Las lágrimas de Joaquín Cortés

Entusiasmó en Barcelona con su espectáculo Calé y en Madrid fue más de lo mismo. Un éxito absoluto. El 14 de abril, en Nueva York, será la prueba de fuego para Joaquín Cortés. Estrenará en el Beacon Theatre donde ya quedan pocas entradas. Los fans del bailarín son casi tan fieles en USA como los seguidores de la NBA. Si estos no se pierden un partido, los otros no esperan a que se abran las taquillas. Eligen Internet como moneda de cambio.

 

Este espectáculo es una retrospectiva de sus seis últimos trabajos y ha tenido que esperar más de un año para su estreno. Durante ese tiempo aparcó todos los proyectos, incluidas entrevistas en las ‘teles’ norteamericanas y oferta para montar “lo que él quisiera” también en NY. A todo dijo que no. Su negativa nada tenía que ver con una crisis personal por las denuncias interpuestas por su ex secretaria demandando la paternidad de su hijo. Estos asuntos legales los dejó desde el principio en manos de su abogado José Luis Moreno Cela, que ha llevado el tema con absoluta discreción y sin intervención mediática ni televisiva por parte del bailaor (Ver ‘Ostras, caviar y juicios para Joaquín Cortés’).

 

Su medio retiro voluntario tuvo que ver con la enfermedad de su madre, que murió hace muy poco. Corteé no quería desplazarse a ningún lugar que tardara en regresar más de una hora en avión. Por eso su circuito profesional se redujo notablemente. Precisamente Calé tiene una dedicatoria muy especial. En un momento de la actuación aparece en la parte superior del escenario un retrato de la madre. Bajo esa imagen impactante, el hijo dedicándole su mejor baile. Un silencio sobrecogedor dio paso a uno de los aplausos más emotivos que puede recibir un artista.

 

A continuación Cortés dedicó unas palabras al respetable interrumpidas varias veces por las lágrimas. Una noche mágica. Y no sólo por la parte afectiva, sino por el espectáculo en sí. Una puesta en escena redonda, impecable y absolutamente genial. Desde las voces femeninas (Genara Cortés, Saray Muñoz y Chelo Pantoja) a las masculinas (Antonio Carbonell, Zambullo, David de Motril) pasando por la espectacularidad del cuerpo de baile (13 chicas impecables) y la orquesta. Si el trabajo de la figura es importante, en este caso Cortés demuestra que un buen envoltorio es más que necesario. En Calé no hay recortes presupuestarios. Ni con los artistas colaterales, ni con el vestuario ni con la comunicación externa espléndidamente organizada por Fiona Ferrer.

 

La noche de estreno se convirtió en una convocatoria de primer orden con VIPS profesionales y de currículo como Beatriz de Orleáns, Cristina Vall Taberner, Nuria March, una Mónica Cruz casi clon de ‘Pe’, Carmen Castelló, Raúl Rodríguez, Juan Ramón Lucas, Sandra Ybarra y algún Entrecanales y Polancos perdidos en el patio de butacas. Para el estreno de Nueva York Paloma Cuevas y Ponce arroparán al bailaor