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Rocío Soto, hija de José Manuel Soto: "Me apetecía mucho hacerle un homenaje a mi padre"
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ENTREVISTA

Rocío Soto, hija de José Manuel Soto: "Me apetecía mucho hacerle un homenaje a mi padre"

En unas horas verá la luz uno de los primeros temas que Rocío Soto lanzará en homenaje a su padre. Habla a Vanitatis de su infancia, recuerdos familiares y el camino que está recorriendo en la música

Foto: Rocío Soto en una imagen en el campo con su guitarra. (Cortesía)
Rocío Soto en una imagen en el campo con su guitarra. (Cortesía)

Desde muy temprano, la música no fue solo un acompañamiento en la vida de Rocío Soto, sino el lenguaje con el que se tejía lo cotidiano. “La música ha sido protagonista siempre, desde niños mis padres nos cantaban constantementehe crecido viendo guitarras por los rincones, con la música como compañía para todo, para celebraciones, momentos en familia… de una forma muy natural”, recuerda. No había solemnidad en aquel entorno sonoro, sino una presencia constante y sencilla, casi doméstica, que marcó un ritmo interno desde su infancia.

placeholder Rocío Soto junto a sus hermanos Jaime y Marcos y sus padres José Manuel Soto y Pilar Parejo en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Rocío Soto junto a sus hermanos Jaime y Marcos y sus padres José Manuel Soto y Pilar Parejo en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

Y sin embargo, jamás imaginó que esa presencia discreta acabaría guiando su camino profesional. Hoy, Rocío comienza a abrirse paso en el mundo de la música desde un lugar propio, liberado del peso de los orígenes pero con el poso imborrable de lo vivido. A pesar de ser una persona reservada, el eco de su apellido la precedía por las calles de Sevilla, donde era inevitable que la relacionaran con su familia. Fue algo lejos de allí, en un viaje al norte, donde su voz encontró libertad.

Cuando vi que la gente sentía lo que cantaba, fue una señal

placeholder Rocío Soto junto a su padre, José Manuel Soto. (Cortesía)
Rocío Soto junto a su padre, José Manuel Soto. (Cortesía)

“Fue tras la cuarentena, llegué de cuatro meses en Italia y de hacer el Camino de Santiago”, rememora. Los ahorros se habían evaporado entre viajes y descubrimientos, y un amigo le prestó dinero para comprar una guitarra. Con ella bajo el brazo, comenzó a recorrer Galicia “pateando chiringuitos”, como dice con una sonrisa. “Me solté porque cuando menos te conocen, más libre te sientes y menos vergüenza te da”. En cada rincón costero, en cada canción compartida sin pretensiones, descubrió algo inesperado.

“Ahí me di cuenta que la gente respondía y en cuanto ves que alguien está sintiendo lo que tú estás cantando… para mí fue una señal de que tenía que ir para delante con la música”. Aquella emoción sincera de los desconocidos le mostró que su voz no necesitaba explicación ni contexto. Solo espacio. Y sin haberlo planeado, lo estaba empezando a encontrar.

La guitarra ha sido un escudo para mi timidez

placeholder Rocío Soto junto a su guitarra en el campo. (Cortesía)
Rocío Soto junto a su guitarra en el campo. (Cortesía)

Rocío Soto habla deprisa, con la chispa natural de quien arrastra consigo el ritmo del sur y un acento sevillano inconfundible. Sin embargo, bajo esa vivacidad se esconde un carácter reservado. “Soy una persona tímida”, reconoce, y la guitarra ha sido, desde la adolescencia, su forma de defensa. “Me acompaña a todas partes desde los trece años que empecé a tocarla, ha sido un escudo para la timidez, cantaba y me protegía detrás de ella”.

placeholder Rocío Soto en una imagen en el campo. (Cortesía)
Rocío Soto en una imagen en el campo. (Cortesía)

Su presencia era casi inseparable; allí donde iba —una playa, una reunión entre amigos, cualquier rincón inesperado—, ella iba también. “Me la llevaba y animaba cualquier encuentro o fiesta. Al final vas creando recuerdos en base a la música, te sientas, te pones a cantar y la gente disfruta de otra manera… la gente se va acercando y es una forma de unión”.

Mi madre nos cantaba canciones de El Rocío o temas como ´Nana de Triana´

placeholder Rocío Soto junto a su madre Pilar Parejo en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Rocío Soto junto a su madre Pilar Parejo en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

El recuerdo de la infancia la lleva a sonidos más íntimos: las canciones que su madre entonaba para ella y sus hermanos, entre sevillanas devocionales y nanas populares. ´Nana de Triana ´, temas del Rocío… melodías que se mezclan en su memoria con la imagen del campo, los caballos, los perros y ese aire limpio que, aún hoy, considera un refugio.

placeholder Rocío Soto junto a un caballo en el campo. (Cortesía)
Rocío Soto junto a un caballo en el campo. (Cortesía)

“Para mí ha sido una forma de salvarme de todo el caos que se vive en la ciudad, el campo es un entorno muy sano que me encanta”, cuenta. No se trataba de una nostalgia sin raíces: Rocío se formó como auxiliar veterinaria y trabajó en una clínica con gatos, perros y más adelante en una veterinaria de caballos.

placeholder Rocío Soto junto a sus hermanos Jaime y Marcos y sus padres José Manuel Soto y Pilar Parejo en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Rocío Soto junto a sus hermanos Jaime y Marcos y sus padres José Manuel Soto y Pilar Parejo en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

Hasta que la pandemia detuvo en seco la actividad y abrió una puerta que había mantenido entreabierta durante años pero nunca había compartido: cantar. “Hacía versiones y me grababa, como estaba en mi zona de confort en casa, empecé a publicarlas”. Fue entonces cuando las redes comenzaron a devolverle señales. “Cuando nos desconfinaron, después de Italia al volver a Sevilla, empezaron a llamarme para cantar en eventos, bodas… gracias a las covers que había compartido”.

El primer tema que grabé en estudio fue una versión de una canción de mi padre

placeholder Rocío Soto en el estudio de grabación. (Cortesía)
Rocío Soto en el estudio de grabación. (Cortesía)

Aunque la verdadera transformación llegó cuando decidió lanzar su primer tema en plataformas digitales: una versión de “Volver a empezar”, la célebre canción de su padre. “La escogí porque además de parecerme una canción espectacular, iba muy acorde con el momento que estábamos viviendo tras la pandemia. Fue uno de los temas que más triunfó en redes cuando los subí durante el confinamiento. Para mí era muy bonito grabarlo en estudio y fue aquel tema el punto de inflexión”.

Aquel gesto marcó un cambio rotundo. Poco después del lanzamiento, recibió la llamada de Malvaloca, la empresa de management con la que hoy trabaja. “Pasé de cantar por gusto a emprender el proyecto de profesionalizarlo”.

Siempre he sido muy pudorosa a la hora de compartir cosas de mi vida y mis emociones

placeholder Rocío Soto junto a su equipo de management, Malvaloca. (Cortesía)
Rocío Soto junto a su equipo de management, Malvaloca. (Cortesía)

Escribe con frecuencia aunque todavía no convierte esas páginas en melodías propias. “Estoy contenta con las versiones por ahora; no descarto componer más adelante. Siempre he sido muy pudorosa a la hora de compartir cosas de mi vida y mis emociones: para abrirte en una canción tienes que estar muy preparado”, confiesa.

Me apetecía mucho hacerle un homenaje a mi padre y este lanzamiento lo es

Y precisamente mañana lanzará un nuevo proyecto musical: publicará una serie de canciones de su padre vestidas con su voz y su sensibilidad. “Quería hacerle ese homenaje, respetando la rumba de siempre pero con otra voz y registro. Es una forma de hacer que la música siga viva, nunca hay que dejarla morir”. El legado parental se prolonga así en un bucle generacional que ella describe con ternura: “Los que escuchaban a mi padre eran personas de su generación cuyos padres les ponían sus canciones en el coche; ahora esas personas también son padres y le transmiten a sus hijos la música. El hecho de versionarlas hace que esas nuevas generaciones también sientan las canciones más cercanas”.

placeholder Rocío junto a su padre, José Manuel Soto en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)
Rocío junto a su padre, José Manuel Soto en una imagen de álbum familiar. (Cortesía)

Entre los temas elegidos para este tributo figuran obras de José Manuel Soto como ´Tú serás mi amanecer´ y ´Para olvidar un amor´. Rocío las toma entre sus manos con la delicadeza de quien hereda un tesoro familiar, para devolverlas al mundo con un pulso renovado, asegurándose de que la llama —esa que encendió tantos recuerdos— continúe iluminando a los que vienen detrás.

Después de la feria mis hermanos y yo sacaremos un tema juntos

placeholder Rocío junto a sus hermanos Jaime y Marcos. (Cortesía)
Rocío junto a sus hermanos Jaime y Marcos. (Cortesía)

La pulsión creativa no reside únicamente en Rocío dentro de la familia. Sus hermanos, Marcos y Jaime, forman el dúo Mi Hermano y Yo, y ahora comparten con ella esta travesía profesional. “Ellos también componen como mi padre; después de la feria sacaremos una canción que ha escrito mi hermano Jaime que cantamos los tres”, anuncia, con la satisfacción de quien ve crecer una obra común.

Cantamos en familia y hemos encontrado una también en el público

placeholder Rocío Soto en un concierto acompañando a su padre. (Cortesía)
Rocío Soto en un concierto acompañando a su padre. (Cortesía)

Subir al escenario junto a ellos —o divisar sus sonrisas entre el público— se ha convertido en un regalo inesperado. “Es una sensación muy bonita subirme al escenario con ellos o verles entre el público. Ahora que estamos acompañando a mi padre en la gira está siendo una experiencia muy bonita. En el mundo de la música hay mucha soledad, pero nosotros cantamos en familia y hemos encontrado una también en el público”, confiesa, iluminada por la complicidad fraterna y el poderoso imán que supone compartir tablas con su padre. “Le damos apoyo y él también a nosotros, porque nos estamos dando más a conocer, estamos cogiendo el ritmo y la soltura encima de un escenario… Todo eso es difícil de enseñar, te lo da la experiencia y la estamos cogiendo de su mano”.

En cuanto a lo musical, no tengo grandes ambiciones. Solo quiero disfrutar del camino y seguir cantando

placeholder Rocío Soto en un concierto. (Cortesía)
Rocío Soto en un concierto. (Cortesía)

En medio de esa concatenación de oportunidades, Rocío recuerda una frase que siempre repite su padre: “De una cosa sale otra”. Y ella asiente, sabiendo que la música —y la vida— a menudo funcionan así: “Es verdad, nunca se sabe… Estás en un sitio, sacas tu guitarra y puede que alguien de los que te esté escuchando te abra una puerta”.

Fiel a esa filosofía, continúa viajando con su guitarra, como hacía de niña, aunque ahora asentada en una seguridad nueva y en un propósito sin artificios: vivir de la música para poder seguir cantando. “Vivo la música muy en el presente y muy agradecida de poder crear y sacar proyectos como el de mañana”. Ése es, para ella, el éxito auténtico.

Desde muy temprano, la música no fue solo un acompañamiento en la vida de Rocío Soto, sino el lenguaje con el que se tejía lo cotidiano. “La música ha sido protagonista siempre, desde niños mis padres nos cantaban constantementehe crecido viendo guitarras por los rincones, con la música como compañía para todo, para celebraciones, momentos en familia… de una forma muy natural”, recuerda. No había solemnidad en aquel entorno sonoro, sino una presencia constante y sencilla, casi doméstica, que marcó un ritmo interno desde su infancia.

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