gasto que se hacía en el encuentro prenavideño. La noticia de la cancelación fue adelantada por Informalia.

Tras el aperitivo llegaba el almuerzo y después actuaciones musicales en las que siempre era fijo Bertín Osborne, al que el Turronero considera como un hermano. Del grupo más cercano al cantante, el empresario ha sido el que mejores consejos le dio cuando ya era oficial que se convertiría en padre. Mantiene una buena relación con Gabriela Guillén, que mientras estuvo con Bertín acudía a sus fiestas.

La razón de la cancelación tiene que ver con su salud. Hace unos meses tuvo una intervención quirúrgica. El consejo de los doctores que le trataron era que una vez que le dieran el alta podía seguir con su vida. Lo que desconocían era que para el Turronero su día tiene 25 horas. Se levanta a las seis de la mañana y haga frío, calor, llueva o truene corre por El Retiro (si está en Madrid) durante una hora y media. Después comienza su agenda de trabajo maratoniana con reuniones a vista de todos en el hotel Welington, comidas de trabajo y por la tarde vuelta a empezar hasta la noche, donde también tiene cenas o acude a actos para responder a las invitaciones. Todo esto le ha pasado factura. Nos confirma en esta charla que se asustó.

“Me operaron y todo salió bien. Volví a mi rutina de trabajo que no era lo más aconsejable. Y una de las veces cuando volví a Ubrique estaba matado. Tengo un problema y es que no se decir no. Esto me ha perjudicado en mi salud. No me daba cuenta de que estaba con mucha carga emocional y física hasta que el cuerpo dio ese aviso y me percaté de que tenía que parar", nos dice.

"Y es lo que he hecho", continúa. "Este tiempo me ha servido para reflexionar y dar una vuelta a mi vida. Estoy ahora a otro ritmo. La razón de cancelar la comida de Navidad ha tenido que ver con la recomendación de mis médicos, que me dijeron que debía cambiar mi agenda de trabajo. Me habían hecho un chequeo completo y fueron muy claros con el aviso, que si seguía con la misma actividad el resultado no iba a ser bueno. Aunque no era consciente, tenía un nivel de estrés alto. Por eso he cancelado la cena del día anterior y el almuerzo solidario”.

Lo que no va a faltar es el entretenimiento para los niños y jóvenes de Ubrique en las próximas fechas navideñas. Aún está por definir si se monta una feria o se contrata un circo.

José Luis López nos confirma que la fundación va a seguir trabajando como hasta ahora, ayudando a la gente que lo necesita. Son ciudadanos del mismo pueblo o de la zona a quienes el empresario ayuda tras estudiar sus peticiones. Lo mismo puede ser ofrecer ayuda a gente con pocos recursos, instalar aire acondicionado en una escuela, que sufragar una operación complicada fuera de España o pagar la estancia en el Reino Unido de jóvenes con pocos recursos para que aprendan inglés. Todo es posible en el mundo solidario que ha creado a su alrededor y que sorprende a los que no lo conocen. Un filántropo que tiene su cuartel general y familiar en un pueblo de Cádiz de 17.000 habitantes.

Una de las últimas aportaciones ha sido pagar la operación de un niño que padecía una sordera y por supuesto volcarse en la tragedia de la Comunidad Valenciana. “Lo que he hecho ha sido poner en contacto a empresas que puedan dar servicios de maquinarias, limpieza, desinfectantes en esa zona y que llegue directamente de la fábrica. Contratar hoteles para dar alojamiento a los policías que viajan desde aquí y a voluntarios. Si van y no tienen donde alojarse el problema es importante. Las personas con las que tengo trato por el tema empresarial me transmiten que la solidaridad es impresionante, pero que hay que reorganizarlo todo. Que espere una semana y me dirán lo que necesitan”.

Lo que también ha recibido el Turronero son llamadas de muchos amigos y conocidos de todos los ámbitos sociales preocupándose por su salud. Y coinciden en trasmitirle el mismo consejo, que se tome la vida con más tranquilidad.